࣪𓏲ּ ⌗ 𝗠𝗜𝗖 ˑ ִ ֶ | La vida de Emma se resumía en dos cosas: escribir y cuidar a su hija Lucia. Sus día a día parecían tan simples hasta que Carlos Sainz, el piloto favorito de su hija, apareció en sus vidas. Solo eran ella, su hija y ahora C...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ya era pasado el medio día cuando Emma se estiró en su cama percatandose de que no estaba sola, si no que a su lado tenía a Luci y Carlos durmiendo muy tranquilamente ¿Lo más cómico? Es que ambos dormían en una posición similar, sus brazos izquierdos curvados al mismo angulo y sus bocas abiertas lo hacia todo mas tierno y gracioso.
Paso una mano por su cara algo sorprendida de cuantas cosas habían pasado en tan solo una noche, ¿Que tanto habia enloquecido para terminar durmiendo con Carlos?
El timbre sonando por toda la casa la hizo despegar la vista de ambos y levantarse de la cama en dirección a la puerta.
—¡Emma, querida! —La dulce voz de la señora Reyes se hizo presente al abrir la puerta y recibió su abrazo con cariño dejándola pasar a la casa.
—Señora Reyes, que gusto verla. —La saludo aún algo adormilada pero con una gran sonrisa en su rostro.
—Es medio día ¿Siguen durmiendo? —pregunto algo extrañada mientras caminaba a la cocina dejando sus cosas sobre la isla y Emma la seguía por atrás. —Te traje Cheesecake, se que te encanta. —Dijo entregándole la bandeja que llevaba.
A Emma le brillaron los ojos al ver el postre frente a ella y su boca se hizo agua, de verdad amaba el Cheesecake, y mas si era Reyes quien se lo regalaba. Le dió un gran beso en la mejilla que hizo reír a la señora y se fue a buscar una cuchara para empezar a degustar.
—La odoro, Reyes. —dijo en agradecimiento y la señora hizo un ademán con la mano avergonzada.
Dió un vistazo panorámico de la sala ya que la cocina tenía una vista perfecta de esta, logrando divisar una manta sobre el sillón y un bowl de lo que parecia ser palomitas en la mesa de café.
—¿Hicieron pijamada? —pregunto curiosa a lo que Emma asintió demasiado concentrada en el postre. —¿Y hubieron invitados? —cuestiono ahora al ver un par de pantuflas que sabía no eran de ella.
Emma no respondió nada al acordarse de que Carlos seguía durmiendo en su habitación ¿Cómo le diría a Reyes que su hijo estuvo aquí sin que se volviera loca?
De popular conocimiento era que Reyes Sainz estaba más desesperada en buscar una pareja para Emma que la propia Emma, y con sus insinuaciones de la ultima cena juntos, estaba mas que claro que Reyes queria a Emma y su hijo juntos.
Adoraba a Emma tanto como a una hija y a Lucia tanto como una nieta, el que ella y Carlos oficializaran su relación solo hacia todo mas real, como un sueño cumplido para Reyes. Y aunque su esposo ya le haya dicho que los dejara en paz, ella no iba a perder las esperanzas.
»¿Hubo un invitado? —pregunto una vez más con su ceja elevada, rezándole a Dios y cada santo para que respondiera que el invitado había sido su hijo.
—Puede ser... —respondio lento. No tenía sentido mentirle a Reyes, pero alargar un poquito el misterio lo hacía todo más llevadero.
Claro que Emma no tenía problema en decirle a la señora que había hecho pijamada con su hijo. El problema era como reaccionaria Reyes al enterarse de que había Sido su hijo.
