La luz de la mañana se filtraba a través de las ventanas de la Academia UA, iluminando suavemente los pasillos mientras los estudiantes se dirigían a sus clases. La calma antes del ajetreo del día parecía envolver todo el campus, pero en la mente de Bakugo Katsuki, la tranquilidad era un lujo que no podía permitirse. Su cuerpo estaba en el aula, pero su mente estaba atrapada en la inquietud del día anterior.
La sensación que había tenido al luchar junto a Todoroki, ese extraño reconocimiento, lo había estado atormentando toda la noche. No era la primera vez que experimentaba algo así, pero nunca había sido tan intenso. Se sentía como si algo o alguien estuviera intentando decirle algo, pero cada vez que intentaba centrarse en ello, la sensación se desvanecía.
"¡Maldita sea!", pensó, apretando los puños bajo la mesa. Odiaba no tener control, y esta situación lo estaba poniendo al borde.
-Bakugo -la voz de Aizawa lo sacó de sus pensamientos-, presta atención. Si vas a ser el héroe número uno, lo mínimo que puedes hacer es estar al tanto en clase.
Bakugo soltó un gruñido, y asintió sin mucho entusiasmo. No era el tipo de persona que se distraía en clase, pero algo en esa sensación extraña lo había descentrado. Aizawa lo miró por un momento más, como si estuviera evaluando su comportamiento, y luego continuó con la lección.
Al otro lado del aula, Shoto Todoroki se encontraba en una situación similar. Aunque su rostro mantenía su habitual calma imperturbable, en su interior, algo lo inquietaba. La conexión que había sentido con Bakugo durante el combate del día anterior había reavivado los sueños extraños que había estado teniendo, haciéndolos más vívidos y desconcertantes.
En su sueño más reciente, se había visto a sí mismo de pie en un vasto campo, rodeado de nieve y cenizas. Frente a él, un enorme castillo en ruinas se alzaba en la distancia, y en su interior, una figura en llamas lo observaba. Sentía que conocía ese lugar, que lo había visto antes en alguna vida pasada, pero no podía recordar cómo ni cuándo.
Mientras Aizawa continuaba la clase, Todoroki se encontró mirando a Bakugo de reojo. Algo en él le resultaba extrañamente familiar, más allá de las simples rivalidades de clase. Era como si sus almas se hubieran encontrado antes, en algún otro tiempo, en algún otro lugar.
El día continuó con la rutina habitual de la academia: clases, entrenamientos, y más clases. Pero para Bakugo y Todoroki, esa rutina se veía interrumpida por destellos de recuerdos vagos y emociones confusas que no lograban descifrar.
Después de las clases, Bakugo decidió dirigirse a la sala de entrenamiento. Necesitaba desahogar la frustración que sentía, y no había mejor manera de hacerlo que golpeando cosas. Al llegar, notó que la sala estaba vacía, excepto por una figura familiar que ya estaba entrenando.
-Todoroki -murmuró Bakugo, deteniéndose en la entrada. No esperaba verlo allí, y menos aún entrenando con tal intensidad.
Todoroki se giró al escuchar su nombre, y por un momento, ambos se quedaron mirándose en silencio. La tensión entre ellos era palpable, pero había algo más en el aire, una especie de conexión que ninguno de los dos podía ignorar.
-Bakugo -dijo Todoroki finalmente, con su habitual tono calmado-. ¿Has estado experimentando algo extraño últimamente?
La pregunta tomó a Bakugo por sorpresa. No esperaba que Todoroki fuera tan directo, pero algo en su tono lo hizo responder con sinceridad.
-Sí -admitió Bakugo, cruzando los brazos-. Desde ayer... no puedo sacarme una maldita sensación de la cabeza. Como si hubiera algo que debería recordar, pero no puedo.
Todoroki asintió lentamente. Había sentido lo mismo, y la certeza de que no estaba solo en esa experiencia le dio una extraña sensación de alivio.
-He estado teniendo sueños -confesó Todoroki, sus ojos se fijaron en Bakugo con una intensidad que era difícil de ignorar-. Sueños sobre un lugar que no conozco, pero que se siente familiar. Y en esos sueños, hay alguien... alguien que se parece a ti.
Bakugo frunció el ceño, su mente tratando de procesar lo que Todoroki acababa de decir. Él también había tenido sueños extraños, pero hasta ahora, no había hecho la conexión con Todoroki.
-Esto es una mierda -gruñó Bakugo, empezando a caminar hacia la salida-. No creo en sueños ni en conexiones raras. Si quieres volverte loco con eso, hazlo, pero no me arrastres contigo.
Antes de que pudiera salir de la sala, Todoroki dio un paso adelante.
-Espera, Bakugo -dijo Todoroki, su tono más firme-. No creo que sea solo un sueño. Siento que hay algo más en esto, algo que debemos descubrir.
Bakugo se detuvo, su mano en la puerta. Algo en las palabras de Todoroki resonó en él, como si tocara una parte de su ser que había estado oculta. Sin darse la vuelta, preguntó:
-¿Y qué se supone que hagamos con eso?
Todoroki guardó silencio por un momento, considerando su respuesta.
-Podríamos empezar por intentar recordar más -dijo finalmente-. Tal vez entrenando juntos, o enfrentándonos de nuevo en combate. Algo en nosotros reacciona cuando estamos cerca. Puede que eso nos ayude a descubrir qué está pasando.
Bakugo soltó un suspiro frustrado. No le gustaba la idea de trabajar con Todoroki, pero al mismo tiempo, la curiosidad lo estaba carcomiendo por dentro. Finalmente, giró la cabeza para mirar a Todoroki.
-Está bien -dijo con un tono desafiante-. Pero si esto resulta ser una pérdida de tiempo, lo vas a pagar caro.
Todoroki esbozó una ligera sonrisa, una expresión rara en él.
-Acepto el riesgo -respondió.
Con esa decisión, ambos sabían que habían dado un paso importante, aunque incierto. Lo que sea que estuviera ocurriendo entre ellos, estaba a punto de desvelarse, y el camino para descubrirlo los llevaría a lugares donde el pasado y el presente se entrelazaban de maneras que ni siquiera podían imaginar.
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¡TE ENCONTRARÉ!
FantasiEn "Te encontraré," dos héroes de la Academia UA, Bakugo Katsuki y Shoto Todoroki, se enfrentan a un destino que trasciende el tiempo. En una vida pasada, fueron príncipes de reinos rivales: Bakugo, el Príncipe de las Bestias, y Todoroki, el Príncip...