10. Azul

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Okay; Chase Atlantic.
Art Deco; Lana Del Rey.

Recuerdos.

No conocía de quién era la fiesta, tampoco cómo había llegado allí.

Hacía poco había comenzado a pasarse con sus pastillas, podía sentirse menos tenso y más lento. Por supuesto, su madre lo descubrió pronto. Comenzaron a monitorearlo y casi lo obligaron a ir a un psiquiátrico. Tuvo que recurrir a esto, fiestas de desconocidos donde sabía que habría sustancias.

No había querido ir solo, le pidió a Inojin y a Shikadai que lo acompañaran, pero le dijeron que 'No era su ambiente'.

Jodidos estúpidos.

Su nariz se sentía irritada, pero ahora las demás partes de su cuerpo se sentían tan bien. ¿Qué hacía? ¿De quién era la piel que se movía contra la suya?

Estaba bailando con alguien, una chica que no dejaba de frotarse contra su cuerpo.

¿Quién lo estaba montando?

Estaba en una habitación desconocida, besando a alguien que nunca en su vida había visto, y tampoco quería volver a ver.

—¡Boruto! —la puerta de la habitación fue abierta, y Sarada entró al cuarto.

Dios ¿por qué no podía ser ella quien se lo cogía?

—¡Bájate de él! —exigió a la chica arriba suyo.

La miró, a sus lentes azules. Debió ser eso, algo que le recordaba a la Uchiha.

Jadeó cuando se quitó de encima, y arregló su ropa para que Sarada no viera nada.

Ellas peleaban, la Uchiha la amenazó con una dura cachetada y la otra chica salió hecha una furia.

—¿Qué crees que...? —se volteó a mirarlo, enojada.

¿Ahora qué había hecho mal?

—¡Estás saliendo con Sumire! —le reclamó, acercándose a él.

Le dirigió una rápida mirada, a su corset azul y falda negra, a sus tacones altos. A su cabello corto y desordenado que la hacía desear besar su nuca.

—Rompimos —se encogió de hombros y se volvió a acostar en la cama—. ¿Qué haces aquí?

—Es el cumpleaños de Eida. —¿Así que era eso? Con razón sus amigos no habían querido ir, todo el mundo le tenía ganas a esa chica, era seguro que se pelearían.

—Claro. —murmuró.

—¿Cómo es eso de que terminaste con ella? —se acercó—. ¿Cuándo? —Sarada era la mejor amiga de Sumire o una mierda por el estilo, ella debería saber las razones ¿Por qué le preguntaba? Él no se acordaba.

—No sé —no mentía—. ¿Qué te importa? —frunció las cejas—. ¿Por qué me buscabas?

—Kawaki me pidió que te pasara esto. —extendió una caja negra del porte de un puño.

Mierda si.

Se la quitó y la abrió, apreciando las pastillas.

—¡¿Era droga?! —ella se acercó, intentando quitárselo sin éxito.

—Ya me la diste. —le sonrió perezosamente.

Sarada se sentó en la cama, a su lado. Con una mirada preocupada.

—Boruto... —sus ojos estaban en su cicatriz, y él apartó enseguida su rostro.

Odiaba que lo mirara.

ULTRAVIOLENCE (borusara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora