Capitulo 7: La verdadera cara de Noah

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Cuando los dos hacen contacto visual, el ambiente se vuelve aún mas tenso porque Kiara se da cuenta que Noah está justo detrás de ella en una cercanía muy extraña ya que parecería que la está arriconando contra la barra.

-¿Qué rayos....— Kiara, apoya su mano contra el abdomen de Noah para alejarlo pero su concentración tiende de un delgado hilo ya que puede tocar lo que la ropa oculta; un tonificado cuerpo. — No te metas conmigo— Ruge la joven y cuando voltea a su costado, nota que hay un grupo de cuatro chicos que la está separando de Cauis, así que no cuenta con apoyo pero lejos de sentirse intimidada, toma la copa de nuevo y cuando está por beberla, Noah se la saca de sus manos.

— ¿No te enseñaron que no es bueno aceptar la bebida de un desconocido?— Sigue Noah, inexpresivo.

— ¿Estás tentado a empaparme de nuevo? Te aconsejo que no lo hagas porque está vez te pateare...

Noah, dibuja una sonrisa de lado con picardía  y para evitar la mirada de Kiara, mira hacia otro lado y en ese momento ve que el chico que le había regalado la copa, se acerca a ellos más precisamente a Kiara.

— ¿Todo en orden?- pregunta el joven, escaneado a Kiara de pies a cabeza.

— Si...

— No...— Interrumpe Noah pero al momento de decirlo se da cuenta que respondió muy rápido para un asunto que no le interesa así que termina dándole la copa al joven y sin decir nada más, se va.

— Que tipo...— Ríe el sujeto al lado de Kiara pero la joven no le presta atención más bien mantiene su mirada en Noah, quien se une a una mesa de chicos unos metros más allá.

— Hey bonita, ¿Aceptas la bebida?— Susurra el joven pero Kiara pierde interés en un segundo.

— No, gracias — Cauis, abraza a su prima sobre los hombros y sin más, termina llevándose a Kiara lejos del joven mientras que esa escena es presenciada furtivamente por Noah, quien mira todo desde una distancia considerable...

La noche loca de los chicos continuo sin más altercado, aunque su mesa fue una de las ruidosas, los ojitos curiosos de Kiara iban a parar más de una vez hacia la mesa donde está Noah y sus amigos.
Lo pudo observar, un poco más relajado con ellos, bebiendo a tragos lentos y tranquilos y siendo atosigado a su alrededor por mujeres además de las desconocidas que se acercan a él; fue así hasta el momento de irce en la que tuvo que espiarlo por última vez tan indiferente a ella.

— ¿Qué tanto miras?— Pregunta Mía, quien se ha  dado cuenta de la actitud de Kiara, desde que ella vio a Noah.

— Nada, no hay nada que llame mi atención está noche — Agrega la joven con una sonrisa de lado y para terminar el tema, toma a Cauis del brazo y lo arrastra con ella a la salida.

Mientras tanto, sin que los chicos se den cuenta, Noah sigue con la vista a Kiara hasta que la ve salir por la puerta.

— Me disculpo— Habla el joven poniéndose de pie y dejando el vaso sobre la mesa. — Me tengo que ir— se justifica, dibujando una leve sonrisa.

— Oye hermano, aún me sorprende que te hayas quedado tanto tiempo con nosotros— Bromea uno de sus amigos.

— Parece que en verdad te gusto este club— continúa otro pero Noah no dice nada, se despide con un ademán con la mano y simplemente se va.

El aire nocturno se ha vuelto aún más frío de lo normal, aún así apenas comprueba que Kiara y compañía se fueron,  se cobija entre el humo de un cigarrillo y camina a pasos lentos y tranquilo un par de calles hasta que llega a un estrecho callejón.
Cuando comienza a caminar por el mismo,  recibe un mensaje en su móvil de Olivia, solo para decirle que se dormirá antes de que llegue. Tal cual a una niña pequeña, inocente, Olivia es muy pegada a él aunque en su mundo de fantasía sin maldad, no conoce a su hermano totalmente.

— Dicelo— Se escucha una voz gruesa sobre los leves quejidos de dolor de una tercera persona.
— ¿Qué contenía ese trago? ¡Habla!

Noah, termina de contestarle a su hermana y levanta la mirada hacia el mejor escenario que puede contemplar.
El sujeto que le regaló un trago a Kiara, está de rodillas en el suelo de este sucio y oscuro callejón, luego de haber sido golpeado por el hombre que ahora lo está arriconando a hablar.

-Fenotiazinas...— Murmura el sujeto mirando con odio a Noah. — ¡Tú sabías que...— sus palabras quedan atoradas en su garganta ya que recibe otro golpe en el estómago.

— No puedes levartele la voz— salta el hombre.

Noah, arroja su cigarrillo al suelo y lo pisa.
— Erick, deja que pruebe un poco de su trago y arrojalo dentro de un club nocturno. Encontrará pareja muy rápido, asegurate que sea un hombre.

— Si jefe— El hombre llamado Erick,  aparenta tener menos de treinta años pero su físico no le deja lugar a que alguien se anime a enfrentarse a él a manos libres.

— ¿Qué?....¿Qué te crees? ¡Bas....

— Que no puedes levantar la voz — Repite Erick.

Noah, recibe un segundo mensaje de Olivia, enviándole un abrazo.
— La segunda vez que mis ojos te vean, te mataré— agrega el joven sin desmostrar ni una sola emoción como si el decirlo de esa manera no significa nada para él y sin más, se da media vuelta y se va de allí, contestado al mensaje de su hermana como si fuera uno de los más tranquilos y amorosos hermanos...

A la mañana siguiente, la sala de los Clark, tiene como visitantes especiales a Daniel y Lara, insistiendo en la misteriosa vida de los Winters.

— ¿Qué hay?- Pregunta Ethan con seriedad.

— Su esposa falleció, fue por un supuesto robo pero en ese momento había sospechas de que fuera un ataque de pandillas— Habla Daniel.

— ¿Y qué tienen que ver ellos con las pandillas?– Salta Lara.

— No hay registro alguno. Son personas muy tranquilas, Max nunca salió de su empresa y educó a sus hijos para que prácticamente se hagan cargo de ello. Así que, no veo quien puede estar involucrado en una pandilla o con los gangster ya que parecen robot...

- ¿Uno de sus hijos es un pandillero?— Interrumpe Ethan y dibuja una sonrisa de lado.
— Pandilleros, no. Con la fortuna que manejan son algo más. Además, actuando en la oscuridad— Suelta una pequeña risa por lo bajo, — que divertido, siempre nos rodeamos de pandillas....

 Además, actuando en la oscuridad— Suelta una pequeña risa por lo bajo, — que divertido, siempre nos rodeamos de pandillas

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⏰ Última actualización: Sep 03 ⏰

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