"La ruptura".

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Habían pasado unos días desde lo que pasó con Nina y me sentía cada vez más culpable y ansiosa.

Sabía que tenía que hablar con Maya, pero no sabía cómo enfrentar la situación.

Había estado evitandola, diciéndole que estaba ocupada o que necesitaba tiempo para mí misma.

La verdad era que no sabía cómo enfrentarla, no sabía cómo mirarla a los ojos y decirle que le había sido infiel.

Me sentía atrapada en una mentira y no sabía cómo escapar.

Me preguntaba cómo había llegado a ese punto y por qué no había sido honesta con Maya desde el principio.

Me sentía como si estuviera perdiendo el control de mi vida y no sabía cómo recuperarlo.

En mis noches, no podía dormir, pensando en lo que había pasado y en cómo ella reaccionaría cuando lo descubriera.

Me sentía como si estuviera esperando el juicio final, sabiendo que mi relación con Maya estaba en peligro.

Hasta que hoy me envió un mensaje de texto:

Necesito hablar contigo. ¿Puedes reunirte conmigo en el café "la catedral" a las 5 p.m?

Me sentí nerviosa y ansiosa, sabiendo que esto no podía ser bueno.

Me arme de valor y salí al lugar.

Llegué al café y Maya ya estaba allí, sentada en una mesa en la esquina.

Me senté frente a ella y noté que su expresión era seria y triste.

¿Qué pasa?-le pregunté, tratando de sonar inocente.

Lo sé- dijo, su voz baja y firme-lo sé todo. Sé lo que pasó con Nina.

Me sentí como si me hubieran golpeado en el estómago. No sabía qué decir ni cómo reaccionar.

¿Cómo lo sabes?-logré preguntar, mi voz apenas audible.

Maya sacudió la cabeza.

No importa cómo lo sé. Lo que importa es que me mentiste y me traicionaste.

Me sentí avergonzada y culpable, sabiendo que había lastimado a la persona que más me importaba.

Lo siento-dije, mi voz temblando-no sé qué decir.

Me miró con tristeza y decepción.

No hay nada que decir, Jamie. Esto es el final.

Maya se levantó de su silla y se alejó de la mesa, dejándome sola con mis pensamientos y mi culpa.

Me sentí como si me hubieran quitado el aire, como si mi mundo se hubiera derrumbado.

Me quedé sentada allí durante un rato, tratando de procesar lo que había pasado.

Sabía que había lastimado a Maya de una manera irreparable y que no había vuelta atrás.

Finalmente, me levanté y salí del café, sin saber qué hacer o dónde ir. Me sentía perdida y sola, sabiendo que había perdido a la persona que más me importaba.

Mientras caminaba por la calle, no pude evitar llorar. Me sentía como si me hubieran quitado todo, como si mi corazón se hubiera roto en mil pedazos.

Y en ese momento, supe que había llegado el final.

El final de nuestra relación, el final de nuestra felicidad.

Y no había nada que pudiera hacer para cambiarlo.

A medida que pasaban los días, empecé a sentirme cada vez más perdida y confundida.

No sabía qué hacer ni dónde ir. Me sentía como si estuviera flotando en un mar de incertidumbre.

Y entonces, sin saber por qué, me encontré de nuevo con Nina.

No sé si fue el destino o simplemente la necesidad de sentirme querida y aceptada, pero lo cierto es que me encontré de nuevo en sus brazos.

Y mientras estábamos juntas, no pude evitar sentirme culpable y confundida.

Sabía que había lastimado a Maya de una manera irreparable y que no debería estar con Nina de nuevo.

Lo que realmente me dolía era que aún amaba a Maya.

La amaba con todo mi corazón y saber que lo había lastimado me destrozaba por dentro.

Me sentía como si estuviera viviendo una mentira, como si estuviera tratando de convencerme a mí misma de que estaba bien, cuando en realidad no lo estaba.

Había vuelto a cometer el mismo error de nuevo, pero, esta vez, no estaba sola en mi culpa.

Sabía que había tomado una decisión equivocada y que tendría que vivir con las consecuencias.

"El Largo Camino Hacía La Felicidad".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora