La Antonia, como la llamaban ambos amigos, era una mujer que vivía en el piso de enfrente de Alvaro y que tenía a su única hija en Escocia. Guerrera durante toda su vida, viuda de un marido que le dio muchos más disgustos que amor (y que no la dejó descansar hasta que se murió) y muy joven de mente, como muchas de las mujeres que pasaban los 70 y todavía residían en la capital. Alvaro y Juanjo le tenían un cariño especial, al primero lo adoptó como a su nieto al instante en que este se mudó a su edificio hacía ya cinco años. Aún se reían cuando recordaban, en sus tardes de cafelito, cómo la Antonia se había montado tremenda película una noche que los vio aparecer en el piso del sevillano borrachos como cubas, pensando que el maño era el nuevo ligue de Alvaro. Llevaba ya tres días enferma, pero Juanjo no había podido ir a verla.
-Venga va, que yo hoy también tengo una pereza impresionante...
Cuando llegaron al edifico de Alvaro se bajaron del coche y Juanjo le dijo:
-Dile a la Antonia que mañana le voy a llevar unas lentejas que le van a quitar media gripe.
-Yo se lo digo. Compra vino blanco de ese que sabe dulce.
-Uy, uy, vino del dulce, eso es que tienes algo que contarme...
-Si, te voy a contar cómo Alvaro Mayo ha hecho el ridículo una vez más.
Mientras Juanjo se descojonaba, Alvaro le sacaba el dedo corazón y se metía en su edificio resoplando.
En otro punto de Madrid...
-Y entonces me dijo "tienes unos ojos muy bonitos" y yo no supe reaccionar.
-¿Cómo que no supiste reaccionar?- Decía Martin riéndose junto a Chiara.
-Pues eso, que no supe qué contestarle, le dije que ya nos veríamos por la oficina recogiendo los papeles como pude y me fui.
-Pero Paul...
-Ya, Kiki, no me digas nada que ya lo se, soy un imbécil.
-¡No, honey! No te insultes a ti mismo. -Le respondió esta cambiando su semblante a uno más serio.
-Vamos a ver, Paul Thin... ¿a ti te gusta Alvaro?- Preguntó Martin.
-Bueno, pienso que él también tiene unos ojos muy bonitos, ¿habéis visto sus pestañas? Y menuda sonrisa. Cuando sonríe ilumina media Madrid...
Los dos amigos miraron a Paul de manera intensa.
-Ostras, Paul, estás súper pillado...
-Pero muy bestia, en dos semanas te tiene en el bote.
-Vale, va, dejemos el tema porque bastante ridículo me siento ya...
Y continuaron hablando de trivialidades, con la certeza por parte de Chiara y Martin de que retomarían el tema mucho antes de lo que Paul pensaba.
✨
Sobre las ocho de la noche el timbre de Juanjo sonó, dejó la cuchara que tenía en la mano y fue a abrir, viendo en el videoportero como Alvaro se atuzaba el pelo de aquella manera tan característica. Tardó poco en subir, aunque Juanjo vivía en el ático.
-Hola marido mío, ¡qué bien huele!
-Hola Alvaro, ven a probar esto- le dijo Juanjo enseñándole la cuchara.
-Coño, qué bueno. Son las lentejas pa' la Antonia, ¿no? Me ha dicho que te va a pegar un tirón de orejas, que no vas a verla desde que volviste del pueblo.
-Me lo merezco...- contestó Juanjo resignado- no me ha dado la vida casi ni para respirar.
-¿Por qué tu tienes una copa de vino servida y yo no?
ESTÁS LEYENDO
ETERNOS
ChickLitMartin, nuevo director de marketing de la agencia de su padre, y Juanjo, diseñador creativo de esta, no se soportan... ¿Podrá la ciudad eterna hacerlos cambiar de opinión?