Jungkook trabajaba en la biblioteca de sus padres, le encantaba acomodar los libros y leerlos cada que podía.
Su vida era tan feliz hasta que llegó ese chico, Park Jimin. Era un chico demasiado egocéntrico y egoísta, se creía mucho cuando venía solo por ser hijo de los mayores productores de la televisión coreana. Prácticamente actuaba en todas las novelas que hacía su padre.
Todavía recuerda cuando vió por primera vez a ese pequeño Omega, tan creído.
-Si papi, estoy en la biblioteca, no sé porque me mandas aquí si todo lo puedo sacar de internet- dijo el pequeño con una mueca.
-Dios mío Jungkook- susurró- ahí está el actor Park Jimin- dijo una pequeña abuelita.
-¿Qué?, ¿el que sale en amores de contrabando?- preguntó
-Siii
-Deja le pido un autógrafo
El pelinegro se acercó y dijo- Hola, mi abuela es muy fan tuya, ¿será que podrías darle un autógrafo?
El actor lo miró de arriba a abajo, con una mirada de asco, simplemente se volteó y se sentó a una mesa lejana al pelinegro.
-maldito- susurró.
Después de eso todo se había vuelto horrible, el pequeño entró y jamás guardo silencio, se reía a carcajadas en su teléfono y leía solo de ves en cuando, lo peor es que no tenía el valor le decirle algo, tenía miedo a que su padre la quitara la biblioteca y se quedará sin dinero para pagar la universidad...
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Otro día despertandose a las 5:30 de la mañana, Jungkook tenía q limpiar y barrer la biblioteca, ya que está vez su abuela no lo acompañaría. Llegó e hizo lo que le tocaba, agarró uno de los libros que estaban ahí, su favorito, "Maravilla" donde unos amigos del futuro los mandan a otro planeta, a uno le gustaba el principito, al otro los árboles de cerezos y el final se los dejo a ustedes.
Terminó de leer su libro y comió el platillo de bibimbap que había preparado. La mañana fué tranquila, recibió poca gente, hasta que con la mirada abajo, escuchó la puerta abrirse, sabía quién era... Park Jimin.
El rubio pasó por sus huevos y se dirigió al lugar de siempre, soltando su olor a perfume de rosas, llamando la atención del Alfa, Jungkook resistió al encantador olor.
Después de media hora de "tranquilidad" se empezó a escuchar música al fondo de la biblioteca, al mirar, vió que era Jimin rodeado de unas cuantas chicas, todas queriendo un autógrafo de él.
El Alfa agarró coraje y decidió terminar con esta tortura, se dirigió hacia Jimin y apartó a las omegas de ahí, agarrándolo de la muñeca.
-Estoy harto, por favor para con tu música.
-Su-sueltame imbécil- Jimin intentaba soltar su agarre.
-No, está es mi biblioteca, son mis reglas y si no sabias por eso hay un reglamento en la entrada- gritó.
