Los días siguientes fueron exactamente iguales. Raúl llevándose a Tiago, él ojiverde quedandose solo, deseando poder estár en el lugar de él.
No entendía si él no era tan atractivo o cual era el problema con él. Tal vez que era solo su amigo.
Estuvo algo distante con el morocho, si, pensó que sería una gran solución, pero solo le ocasionó más problemas. Thomas comenzaba a dudar de sus excusas tan raras y obvias, estaba abrumado con todo el tema sobre Tiago, sentía que en cualquier momento le explotaba la cabeza de sobrepensar tanto.
De nuevo estaban el par de mejores amigos en el salón de clases, ahora Monzón estaba recargado en el pupitre queriendo dormir un poco, el pelinegro había notado lo distante y a veces extraño que se ponía con él.
—¿Eu, 'tás bien, Mau? —preguntó para luego moverlo suavemente por el hombro, siendo más como una caricia.
Él ojiverde solo asintió en respuesta, no queriendo hablar con nadie, el dolor de cabeza lo estaba matando, más las pocas horas que había dormido en estas semanas, se habían acumulado hasta este momento, causando una gran irritabilidad en éste.
—No me mientas, Mauro. ¿Te pasa algo? —cuestionó ahora comenzando a preocuparse por su amigo, se acercó al pupitre donde estaba recostada su cabeza, mirándolo de forma suave, que a los ojos del otro era tierna.
—No te estoy mintiendo, ¿me dejás en paz? —pidió, no quería sonar tan grosero pero de verdad se sentía mal.
Tiago comprendió y con un poco de paciencia volvió a preguntar de forma sutíl, solo de esa forma daba brazo a torcer él ojiverde.
—¿Te sentís mal? —susurró, y Mauro como un nene asintió decaído.
Pacheco sonrió y comenzó a acariciar su cabello, de esa forma Mauro sentía que podía librarse de todo dolor en su cuerpo. Se dejó hacer entre las caricias cerrando los ojos suspirando.
¿Por qué tenía que ser tan demostrativo?, ¿por qué tenía que sentir eso por su amigo?.
Sin querer, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, pero no dejó escapar una sola, no con la razón de éstas frente a él.
Las caricias se perdieron entre sus pensamientos, un alivio se esparció en su pecho y por un momento entre todo el caos de su mente logró sentirse en paz.
Al cabo de unos minutos, paró de acariciarlo dejando un sutíl beso en su frente sonriendo. Monzón no daba más de enamorado, lo tenía tan mal.
Sus sollozos partieron al medio a Mauro, rápidamente lo envolvió en un abrazo asegurándole que estaba con él.
Limpió sus lágrimas no queriendo verlo triste, aunque ya lo esperaba, salir con un idiota como lo era Raúl, aseguraba todo menos amor.
—Tranquilo, tranquilo —murmuró dejando caricias por su espalda queriendo calmarlo.
El llanto parecía no cesar, y comenzaba a ponerse nervioso, claro que podía consolarlo y sostenerlo, pero estando en los baños del colegio, no era tan bonito.
Trató de calmarlo lo más que podía, hasta que paró de llorar y ahora solo lo abrazaba, Mauro disfrutaba cada uno de sus abrazos, amaba la calidez que le transmitía el más bajo.
—¿Estás mejor? —preguntó luego de algunos minutos estando en silencio.
Lo sintió asentir en su cuello, comenzó a acariciar su suave cabello, robándole un par de suspiros al morocho.
Simplemente se quedaron ahí disfrutando del abrazo, no queriendo aprovecharse de su vulnerabilidad se alejó suavemente hasta verlo a los ojos, sus ojos húmedos estaban hinchado por el reciente llanto, le erizaba la piel verlo tan frágil.
Dejó un beso en su frente mostrándole una sonrisa que fue devuelta por el otro.
—Te amo, gracias, Mau, de verdad —murmuró aún algo entrecortado, pero finalmente dejando ahora un beso en su mejilla.
Los cables se le cruzaron y después del pequeño beso no procesó más nada, estaba tan embobado mirándolo.
No duró mucho, pues Tiago se alejó para lavar su cara e irse ambos a clases, de nuevo. Sin duda cualquier gesto de amor o amistad que le daba Tiago, lo ponía estúpido.
ESTÁS LEYENDO
𝗰𝗮𝗳𝘂𝗻é
Fanfiction𝐢. 𝗖𝗔𝗙𝗨𝗡É ❪ 𝖿𝗂𝗇𝗂𝗌𝗁𝖾𝖽 ❫ ━━el acto de acariciar el cabello de una persona cariñosamente.