9. Celebrar con moët

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-QUE NOS LO HAN ACEPTADO!!- Gritaba Lucas al día siguiente mientras algunos de los presentes vitoreaban.

-¡Esto hay que celebrarlo, maños!- Dijo Naiara.

-Y lo haremos, ¿a que si, Martin?- Le preguntó Chiara a su amigo.

-Por supuesto que si. Estoy muy contento con el resultado y la respuesta. Ahora queda lo más difícil que es hacer realidad el proyecto y exponerlo, así que de momento no nos precipitemos, pero si todo sale como esperamos, tendremos celebración.

Todos asintieron y poco a poco empezaron a dispersarse. Martin llamó a Alvaro y a Salma para que se acercaran a hablar con él.

-Tengo algo en mente para celebrar esto, pero voy a necesitar que me echéis una mano, ¿os apetece?

-¡Pues claro que nos apetece, jefe!- Respondió Salma mirando a Alvaro.

-Cuenta con nosotros, Martin.

-Como todavía es pronto y tenemos bastante lío vamos a ir pensando qué hacer, lo que se os ocurra habladlo conmigo o con Alex si yo no estoy.

Martin divisó a Juanjo a lo lejos con María y, despidiéndose de Salma y Alvaro, fue hacia él.

-Oye Bona...

-Hola, Urrutia.- Le respondió Juanjo de manera cortante.

-Quería darte la enhorabuena, al final el proyecto ha quedado muy bien, y ha sido igual de bien recibido por los de Adidas.

-Gracias, y gracias por el cambio de perspectiva, fue muy fácil entendernos.

-No hay de qué. En fin... que tengáis buen día- dijo mirando por primera vez en ese rato a la becaria.

Cuando Martin se fue María se giró con una sonrisa guasona hacia Juanjo.

-No te atrevas a llamarme a mi también Urrutia.

-¿Cómo?- ¿Ya estaban casados? ¿Eran como ese tipo de matrimonio americano en el que la mujer se queda con el apellido del marido? Qué horror...

-Me encanta mi apellido pero es demasiado formal, prefiero que me llames María a secas. Supongo que llamas Urrutia a mi hermano por el puesto que tiene, pero no lo hagas conmigo, por favor.

¿HERMANO? PERO ¿QUÉ?

Juanjo se encontraba en shock, porque bajo ningún concepto esperaba que María y Martin fueran hermanos. ¿Por qué cojones no había pensado en esa posibilidad? Intentó disimular la sorpresa, y lo hizo relativamente bien, aunque mientras procesaba esa información le dio una respuesta corta a la chica.

-Tranquila, María. Vamos con Violeta para ver lo de la campaña de la semana pasada, y así de paso te empiezas a acostumbrar a otro sector de la agencia.

 Vamos con Violeta para ver lo de la campaña de la semana pasada, y así de paso te empiezas a acostumbrar a otro sector de la agencia

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Otra semana más pasó y volvieron a reunirse en el bar de siempre. En principio Martin y María no iban a ir, porque ambos estaban reventados y habían pensado irse a algún spa de la periferia a reponer fuerzas, pero Alex insistió tanto que finalmente también aparecieron por allí. Ninguno de los presentes se sorprendió porque a esas alturas todos sabían qué parentesco tenían el jefe y la becaria.

-Mery, ¿qué quieres tomar?

-Una cocacola sin limón, porfa.

-Y para mi un nestea.

El camarero lo anotó y marchó a preparar las bebidas.

-Bueno maños, ¿nos vais a contar ya lo que nos tenéis que contar o qué?- dijo Juanjo.

Guillem apareció rápidamente con las bebidas y se fue de la misma manera, así que Alex aprovechó para empezar a hablar después de darle una mirada rápida a Denna y ver que estaba nerviosa.

-Como ya sabéis llevo enamorado de Denna desde que llegué a Madrid, el fin de semana pasado le pedí algo...

-Ay por favor...- dijeron Salma y Violeta al mismo tiempo.

-Come on, Alex!

-Me pidió que nos casáramos, y ¡le dije QUE SI!- acabó Denna por él, enseñando un anillo precioso a sus amigos.

Todos se pusieron a aplaudir y fueron levantándose para felicitarlos, incluso Martin, que fue directo a la chica después de que Juanjo dejara de zarandearla de arriba a abajo como a una muñeca. Cuando todos se calmaron un poco Denna quiso continuar hablando.

-Sabéis que todos los que estáis aquí ahora mismo sois muy especiales para nosotros dos, por eso queríamos pediros algo a dos de vosotros.

-Martin, eres mi hermano desde hace muchos años...- y a Alex se le cortó la voz, así que volvió a hablar Denna, que también estaba muy emocionada.

-Y tu, Juanjo, también lo eres para mi... queríamos que fuerais nuestros testigos en la boda.

Ambos aludidos miraban a sus respectivos amigos, muy emocionados por la noticia y por lo que les estaban pidiendo. El resto no estaban mucho mejor, y miraban para todos lados esperando las respuestas y reacciones de Martin y Juanjo.

-¡Pero Almu!- Juanjo entonces se levantó y fue a abrazar de nuevo a su amiga -Claro que quiero, por dios, pero ¡qué honor!

Martin ya se levantaba cuando Juanjo miró de soslayo al resto, yendo directo a Alex.

-Estoy muy feliz por vosotros, por ti. Estaré ahí para acompañaros, en la boda y en el resto de vuestra vida.

-¡GUILLEM- gritó entonces Alex- trae una ronda de chupitos!

-Y la botella de la pegatina rosa, que tenemos algo que celebrar- así volvieron a sentarse y comenzaron a hacerles preguntas y a comentar cosas de la futura boda. En algún momento Martin y Juanjo acabaron sentados el uno junto al otro.

-Chicos, ¿os apetece celebrarlo mañana? Le debemos una fiesta de bienvenida a Juanjo, y me han hablado de una discoteca nueva que es la hostia.- dijo Salma, y todos estuvieron de acuerdo, incluso Martin, que aceptó después de mirar a los ojitos de bambi que Alex le ponía.

Aquella tarde bebió de la botella rosa hasta Martin, aunque este rechazó el chupito, oportunidad que aprovechó Juanjo robándoselo de su sitio y bebiéndoselo de un trago. Lo único de lo que fue capaz de procesar Martin en aquel momento fue la sonrisa de medio lado y el guiño que le regaló el maño, y el calor que se repartió no solo por su cara sino también por su estómago. Lo achacó, por supuesto, a las burbujas del moët y la felicidad compartida.

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