1. Aventuras con sabor a caramel latte

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Las calles de Madrid estaban abarrotadas, notándose la vuelta de los que habían huido de la gran ciudad hacía tan solo unas semanas

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Las calles de Madrid estaban abarrotadas, notándose la vuelta de los que habían huido de la gran ciudad hacía tan solo unas semanas.
Para Juanjo, al contrario que la mayoría de la gente que deambulaba por allí, volver a esta rutina significaba paz. Se crió en un pueblo muy pequeño de Zaragoza, soñando salir de allí algún día para poder ver mundo, y su oportunidad llegó cuando comenzó a estudiar la carrera. Años después Madrid se había convertido en su lugar seguro a pesar del ajetreo, el ruido y el humo de los coches.

-Mamá, ya te he dicho que no voy a volver con ella...- iba hablando por teléfono mientras esquivaba a los transeúntes -es que no lo entiendes, me da igual que te de pena.

Juanjo se quedó en silencio escuchando una vez más los motivos por los que, según su madre, debería volver a tener una cita con su ex novia a la que había dejado hacía tres meses.

-¡Que no voy a contarte por qué lo dejamos co! Te tengo que dejar que voy a subir al metro- su madre volvió a interrumpirlo pero este decidió dar por zanjada la conversación -Adiós, mamá, ya te llamaré.

Colgó el teléfono y miró al cielo soleado de Madrid, harto de las tonterías de su madre. Aunque volvían a la rutina el calor del verano se mantenía, así que decidió coger un taxi y ahorrarse tener que entrar a la sauna que sería el metro, total, no llegaba tarde y lo más importante que tenían en la oficina hoy era una reunión con el jefe a la que aún le quedaban tres horas para empezar, por no hablar de que pensaba que no sería algo muy importante...

Al otro lado de la ciudad se encontraba Martin, eligiendo entre dos camisas que su padre se había empeñado en llevarle para que diera buena impresión a los trabajadores de la agencia.

-Marts, you are very handsome with both of them, put on whatever it is- le dijo su amiga, sentada en el chaiselongue de su habitación -no entiendo por qué estás tan nervioso, al final también es en parte tu agencia.

Martin suspiró, descartando ambas camisas durante unos minutos, y fue directo a donde estaba ella, estirándose en el sillón y colocando su cabeza en el regazo de la chica.

-Kiki, esto es importante para mi padre, y estoy tan nervioso porque a penas he tenido trato con esta gente. -El chico se quedó pensativo unos segundos y después miró a su amiga- No sabría como empezar aquí si tú y Paul no hubierais venido conmigo... Gracias por estar aquí, os lo voy a agradecer siempre.

Chiara, que así se llamaba su amiga, le acarició el pelo sonriéndole y le instó a que se levantara para poder abrazarlo.

-Gracias a ti por confiar en nosotros. Creo que hemos tomado la mejor decisión, aunque a ti ahora te cueste verlo. I'm sure a lot of adventures await us, Marts.- Le dijo su amiga con su característico ánimo ilusionado, haciéndolo así sonreír y levantarse de nuevo más animado de lo que estaba hacía diez minutos...

-Voy a elegir la camisa blanca- procedió a cogerla y mirarse al espejo, esperando que Chiara tuviera razón en lo de que les esperaban aventuras.

A las nueve menos diez llegó Juanjo a la agencia y vio en la puerta a Denna, que llegaba en ese momento con dos cafés extra grandes.

-¿Dónde has dejado a Alex?- le preguntó el maño.

-Hola a ti también, de nada por el café- Denna intentó parecer enfadada pero no lo consiguió, así que después de ese intento de teatro le dio un abrazo a su amigo teniendo cuidado en no derramar los cafés -Bienvenido de nuevo, cariño. Alex vendrá más tarde porque han venido unos amigos suyos de Bilbao o no sé qué y se iba a desayunar con ellos.

Abrieron la puerta del edificio donde se encontraba la agencia y entraron, viendo a Alvaro y Lucas que estaban esperando al ascensor.

Estos, en cuanto vieron al maño, se echaron sobre él porque hacía casi un mes que no lo veían.

-Ay mi mañooooo, pero qué moreno estás, maricón- le dijo Alvaro dándole besos de abuela en la cara.

-¡Cómo te extrañé, loqui!- le decía también el uruguayo mientras lo abrazaba.

Entre risas subieron al piso que les correspondía y tras tomarse los cafés se pusieron a trabajar, sobretodo Juanjo, que debía ponerse al día con el trabajo tras sus vacaciones. Durante ese rato vio llegar al resto de sus compañeros, algunos más rezagados que otros.

Las dos primeras horas pasaron volando, la verdad es que el maño tenía bastante trabajo pendiente porque la persona que se quedó encargada no fue capaz de ir quitándole faena, así que suspirando se fue hacia la mesa de Naiara, que era la asistente de marketing...

-¿Qué pasa, maño? ¿Por qué tienes esa cara de amargor?

-Por lo mismo de siempre, que aquí no se puede delegar...- dicho esto Juanjo se puso a preguntarle varias cosas y cuando se iba hacia su mesa de vuelta Naiara le preguntó por el tuit que había puesto en la cuenta candado. -Mi madre, tía, que se puso súper pesada con Ester la última semana de vacaciones y encima la muy pesada vino hasta Magallon para devolverme no sé qué, aunque lo que intentaba era camelarme otra vez, pero ahora si que la ha cagado del todo.

-¿Qué ha hecho la tiparraca esa ahora?- Le preguntó su amiga con cara de cabreo.

-Compincharse con mi madre para hacerme una encerrona, y como mi madre no tiene ni puta idea de por qué la mandé a la mierda...

-Yo es que no sé cómo no le has dicho a la Nieves que la tía esa te puso los cuernos con media Madrid.

-Narilea, yo no tengo tanta confianza con mi madre, y en el pueblo nos conocemos todos, paso de hacerle pasar mal trago a mi familia, ya se olvidará de ella como lo he hecho yo...

Naiara se quedó mirando a Juanjo con una sonrisa de medio lado, sabiendo que su amigo no mentía cuando decía que la había olvidado, y no era para menos, la relación de Juanjo y Ester había sido un despropósito de principio a fin y el maño había pasado el duelo antes de terminar con ella definitivamente...

-Venga maño, acelera que tenemos reunión.

El director de la agencia llegó con Alex, su asistente personal, y tres personas más a las que Juanjo no prestó atención porque estaba enfrascado en una pelea con el último diseño que les habían pedido, saludando a todos rápidamente, llevándose a Naiara a su despacho para hablar con ella.
A los veinte minutos Alex salió para avisarles de que la reunión comenzaría en breves y aprovechó para darle un beso en la mejilla a Juanjo saludándolo de manera cariñosa, y todos los que tenían un cargo relevante fueron levantándose hacia la sala de juntas donde tendría lugar.

Cuando entraron vieron que en la zona presidencial de la gran mesa se encontraba el señor Urrutia y un chico joven a su lado, al que todos los nuevos presentes excepto Alex observaron con extrañeza pero sabiendo que les sonaba de algo. ¿Quién era ese chaval y por qué estaba allí sentado? ¿Y quiénes eran el chico y la chica que se encontraban en esos momentos de pie con caras sonrientes a los que iban entrando y sentándose en sus respectivos asientos? A Juanjo lo primero que le llamó la atención fue el bigote del chico, luego cometió el error de mirarlo a los ojos y... ya no pudo salir de ahí hasta que el director comenzó a hablar.

En aquel momento no se imaginaban cuánto les cambiaría la vida a todos los presentes...

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