Izuku no pudo dormir esa noche. Estaba convencido de que algo andaba mal con ___. Sabía que lo que estaba haciendo no era racional, que no era propio de él ir a la casa de alguien sin previo aviso, pero sus pensamientos estaban demasiado nublados por la preocupación y, más aún, por la necesidad desesperada de verlo.
Esa mañana, cuando salió el sol, Izuku ya estaba listo para salir. Había memorizado la dirección de ___ a partir de conversaciones anteriores, detalles que había guardado celosamente en su mente. Mientras caminaba hacia la casa de ___, su corazón latía rápido, una mezcla de ansiedad, emoción y miedo.
Cada paso que daba hacia la casa de ___ se sentía pesado. Izuku, normalmente calculador y calmado, ahora caminaba con un objetivo firme pero impulsado por emociones descontroladas. Su mente divagaba: ¿Y si ___ está realmente enfermo? ¿Qué haré si se enfada por aparecer así de repente? ¿Y si simplemente no quiere verme?
La idea de que ___ pudiera estar evitando su contacto por alguna razón personal hacía que su estómago se encogiera de inquietud. Pero su mente obsesiva encontró una justificación: Tal vez está en problemas y no puede pedir ayuda... tal vez necesita que esté allí...
Al llegar a la calle donde vivía ___, Izuku respiró hondo y se acercó lentamente. Su corazón latía tan fuerte que parecía llenar el silencio de la tranquila calle. El número de la casa de ___ apareció ante él, y la realidad de lo que estaba a punto de hacer golpeó su mente por un momento.
Sin embargo, su impulso fue más fuerte.
Izuku se quedó en la acera por unos minutos, tratando de reunir valor para tocar la puerta. Miró a través de las ventanas, intentando ver algo que le diera una pista del estado de ___. No vio mucho, pero las cortinas estaban ligeramente abiertas, dejando entrever que no estaba completamente oscuro en el interior. Quizás había alguien en casa.
Decidió no retroceder. Caminó hacia la puerta y tocó suavemente, temiendo que pudiera sonar demasiado insistente. Su respiración estaba entrecortada, y casi podía escuchar el latido de su corazón resonando en sus oídos.
Unos momentos de silencio siguieron a los golpes, y luego escuchó pasos acercándose a la puerta. La manija giró, y la puerta se abrió ligeramente, revelando a ___, vestido con ropa cómoda de casa, su expresión era de sorpresa, mezclada con una evidente confusión.
"Midoriya... ¿qué estás haciendo aquí?" La voz de ___ sonaba tranquila, pero su mirada mostraba un leve asombro. Estaba claro que no esperaba verlo allí, mucho menos tan temprano en la mañana.
Izuku tragó saliva, sintiendo un nudo en la garganta. "___, yo... Me preocupé porque no respondías mis mensajes. Quería asegurarme de que estabas bien," dijo, su voz un poco más alta de lo que pretendía.
___ frunció el ceño ligeramente. "Estuve enfermo, nada serio. Solo necesitaba descansar. Lo siento, no pensé que necesitabas saber todos los detalles."
Izuku sintió una punzada de dolor en el pecho. Había esperado una reacción más cálida, pero ___ parecía distante, como si hubiera algo que le molestara.
"Es solo que... me asusté un poco," admitió Izuku, con la mirada baja. "Sentí que tal vez algo había pasado y no podía dejar de pensar en ello..."
___ suspiró, frotándose la frente. "Izuku, agradezco tu preocupación, pero aparecer así sin avisar no es normal, ¿sabes? Yo también tengo mi espacio."
La mención del espacio personal hizo que Izuku se sintiera incómodo. En su mente, no había hecho nada malo. Solo había seguido su instinto de proteger y cuidar a alguien a quien quería. Sin embargo, podía ver en los ojos de ___ que no había tomado la mejor decisión.
"Lo siento, de verdad no quería incomodarte," dijo Izuku con voz suave, pero había un leve temblor en su tono. "Es solo que... creo que me importas mucho más de lo que pensé."
El ambiente se volvió más tenso. ___ lo miró con una mezcla de compasión y molestia. "Lo sé, pero hay formas de mostrar preocupación que no invaden el espacio de alguien. Solo... dame tiempo, ¿de acuerdo?"
Izuku asintió lentamente, tratando de calmar sus pensamientos. Sin embargo, dentro de él, el rechazo sutil de ___ ardía como una llama creciente.
De regreso en la U.A., el ambiente en la habitación de Izuku era sombrío. Aunque había intentado manejar la situación de manera más madura, sus pensamientos no podían dejar de girar en torno a ___ y la manera en que la conversación había salido mal. Se sentía atrapado entre la culpa y la frustración.
Por otro lado, sus compañeros de clase, especialmente Ochaco y Iida, comenzaron a notar un comportamiento aún más extraño en él. Estaba más reservado, murmuraba para sí mismo a veces, y parecía que había perdido su enfoque en los entrenamientos.
"Midoriya ha estado actuando raro últimamente, ¿no crees?" le comentó Ochaco a Iida un día durante el almuerzo.
"Sí, he notado que su comportamiento se ha vuelto un poco errático," respondió Iida, ajustando sus lentes con preocupación. "Creo que deberíamos hablar con él. Podría estar pasando por algo serio."
Mientras tanto, Izuku seguía encerrado en sus pensamientos, sin darse cuenta de que su comportamiento cada vez más obsesivo comenzaba a preocupar a quienes lo rodeaban.
Esa noche, Izuku se sentó en su cama, mirando la pantalla de su teléfono. Sabía que no podía aparecer de nuevo en la casa de ___ sin parecer un acosador. Necesitaba ser más astuto, más cuidadoso. Si realmente quería proteger a ___ y mantenerlo cerca, tenía que ganarse su confianza de nuevo.
Izuku decidió cambiar su estrategia. No podía dejar que ___ se alejara. Haría lo que fuera necesario para asegurarse de que siempre estuviera seguro, incluso si eso significaba estar en las sombras, observando y protegiendo.
La obsesión de Izuku había encontrado un nuevo enfoque. Y nadie, ni siquiera sus compañeros de clase, sabían lo que se avecinaba.
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Tinte Verde Corazón Oscuro (Izuku Yandere X Malereader)
FanfictionLee la historia nomas