El templo se alzaba en lo alto de una colina cubierta de árboles antiguos, sus muros desgastados por el tiempo pero aún imponentes. Una quietud envolvía el lugar, como si el tiempo mismo hubiera decidido detenerse en ese rincón olvidado del mundo. El viaje desde la Academia UA había sido largo, pero Bakugo y Todoroki lo habían hecho en silencio, ambos sumidos en sus propios pensamientos, sabiendo que el destino que los esperaba en ese lugar podría cambiar sus vidas para siempre.
Cuando finalmente llegaron a las puertas del templo, el sol ya había comenzado a descender, bañando la estructura en una luz dorada que acentuaba su aura mística. Bakugo miró a su alrededor, sintiendo una extraña familiaridad en el aire, como si ya hubiera estado allí antes, aunque su mente le decía que eso era imposible.
-Este lugar... -murmuró Bakugo, más para sí mismo que para Todoroki-. Hay algo en él...
Todoroki asintió, comprendiendo perfectamente lo que Bakugo sentía. Desde que habían salido de la academia, una extraña sensación había crecido en su pecho, una mezcla de anticipación y nostalgia. Era como si cada paso que daban los acercara más a un pasado que no entendían pero que los llamaba con fuerza.
-Vamos a entrar -dijo Todoroki con determinación, avanzando hacia las puertas del templo.
Las puertas, aunque antiguas, se abrieron con un suave crujido, revelando un interior oscuro y fresco. Al cruzar el umbral, ambos sintieron un escalofrío que recorrió sus cuerpos, como si un viento helado los hubiera atravesado. El interior del templo estaba decorado con antiguos tapices y estatuas que representaban figuras míticas, algunas de las cuales parecían extrañamente familiares.
Avanzaron en silencio por el pasillo principal, siguiendo la luz tenue que se filtraba a través de las pequeñas ventanas. Todo en ese lugar parecía estar cargado de una energía que Bakugo no podía ignorar. Se sentía como si cada paso lo acercara más a algo que estaba a punto de ser revelado.
Finalmente, llegaron a una sala central donde una estatua gigante dominaba el espacio. La figura, tallada en piedra oscura, representaba a un guerrero con una corona en la cabeza y una espada en la mano. Sus ojos parecían brillar con una luz propia, observando a Bakugo y Todoroki con una intensidad que los hizo detenerse en seco.
-Este lugar... -susurró Todoroki-. Es como si hubiera sido construido para recordar algo, o a alguien.
Bakugo frunció el ceño, pero no pudo evitar sentir la misma conexión. Se acercó a la estatua, sus pasos resonando en la sala vacía. Al estar más cerca, notó que la corona del guerrero tenía un diseño intrincado, con símbolos que no podía entender, pero que de alguna manera sentía que reconocía.
De repente, una ola de recuerdos lo golpeó con una fuerza abrumadora. Vio imágenes de batallas, de reinos en guerra, y de un guerrero que llevaba una corona similar a la que estaba ante él. Y luego, vio a Todoroki, o más bien, a alguien que se parecía a Todoroki, pero con una expresión mucho más dura y dolorida. Estaban juntos, en un campo de batalla, luchando lado a lado, pero también enfrentándose el uno al otro.
-¡Todoroki! -exclamó Bakugo, tambaleándose mientras trataba de mantener el equilibrio.
Todoroki corrió hacia él, notando el pálido rostro de Bakugo y la intensidad en sus ojos.
-¿Qué viste? -preguntó Todoroki, su voz urgente pero preocupada.
-Nosotros... estábamos juntos, pero no como ahora -respondió Bakugo, luchando por encontrar las palabras-. Estábamos en guerra. Tú... eras diferente, más frío, más distante. Y yo... estaba lleno de rabia. No entiendo qué significa, pero sé que éramos importantes el uno para el otro, aunque no sé si de una manera buena o mala.
Todoroki asimiló las palabras de Bakugo, sintiendo que los fragmentos de sus propios recuerdos comenzaban a encajar en un cuadro más grande y complejo.
-Tal vez... tal vez en nuestras vidas pasadas, nuestras almas estuvieron destinadas a estar unidas de alguna manera, pero algo salió mal -dijo Todoroki, su mente trabajando rápidamente para tratar de comprender lo que estaban experimentando-. Y ahora, en esta vida, tenemos una segunda oportunidad para corregir lo que sea que ocurrió.
Bakugo miró a Todoroki, notando la seriedad en sus ojos. Era raro ver a Todoroki tan decidido, pero Bakugo sabía que su compañero tenía razón. Había algo en todo esto que los estaba empujando a descubrir la verdad, no solo sobre quiénes eran, sino sobre lo que estaban destinados a ser.
-Entonces, ¿qué hacemos ahora? -preguntó Bakugo, sintiendo por primera vez una duda real en su voz.
Todoroki miró alrededor de la sala, sus ojos fijándose en un pedestal al lado de la estatua. Sobre él, descansaba un libro antiguo, cubierto de polvo pero claramente bien cuidado. Se acercó al pedestal y tomó el libro con cuidado, sintiendo el peso de la historia en sus manos.
-Creo que este libro puede tener respuestas -dijo Todoroki, abriéndolo con cuidado. Las páginas estaban llenas de escrituras antiguas, pero a medida que avanzaba, comenzó a ver ilustraciones que le resultaban inquietantemente familiares. Una en particular llamó su atención: dos guerreros, uno envuelto en fuego y el otro en hielo, parados frente a un trono vacío.
-Este es... nosotros -murmuró Todoroki, mostrando la página a Bakugo.
Bakugo tomó el libro, observando la imagen con una mezcla de fascinación y miedo. Los guerreros en la ilustración no solo se parecían a ellos, sino que parecían estar atrapados en una lucha interminable, como si sus almas estuvieran condenadas a enfrentarse una y otra vez.
-Tenemos que entender lo que esto significa -dijo Bakugo, su voz más firme-. No sé qué pasó antes, pero no pienso dejar que controle mi vida ahora. Si hay algo que debemos arreglar, lo arreglaremos. Pero esta vez, haremos las cosas a nuestra manera.
Todoroki asintió, sintiendo una renovada determinación. Ambos sabían que estaban en el borde de un descubrimiento que podría cambiar todo lo que sabían sobre sí mismos. Y aunque el camino por delante estaba lleno de incertidumbre, lo enfrentarían juntos.
-De acuerdo -dijo Todoroki, cerrando el libro-. Vamos a encontrar la verdad, cueste lo que cueste.
Con el libro en sus manos y una nueva misión en mente, Bakugo y Todoroki salieron del templo, listos para enfrentarse al destino que los había unido. Aunque el camino por delante estaba lleno de desafíos, ambos sabían que, pase lo que pase, no estaban solos. Y mientras caminaban de regreso a la academia, una cosa se hacía cada vez más clara: el pasado y el presente estaban entrelazados, y el destino de sus almas estaba a punto de ser revelado.
Pero, ¿podrían enfrentarse a lo que descubrirían? ¿Y cómo afectaría eso la relación que estaban empezando a redescubrir? El destino tenía sus propios planes, y Bakugo y Todoroki estaban a punto de descubrir que sus vidas estaban más conectadas de lo que jamás habían imaginado.
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¡TE ENCONTRARÉ!
FantasyEn "Te encontraré," dos héroes de la Academia UA, Bakugo Katsuki y Shoto Todoroki, se enfrentan a un destino que trasciende el tiempo. En una vida pasada, fueron príncipes de reinos rivales: Bakugo, el Príncipe de las Bestias, y Todoroki, el Príncip...