Vi y Caitlyn dándose mucho amor en escenarios muy sexys que me invento de la nada.
Disfruta <3
(No hay portada porque no tengo imaginación para eso).
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<3
Se besaban con ansias, cómo si quisieran devorarse.
Era el día libre, ese día de la semana en el que no se tenían que preocupar por mantener las apariencias o de cualquier otra cosa. Solo eran ellas dos en el apartamento que compartían, por lo que aprovechaban para darse todo el afecto que podían y querían.
Sin embargo, había algo que preocupaba a Caitlyn. Cada vez que intentaba dar un paso para llevar las cosas al otro nivel, Vi parecía echarse atrás, cortando toda la intimidad para proponer cualquier otra cosa; salir a caminar, ver una película, escuchar música o lo que fuera con tal de no llegar a la siguiente fase con la peliazul.
Generalmente no la confrontaba, no quería hacerla sentir incómoda o traspasar sus límites. No obstante, eran bastantes las veces en las que era, indirectamente, rechazada por su pareja y ya no podía soportarlo. La lastimaba.
Por tal razón había decidido que: Si Vi volvía a rechazarla ese día, hablaría seriamente con ella y comunicaría su sentir.
Cuando se separaron, Caitlyn trató de iniciar un mayor contacto.
—Vi, cariño... Quiero que me toques —susurró con un tono de voz que derretiría a cualquiera.
Las mejillas de Vi se encendieron e hizo una mueca de satisfacción que pronto fue reemplazada por una sonrisa nerviosa.
—Cupcake... Yo... Claro que me gustaría —comenzó a decir— Pero, ya sabes... Eh, muero de hambre.
—Bien, puedes comenzar por mí y luego pedimos algo —respondió con una sonrisa juguetona.
La pelirosa tragó duro y desvió la mirada al suelo, sintiéndose acorralada por su pareja, quien la miraba expectante.
Eso era lo que más la asustaba, defraudar a Caitlyn, no cumplir con sus expectativas. Siendo una ex convicta que solo había interactuado con roñosos criminales, no tenía ni idea de cómo se suponía que era el sexo.
No se lo había dicho a la peliazul, porque le avergonzaba profundamente. Sin embargo, que su novia estuviese provocándola cada vez que podía... La hacía sentir tan extraña, despertaba cierta impotencia e impulsividad que no sabía que poseía. Al menos por ahora lograba contenerse.
—Necesito comer ahora, cupcake —Vi declinó la propuesta de Caitlyn con una leve sonrisa.
Aquello consiguió por fin colmar la paciencia de la ojiazul.
—Vi... Necesitamos hablar —dijo con serio semblante, tomándola por la muñeca y también por sorpresa.
—Claro, ¿qué sucede? —contestó la pelirosa, algo temerosa por el repentino cambio en la expresión de Cait.
La contraria suspiró y tomó suavemente las manos de Vi entre las suyas. Después, la miró fijamente, haciéndola sentir más nerviosa.
—No lo quise mencionar antes porque... Creí que iba a incomodarte. Sin embargo, necesito saber porqué estás rechazandome —confesó sin cortar el contacto visual— ¿No te atraigo de esa forma?
Aquella pregunta alarmó a Vi. No podía dejar que creyera eso. Para empezar, ni siquiera era verdad. No obstante, aún estaba presente esa gran vergüenza; el miedo de defraudar a la mujer que todo le había ofrecido.
Sus ojos miraron a todas partes y luego volvieron a conectar con la suplicante mirada de la peliazul. Vi se preguntaba cómo alguien podía tener una mirada tan penetrante pero suave al mismo tiempo, una mirada que le transmitía seguridad.
No tenía razones para temer.
Caitlyn jamás podría juzgarla o hacerla sentir insuficiente. Después de todo, ella la amaba por quién era y lo había demostrado.
—He sido una tonta, cupcake... —respondió por fin— No tendrías que pensar eso. Por supuesto que me atraes de esa forma, de todas las formas, Cait. ¿Te ves en el espejo?
Caitlyn hizo una mueca que luchaba por no convertirse en una sonrisa.
—La tonta razón por la que he estado evitando eso... Es porque no tengo ni idea de cómo hacerlo —explicó la pelirosa, desviando la mirada— Me daba vergüenza decirlo, y sobre todo, me daba miedo decepcionarte cuando lo hiciéramos...
La ojiazul rió suavemente al escucharla.
—Oh, Vi... ¿Por qué crees que vas a decepcionarme? Tú jamás podrías hacer eso —dijo con ternura en su voz, soltando sus manos para acunar su rostro entre las suyas— Y... Yo te voy a guiar, así que no debes preocuparte.
—Hm... ¿Vas a guiarme ahora? —la pelirosa cuestionó coqueta mientras sus manos se posaban una a cada lado de la cintura de su novia.
—En serio me sorprende que una de tus razones haya sido vergüenza, cielo —Caitlyn bromeó con una sonrisa juguetona.
Vi se encogió de hombros y pegó el cuerpo de Caitlyn contra el suyo. Luego le estampó un pequeño beso en los labios que fue velozmente correspondido, escalando a uno mucho más profundo y hambriento.
Tal parecía que la muchacha de alborotado cabello tendría su primera vez.
