Grace
Una vez que le entrego el móvil, me ofrece un casco que saca de un pequeño maletero en la parte trasera de la moto. Cuando me lo pongo, me doy cuenta de que no se abrocharmelo, asi que Noah me ayuda a cerrarlo. Primero, se sube Noah para poder arrancar la moto y después me subo yo. Me gusta que se haya ofrecido a llevarme a casa, parece un chico rudo y frío, pero es todo lo contrario, es amable.
-Una cosa, yo nunca he montado en moto -comenta un poco alterada.
-No te preocupes, no se caerá -comenta tranquilo con una sonrisa -tu solo agarrate fuerte.
-¿Y a de dónde se supone que me tengo que agarrar? -pregunto un poco confusa.
-Puedes agarrarte atrás -dice señalando los dos espacios que hay al final del asiento -o a mi cintura.
Vale, espero que no me haya visto con la oscuridad de la noche por que me he puesto como un tomate y el corazón me ha latido muy fuerte al escuchar que también me puedo agarrar a su cintura.
-Creo que prefiero la segunda opción, si no te importa.
-Para nada.
Cuando me agarro a su cintura, noto sus músculos tensarse bajo mi tacto. De camino, pasamos por una carretera que no conocía y lleva a un puente que pasa por un río que tiene unas vistas increibles a la ciudad, al ser de noche, la ciudad esta a oscuras y solo se ve las luces de las calles y la de los edificios. Me recuerda a Nueva York. Cuando llegamos, noah me explica como me tengo que bajar de la moto, lo hago paso por paso como me ha indicado y el me imita.
-Gracias por dejarme el casco y por traerme -comento con una sonrisa mientras le entrego el casco.
-No es nada -responde tranquilo.
-Por cierto, ¿te gustaría quedarte a cenar? es lo menos que puedo ofrecerte por traerme.
-¿Enserio?
-Si, puedo pedir unas pizzas.
-Pues muchas gracias.
-No es nada. Por aquí -comento mostrandole el camino.
Cuando saco las llaves de mi bolsa, mi móvil comienza a vibrar. Es Shopie.
-Hola Shopie, ¿qué pasa? ¿todo bien? -pregunto a un lado de la pantalla.
-Si, todo bien. Solo que se me olvidó decirte que mañana tengo que salir un par de horas antes de la tienda, porque nos vamos de viaje y tenemos que salir temprano. -comenta.
-Osea que tengo que cerrar yo la tienda ¿no? -si hay algo que odie de mi trabajo es cerrar por las noches y justo mañana he quedado con Dana.
-Si -afirma al otro lado del aparato.
-Vale. Entonces ¿te vas a las siete no?
-Si.
-Genial, gracias por avisarme -respondo forzando una sonrisa.
Cuando cuelgo la llamada miro a Noah y le comento lo que me ha dicho mi compañera.
-A mi tampoco me gusta cerrar los sitios por las noches, y lo digo por experiencía.
-Espera, ¿trabajas? -pregunto mientras el marca el número de la pizzería, yo he pedido pizza carbonara y el de hawaiana con piña. En mi defensa, he de decir que la pizza con piña es la mejor del mundo.
-Si, sirvo copas en un club. Y si lo preguntas, si he tenido que lidiar con algun borracho.
-¿Enserio?
-Si, y lo creas o no hay gente que se emborracha muy rápido -comenta antes de llevarse el teléfono a la oreja.
Media hora después llegan las pizzas. Y nos sentamos en el salón a comer.
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CUANDO NO QUEDE MÁS MÚSICA EN LOS LIBROS.
RomantikGrace Evans es lectora. Desde que perdio a sus padres en un accidente de coche, no se expresa con claridad y se guarda sus sentimientos asi que decidio trabajar en una librería y cada día se enamora más de los libros. Noah Miller toca la batería en...