Cap. 26

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—Betty... ¿Estás bien?— Le preguntó, asustado.

Betty no respondió y solo tomó una profunda respiración para calmarse. —¿De verdad quieres que seamos... Novios?—

—Solo si tú quieres— Aclaró Jughead. —No haré ni quiero que hagas nada que no quieras princesa—

Betty sonrió y de repente lo besó dulcemente por encima de la mesa. —Sí quiero ser tu novia Juggie—

Los ojos de Jughead brillaron, su pecho se calentó y sus manos empezaron a temblar de tanta alegría. —No lo puedo creer... Betty me acabas de hacer muy, pero muy feliz—

Betty sonrió y ambos se volvieron a besar por encima de la mesa con mucho cariño. Para los dos, era un salto de fe hacia una relación de la que ambos estaban muy seguros. Estaban tan felices que luego de que Jughead pagara la cuenta, ambos salieron del restaurante y Jughead cargó a Betty y empezó a dar vueltas con ella en brazos.

—¡Jughead!— Lo regañó Betty entre risas, abrazándose a él con fuerza. —¿¡Qué haces!?—

Jughead dejó de dar vueltas y la colocó de regreso al suelo con mucho cuidado, mirándola con los ojos cristalizados. —Eres mi novia. Perdóname por ser tan intenso pero...

—Shh...— Lo calló Betty, acariciando su mejilla. —La intensidad me encanta—

Jughead sonrió y una vez más la besó. Era un beso cargado de cariño y con solo un toque de pasión. Pero ese beso se vió interrumpido por una alarma en el celular del chico.

—¿Qué es esa alarma?— Preguntó Betty con diversión.

Jughead suspiró, sacando su celular y mirando la hora. —Es la alarma que me avisa la hora para llevarte a casa. Si no lo hago, tus padres no te dejarán salir conmigo otra vez—

—Mis padres...— Murmuró Betty, preocupada. —¿Cómo les digo que tengo novio?—

—Yo lo hago preciosa— Avisó Jughead, sacando las llaves del auto. —Me presentaré como tu novio ante tus padres. Ya tenemos que irnos—

Ambos entraron al auto, Jughead condujo hasta la casa de la ojiverde y antes de que ella saliera del auto, se estaban despidiendo.

—¿Nos vemos mañana?— Preguntó Jughead mientras acariciaba su mejilla.

—Hasta mañana Juggie. Pero no me quiero ir— Admitió Betty, dejando caer su cabeza en el hombro del chico.

—Bebé... Si quedo mal con tus padres van a matarme— Aseguró Jughead, besando su cabeza. —Vamos, si quieres te acompaño hasta la puerta—

Betty estuvo de acuerdo y Jughead la acompañó hasta la puerta de la casa, en dónde la recibieron sus padres.

—Mi hija...— Habló Hall, abrazando a Betty y mirándola de arriba a abajo. —Estas entera—

—Y llegaron cinco minutos antes— Admitió Alice. —Bien hecho muchacho. ¿No quieres pasar?—

Jughead negó. —Ya me tengo que ir, mañana hay clases. Gracias por prestarme a su hija— Miró a Betty. —Buenas noches Betty, nos vemos mañana—

—Hasta mañana Jughead— Respondió la ojiverde menor.

Jughead se retiró hacia su auto para irse a casa y los Cooper se encerraron para descansar.

—¿Cómo te trató ese muchacho hija?— Le preguntó Alice.

Betty la miró con ojos brillantes. —Es un caballero. Me respeta y me cuida mucho—

•SÓLO POR TÍ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora