𝐁𝐑𝐎𝐎𝐊𝐋𝐘𝐍 𝐁𝐀𝐁𝐘 - 𝒿𝓊𝒿𝓊𝓉𝓈𝓊 𝒦𝒶𝒾𝓈ℯ𝓃

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OKKOTSU YUTA

Pov normal.

— ¿por qué debo ser yo quien hable con ese niño? — pregunto con molestias una mujer de no más de veinte seis años.

Ayame esperaba una respuesta por parte de su superior :el director yaga, aquel que en el pasado en aquella misma escuela había sido su mentor, pero ahora era al revés. Ella era maestra de los alumnos de nuevo ingreso y el una persona de alto rango.

Tantos años habían pasado desde la ida de suguru Geto, pero para, ella no parecía ser así.

Extrañaba la compañía y buenos consejos del azabache, pero el había escogido el camino equivocado por encima de su amistad con satoru.

Aquella adolescente había madurado como una bella flor. Abrió sus pétalos y dejó ver al mundo lo que tenía en su interior, demostrando ser una excelente enfermera en kyoto, pero era con su escuela en tokyo donde pasaba más días con los menores.

— no confío en satoru para que haga este trabajo...— admitió el mayor, no confiando en el líder de los gojo por culpa de su inmadurez y no ser serio en sus responsabilidades —A lo mucho te acompañará. Pero  necesito que seas TU — recalcó aquello — la encargada de ir por ese niño y traerlo aquí sin ninguna complicacion, ¿de acuerdo?

—entiendo que satoru sea un infantil... Pero si de verdad es cierto lo que me dijo... No tendré de otra más que negarme a este trabajo — expreso su descontento la rubia,cruzandose de brazos y dándole una mirada desafiante al hombre mayor .

— piénsalo bien, ayame — yaga observó atraves de sus gafas seriamente a la mujer — si haces eso, los altos mandos no tendrán piedad con el y lo mataran.

Aquellas palabras erizaron la piel de la maestra, no creyendo lo que escuchaba.

No tenía por que sorprenderse, sabia que los peces gordos eran personas sin sentimientos y con una falsa moral de proteger a los no hechiceros, pero por esa misma moral, que satoru y suguru terminaron en caminos diferentes.

Y bueno ella... Realmente no le importaba lo que pasaba a sus alrededores, solo haría su trabajo de sanar heridos. Pero haría un pequeño cambio al interponerse en los planes de aquellos que más odia, solo para fastidiarlos y de alguna manera, el ayudar a ese pobre chico.

— de acuerdo — chasqueo la lengua rendida ante tanta insistencia—Haré ese trabajo, pero también quiero que satoru este conmigo, al menos para asegurarse que okkotsu yuta no sea un peligro.

— bien... — ya rendido por tantas exigencias de su antigua alumna, acepto aquella condición — no se tarden en sus trabajos.

— ¡si!

.....

Pov ayame.

Caminaba por los pasillos de la escuela en dirección a la salida y pedirle a ijichi que prepare el auto. Pero mis ojos divisan a un hombre de traje beiche y de pelo rubio, hablando con satoru.

— ¿nanami? — pregunto sorprendida de verlo nuevamente.

El se gira a verme y al igual que yo, habré sus ojos en par.