Salgo del salón la mañana del lunes, donde tuve que dar mi examen y en el que me fue con lo justo para aprobar. Como el profesor se enteró de la muerte de mi abuela, a causa de que vivimos en un pueblo en el que las noticias vuelan, me permitió tener la opción de pasar el examen hasta el próximo lunes, plazo de tiempo en el que él cree que todo este dolor en el pecho podría extinguirse, que equivocado está. Pero como sé que sería inapropiada tal opción le dije que podría darlo hoy, aunque espero que sea más comprensible sobre mi desempeño en el mismo.
Alaric, que estudia en el edifico próximo al mío en el campus la carrera de física, me espera en la salida para irnos a almorzar juntos.
— ¡Ahí está la chica más linda del campus!— exclama al verme, sonrío de lado.
— Cállate, ¿nos vamos?
— Claro que si, pero antes déjame...— veo como saca algo de su mochila y una luz dorada aparece de repente. Solo es una jodida linterna pero de todos modos me asusto.
— Idiota— murmuro poniendo los ojos en blanco al oír sus carcajadas.
— Estaba más que obligado a jugarte esa broma. ¿Sigues alucinando con luces doradas y hombres Targaryen?
Obviamente no le cuento de la noche hace una semana en la que volví a verlo. No estoy de humor para mas bromas. Niego.
Llegamos a el Wendys más cercano. Nada como comida basura para celebrar mi falta de cordura y de atención académica. Alaric se decide por un combo triple y yo uno simple. Nos pasamos todo el almuerzo contándonos chismes del campus, él me cuenta sobre cómo consiguió el número de una compañera nueva de su clase. Siempre consigue ligar con una facilidad incomprensible que me provoca una sensación desagradable en el estómago, sé muy bien que no deberían importarme sus ligues y el hecho de que no me tome en serio, pero tampoco soy un robot por más que quiera serlo para evitar sentirme como una mierda. Nunca le hablo de chicos, ningún hombre se me acerca, a excepción de mi padre. Alaric nunca va a experimentar lo que es estar celoso, jamás lo entendería y eso me saca de quicio.
— Iré al tocador.
Me dirijo al baño de mujeres y a el lavabo para refrescarme el rostro y intentar bajar mi temperatura. Estoy hecha una mierda por dentro. Puedo jurar que casi veo cómo sale humo de mi rostro al entrar en contacto con el agua helada. Primero lo de mi abuela. Después lo del extraño que no existe. La actitud de mierda de mi madre. Alaric provocándome celos indebidos. Es demasiado. Aprieto con fuerza mis mejillas y me miro al espejo.
Ahogo un grito al ver me reflejo. Mis ojos son de un azul tan eléctrico que provocan que se alumbre de azul todo lo que está frente a mi... unos hilos del mismo azul intenso comienzan a flotar alrededor de todo mi cuerpo. No. No. No. Vuelvo a mojarme el rostro con violencia y a mirarme en el reflejo.
Nada. Solo estaba alucinando. La tercera alucinación en dos semanas. Esa hamburguesa debía de tener algo de droga que se le habra caído a algún empleado de su bolsillo. Salgo del baño y me escondo de Alaric para largarme de aquí y tomar aire puro.
Camino sin un destino fijado. Solo camino para dejar de pensar en lo que acaba de ocurrir y en todo. Debe de ser el estrés por la muerte de mi abuela. Si eso debe ser. Me aproximo a la gran arboleda que se extiende detrás de la tienda de comida rápida y me adentro en ella. Solo necesito respirar aire puro de la natulareza para pensar con claridad. Me detengo en seco ya a unos diez metros dentro del bosque por un crujido de pasos cercanos.
— ¿Alaric?— pregunto porque es la única posibilidad que se me ocurre: que mi amigo me haya seguido para llevarme a casa.
– No– dice una voz grave y oscura de algún modo. Miro a mi alrededor en busca de alguna persona pero no veo a nadie.
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Sangre sobrenatural
FantasyLa vida de Lilith se pone de cabeza cuando descubre que es la única en ver el cabello plateado y los ojos de un color como el oro recién fundido del chico nuevo del pueblo de Salem. La vida de Brandon toma aun más adrenalina cuando decide atar los c...