Tres días después de mi regreso, aún me encontraba en casa, evitando salir mucho y evitar lugares donde me puedan reconocer.
Sobre todo, evitaba a Jamie. No estaba lista aún para volver a verla, no estaba lista para abrir de nuevo esa herida.
Pero la vida tiene una forma de sorprendernos.
Jamie llegó a mi casa, visitando a Oli y Luna y al entrar, sintió que había alguien más allí.
¿Quién más está con ustedes?-preguntó y entró a la cocina.
Al verla, mi corazón se aceleró.
Había pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, y podía ver el cambio en su rostro.
Hola, Jamie- le dije, tratando de sonar calmada.
Ella se sorprendió, y su voz apenas fue audible cuando dijo:
¿Maya?
Luego, en lugar de responder a mi saludo, se acercó a mí y me abrazó.
El abrazo de Jamie me envolvió en un torbellino de sentimientos. Me sentí como si estuviera de nuevo en ese lugar donde todo había comenzado, donde nuestros corazones habían latido al unísono.
El tiempo parecía haberse detenido y todo lo que había pasado entre nosotras se desvaneció en ese momento.
Me aferré a ella, sintiendo su calor y su aroma. Era como si hubiera regresado a casa, a un lugar donde me sentía segura y amada. El abrazo era fuerte, pero también era suave, como si Jamie estuviera tratando de no lastimarme.
Pasamos un rato así, abrazadas, sin decir una palabra. Solo el sonido de nuestras respiraciones y el latido de nuestros corazones. Era como si estuviéramos comunicándonos sin necesidad de palabras.
Finalmente, se separó de mí y me miró a los ojos.
Sus ojos estaban llenos de emociones, de preguntas y de sentimientos. Me sentí desnuda ante ella, como si estuviera viendo mi alma.
¿Cómo has estado?-le pregunté de nuevo, tratando de romper el silencio.
Jamie abrió la boca para responder, pero no dijo nada. En su lugar, me tomó la mano y me llevó a la sala. Se sentó en el sofá y me hizo sentar a su lado.
Bueno, creo que ya es hora de que nosotras nos vayamos-dijo Oli, sonriendo astutamente.
Sí, dejémoslas solas-agregó Luna, guiñando un ojo.
Y ahí me di cuenta de que ellas habían sido las que habían planeado todo, las que habían llamado a Jamie para que viniera a la casa.
Me sentí un poco sorprendida, pero también agradecida por su intervención.
Espera, ¿qué pasa?-preguntó Jamie, levantándose levemente.
No te preocupes, todo está bien-respondió Oli, desde la puerta-solo queremos darles un poco de privacidad
Luna se asomó por la puerta y dijo
Sí y también queríamos asegurarnos de que Jamie viniera a visitar a su "amiga".
Me reí por dentro, sabiendo que mis amigas habían estado tramando esto detrás de nuestras espaldas, pero no me importaba, porque sabía que lo habían hecho con buenas intenciones.
...
Jamie y Maya se quedaron solas en la sala, después de que Oli y Luna se despidieron.
El silencio entre ellas era palpable, pero también era cómodo.
Jamie sabía que tenía que hablar, que tenía que decirle a Maya lo que había estado sintiendo.
Bueno, creo que ya es hora de aclarar ciertos temas-dijo Jamie, su voz seria pero suave.
Maya la miró, sus ojos buscando la verdad en las palabras de Jamie.
Si-respondió, su voz baja pero firme.
Jamie tomó una profunda respiración antes de continuar.
Maya, perdón por todo el daño que te causé. Fui una perra al engañarte con Nina, pero de verdad estaba confundida y me di cuenta muy tarde de todo lo que hice.
Maya la miró fijamente, sus ojos llenos de emociones.
Muy tarde te diste cuenta-dijo, su voz suave pero firme.
Jamie asintió, sabiendo que no podía negar su culpa.
Pero quiero intentarlo de nuevo-dijo, su voz llena de esperanza-Maya, yo te amo. Eres y siempre serás la persona a la que más he amado en mi vida. Yo terminé con Nina, esta vez para siempre. Yo solo estaba con ella porque no quería hacerle daño, no quería seguir siendo una mierda de persona, no quería seguir hiriendo corazones.
Maya la miró, sus ojos llenos de emociones. No sabía qué decir, pero su corazón latía fuerte en su pecho.
Después de unos largos minutos sin respuestas, Jamie se levantó para irse, pero Maya la detuvo, tomando su mano y besándola apasionadamente.
El beso fue como un torrente de emociones, un recordatorio de lo que una vez fue y lo que podría ser de nuevo.
Jamie se sintió abrumada por la emoción, sabiendo que Maya aún la amaba, que deseaba darle una nueva oportunidad.
El beso fue suave al principio, pero luego se volvió más apasionado, más intenso. Se sintió como si estuvieran volando, como si nada más importara excepto ese momento, ese beso.
El beso se desvaneció lentamente, dejando a Jamie y Maya con la mirada fija en la otra. El silencio entre ellas era cómodo, como si no necesitaran decir nada más.
Maya sonrió suavemente y acarició la mejilla de Jamie.
Creo que es hora de cerrar heridas del pasado-dijo, su voz llena de emoción.
Jamie asintió, sintiendo un peso que se levantaba de sus hombros.
Sí, es hora de dejar ir el dolor y abrazar el amor que aún queda entre nosotras.
Mata se acercó a Jamie y la abrazó fuerte.
Te amo, Jam. Nunca dejéde hacerlo.
Jamie se sintió abrumada por la emoción, pero también se sintió en paz.
Te amo, May. Siempre te amé.
En ese momento, supieron que estaban listas para darle una nueva oportunidad a su amor. El pasado quedó atrás, y el futuro se abrió ante ellas como un libro en blanco, listo para ser escrito.
Se separaron y se miraron a los ojos, sonriendo. Sabían que aún habría desafíos por delante, pero también sabían que estaban listas para enfrentarlos juntas.
¿Quieres que empecemos de nuevo?-preguntó Jamie, su voz llena de esperanza.
André asintió, su sonrisa radiante.
Sí, quiero. Empecemos de nuevo.
Y con eso, Maya y Jamie sellaron su amor con un beso, listas para enfrentar el futuro juntas.
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"El Largo Camino Hacía La Felicidad".
RomanceLa historia sigue la vida de Maya, una persona que ha sido golpeada por la adversidad y la pérdida. A pesar de tener una relación amorosa con Jamie, Maya no puede escapar del dolor y la soledad que lo acechan. Su pasado está marcado por la pérdida...