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La mujer levantó su vista asustada, por su rostro caían lágrimas su cuerpo temblaba debido al miedo. La sultana gritaba desesperada y molesta, tirando todo lo que encontraba en su camino.

"!Quien eres para ponerte en el mismo lugar que yo¡"
Tomo a la mujer del brazo "Tengo derechos desde que nací! Derechos que ninguna otra mujer tiene!" Empezó a reír asustando más a la mujer que lloraba frente a ella "sabes por que! Porque soy la sultana chaeryeong de la dinastía de min yoongi!"

Los ojos de la sultana se tornaron rojos, tomó el cabello de la mujer arrastrándola por toda la habitación, tiro las puertas del gran balcón, todos lo guardias bajaron su rostro con miedo. Soltó a la mujer y suspiró.

"Frente a ti no tienes a una criada! Soy la emperatriz de todo el mundo! Sabes cuantas guerras gane!? No lo sabes solo eres una mujer asquerosa que llena su boca de mentiras!"

En un momento de ira empujó a la mujer haciéndola caer del barandal, su respiración se volvió pesada al escuchar a un grito de dolor detrás de ella, volvió su vista a ese lugar viendo a su hermano parado viéndola asustado.

El tiempo había acabado, el tiempo de la cordura en su cabeza se había desvanecido el poder y la riqueza había acabado con lo que alguna vez había sido lindo y justo.




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Luego de la muerte de sus padres tomó el trono y lideró a la tropas a la victoria, había ganado tantas batallas y conquistado tantas naciones. Se había vuelto conocida como la mujer de armadora dorada, nadie había logrado herirla durante batalla, pero, había una batalla que no podía ganar.

Él hermosa palacio que habitaba era donde tenía una de las batallas más grandes e imposible de ganar. Su esposo, su compañía, ese que juro amarla y apoyarla siempre estaba lastimándola de una manera que jamás pudo imaginar

"Porque... porque me haces esto, te amo por favor no me dejes no.." callo sobre sus rodillas abrazando al hombre, oculto su rostro entre la ropa llorando "perdónare tu pecado pero quédate.."

Alguien hace tiempo le había dicho que el amor no existe que el amor esclavisaba a las personas sin embargo ella decidió no hacerle caso ya hora pagaba las consecuencias de ese amor que tanto había cuidado.

"Ningún imperio se gobierna con lágrimas de mujer! Levántate es por eso que te quiero dejar es por eso que me acuesto con otras! Solo llorar y lloras no has podido darme un hijo hasta ahora!!!"

Después de siete años de matrimonio la sultana más poderosa de todo el imperio no lograba hacer que su vientre sembrara esa semilla que tanto pedía su esposo.

El hombre negó y empujó a la mujer saliendo de los aposentos ignorando las súplicas de la mujer que lloraba desconsoladamente.




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La anciana sonrió asustando a la sultana, estiró su mano dando la señal de su permiso para poder entrar a la casa que estaba en ruinas.

"Sultana.. hace años no la veo" la anciana sonrió, la reverencia que hizo duro más de un minuto "si está aquí es por que busca algo que importe, aún recuerdo cuando su padre el sultán Jimin también me vino a buscar"

"Quiero un hijo necesito un heredero sin embargo no logro... tenerlo" soltó sin pensar mucho en lo que estaba haciendo.

La anciana sonrió, buscó unas hojas y cosas extrañas ante los ojos de la sultana. Encendió velas con un aroma extraño, tiro muchas cosas raras en una cacerola mientras habla en un dialecto extraño.

"Sultana lo que tanto busca ya está en su vientre, pero tenga cuidado puedo sentir que ese pequeño ser tiene un poder tan grande como el que tenia su padre" la anciana sonrió al ver un rostro conocido en el agua turbia que hervía "parece que vamos a recuperar alguien que se fue pero esta vez viene con más fuerza"

La sultana no entendió todo lo único que le importo era el bebé en su vientre ese bebé que tanto había esperado.



          

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Los gritos de dolor retumban en toda la habitación los criados corrían de un lugar a otro ayudando a la sultana, el labor de parto llevaba ya horas todos estaban asustado pues jamás habían visto un parto que durara tanto

"Donde está mi... esposo.. lo necesito"

Las criadas tragaron saliva, como le decían a la sultana que su esposo estaba teniendo relaciones con otra mujer.

Luego de tantas horas en parto logro salir un pequeño bebé de ojos verdes y cabellos de oros, la doctora suspiró asustada debido al gran parecido que tenía con aquel sultan.

"Mi bebé.." al ver al bebé entendió a lo que la bruja se refería "esta vez espero seas feliz.. tu nombre será.... Jimin"




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Me desaparecí mucho tiempo, pero quise volver debido a muchas cosas, esto se me ocurrió mientras releía mi concubino y quise una continuación más profunda, espero les guste! 💕✨

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⏰ Última actualización: Sep 03 ⏰

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