(Red Daughter)
En aquel momento el insólito golpe de las ruedas de un auto blindado sobre la carretera atrajo lo que, por primera vez, percibí como mi atención. Yo no sabía lo que era, pero parecía aproximarse cada vez más, descendiendo de la colina dominada por el hielo haciendo un ruido estrepitoso que torturaba mis oídos. ¿Qué hacen? ¿A quién buscan? Me preguntaba siendo tan inocente al respecto de mi propia existencia que no pude sospechar que todo se trataba sobre mí; no obstante, mi atención quedó prendida muy lejos de aquel espectáculo inusitado ante la terrible sensación de soledad. Existo apenas hace unos momentos, cuando mi cuerpo golpeo con fuerza el suelo en el que sigo recostada y nadie ha venido a recogerme. ¿Por qué? ¿Acaso todos nacimos así? ¿Por completo solos?
Afortunadamente, al instante, se produjo algo más interesante que mis lamentos, pues, cuando apenas el vehículo había pasado la curva junto a mi cuerpo cubierto de nieve, las ruedas parecieron arruinarse, contagiando el pánico a los soldados, que arrancaron a toda voluntad a controlar a la fiera de metal que se arrastró con violencia finalmente lejos de mí.
En aquel momento culminante, la escena adquirió carácter de tragedia, debido a unos gritos procedentes del interior del vehículo. No me importo en aquel momento, que los hombres sufrieran y gritaran sin cesar por sus vidas que al parecer se agotaban. Yo, simplemente permanecí en silencio, con los ojos fuertemente cerrados, mientras la nieve me cubría cada vez más; era patético lo sé, pero estaba desesperada por un abrazo, aunque fuera de mi propio cuerpo. Al cabo de unos segundos finalmente acabaron las exclamaciones de terror con un leve suspiro que resonó en todo el lugar.
Solo hubo silencio a continuación, uno que anunciaba la muerte. Asustada por lo que podía ocurrir (aun ignorante de los poderes que tenía) me tapé el rostro con las manos, resistiendo a la idea de ver cómo la misma muerte se asomaba en aquel instante, oí el sonido de sus pasos que estaban tan cerca de mí, como un animal al acecho. En tal punto, abrí los ojos, impulsada por la curiosidad, tan solo para contemplar una escena sumamente confusa. Cuatro cuerpos yacían en el suelo. El vehículo estaba volcado, apoyado sobre uno de sus lados, con sangre manchando toda su extensión. Los hombres que quedaban, se afanaban corriendo lo más lejos que podían, pero una sombra sutil de aspecto autoritario, se retorcía tan rápido y tan nerviosamente entre ellos que apenas podía verse en medio de la oscuridad de la noche.
Los destazaba prácticamente, con su propia boca. No tenía arma alguna, más que sus manos y el hipnotismo de sus ojos verdes; era joven, realmente joven y por alguna razón toda su presencia parecía ofrecerme ayuda y cobijo al dejar atrás todos los cuerpos sin vida. ¿Qué estaba sucediendo? Yo parecía no oír nada, sólo tenía ojos para la frágil joven que finalmente se había reclinado ante mí. Tan curiosa de mí, como yo de ella.
Me acerqué, simplemente no pude evitarlo. Había perdido por completo el miedo, la cordura y el frio, sustituyendo todo con una agradable sensación de cobijo. ¿Así se siente estar con vida? Sin duda estaba con vida. Junte mis manos entonces y alce los ojos para encontrarme con los suyos, al parecer en un repentino momento de desahogó, que desato gestos teatrales en la joven, que, pese a verse sobreactuados, me parecieron espontáneos en su persona. Era definitivamente una mujer de buen ver, nada menos que seductora. Delgada, aunque no flaca, de cabello muy oscuro, que iba vestida de terciopelo negro con lo que presumí una capa del mismo material. Su pálida fisonomía conservaba una expresión orgullosa y autoritaria de época que era hipnótica, a pesar de la agitación del momento, a pesar de ser una extraña, a pesar del hecho de estar por completo cubierta de sangre y tener heridas de bala sangrantes en su cuerpo.
- ¿Te encuentras bien querida mía? -exclamó al limpiarse las manos antes de extenderlas hacia mi-. Este ha sido un viaje de vida o muerte.
- ¿Viaje? – Respondí atontada mientras permanecía sentada en el suelo.
-En efecto – Aclaro - ¿A qué distancia se encuentra el pueblo más próximo? Es necesario que lleguemos hasta allí cuanto antes.
- ¿Mataras a todos allí como lo hiciste con estos hombres?
- Me gustaría mucho aclarar la situación. – Continuo a medida que acariciaba levemente mis manos entre las suyas– Estos hombres te buscaban, quizás te habrían matado o te hubieran obligado a ir con ellos, no quería permitir eso.
- ¿Por qué?
- Porque eres mía.
Le creí, incluso cuando ella dirigió su mirada hacia el cuerpo más cercano y paso su lengua provocadoramente sobre sus labios para volver a saborear la sangre. ¿Por qué esta mujer me parecía afectuosa? Cuando claramente era la culpable de esa terrible escena; cuando claramente yo podría ser la siguiente víctima. Pese a eso, conversamos unos minutos cómodamente sentadas en la nieve donde llegamos a reír de manera cómplice. Ella coloco su capa sobre mis hombros para darme calor, yo no lo necesitaba, pero me agrado su afecto. Quería besarla, deseaba besarla; pero antes de que pudiera siquiera planteármelo, la joven regresó a mirarme de manera perturbante dando unos pasos más hacia mí, cambiando su toque de una caricia a una breve suplica. ¿Ella tenía miedo? ¿Alguien como ella podía sentir eso?
Estaba tan cerca incluso que logro susurrar algo a mi oído: "Es demasiado tarde y dentro de un par de días será el otoño triste, que nos separa. Prometo que tus ojos ya no tendrán lágrimas, Red Daughter". Me besó apresuradamente después de eso y agrego: "Huye, por favor, huye. Te falle, lo siento" Luego desapareció en una extraña neblina plateada, dejando únicamente un breve vistazo final a sus ojos verdes llenos de lágrimas.
Desperté precipitadamente del embrujo aun sintiéndome atontada, a tal punto en que no oí el segundo vehículo acercándose. No sé porque, pero tenía la necesidad de demostrar que no había sido víctima de una alucinación que quedaba entre ella y yo. Hablamos, pero apenas pude verla; la escuché, pero apenas pude recordar como sonaba su voz y lo único que me quedaba era su capa. Cuando me di cuenta de esto, me eché a llorar, pero de mis ojos no salió ni una lagrima... era su maldición... su bendición.
Finalmente, los soldados se acercaron, el que presumí como el líder ordenó prepararse para atacar si era necesario, pero yo no tenía ánimo para ello. Tan solo me puse en pie y, apoyándome en el breve recuerdo de ella, camine algunos pasos en la nieve, ¿Alguien podría creer en un relato de un extraño personaje vestido de negro que asesinaba para proteger a quien no era nadie? Incluso yo podía entender que solo iban a burlarse.
- No hay ningún motivo para que te resistas - Clamo el soldado- Mataste a mis hombres, pero es algo que puedo olvidar.
- ¿Puedes llevarme con ella? – Interrogue claramente inconsciente del mundo que me rodeaba.
- Puedo hacer cualquier cosa... solo obedece.
Al pronunciar esas palabras subraye con una pausa su aptitud y erróneamente la juzgue como verdadera pese a que él, me miraba con ojos de cierta dureza y odio. Creo que es importante aclarar que al ver la rapidez con la que esa joven se había marchado, no podía ser nada menos que una alucinación por el frio, pero en el fondo quería sentir que era real y gracias a eso cometí la tontería de dejarme llevar pese a su advertencia, creyendo que de alguna manera podría ver el mundo y reconocerla nuevamente tan solo por ese pedazo de tela.
¡Pero que grave error cometí! Ahora que la sangre sale de mi cabeza, cayendo torpemente por mi rostro luego de otra de las tantas golpizas que he recibido, entiendo que ella quería verme libre y le falle.
Esclavizada, olvidada y obligada a pelear; probablemente de haber huido tras sus palabras, todo sería diferente ahora; pero los errores no se remedian con melancolía. Debo escapar y seguir su rastro, no importa cuánto me lleve el recorrer el mundo entero. Necesito verla de nuevo, necesito saber que es real. Necesito saber... si realmente soy suya.
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Sombras de Terciopelo
FanfictionKara, es una joven inocente y curiosa, que se siente irresistiblemente atraída por una enigmática y seductora figura de su infancia. Mientras tanto, Red Daughter sigue los pasos de una visitante misteriosa cuya belleza oculta un deseo tan antiguo co...