El hecho de que aquel idiota de rey lo hubiera sacado prácticamente a patadas de su amado hogar era razón suficiente para tomar una espada y asesinarlo. Sunghoon estaba tan enfadado que sentía que podría estrangular a cualquier persona que se le cruzara por delante. Caminaba a paso firme fuera del gran bosque que había sido su hogar desde su nacimiento, resuelto a ir a patearle el trasero a ese estúpido rey llamado "Lee", como le habían dicho los guardias que lo sacaron de su tierra. Mordía con rabia una manzana que había robado días antes de un pueblo cercano. Era un consuelo amargo, porque parecía que nunca podía tener un día tranquilo.
De repente, escuchó gritos y pasos apresurados. No le importó; no era su problema si algún idiota había causado un lío y ahora estaba siendo perseguido. Pero su indiferencia se esfumó en el momento en que sintió cómo alguien se subía a su espalda, buscando su protección. Con un movimiento rápido, lanzó al intruso al suelo junto con su manzana, fulminándolo con la mirada.
—¡Por favor, ayúdame! ¡Te juro que te pagaré o te recompensaré con lo que quieras! —imploró el chico, gateando hasta ponerse de rodillas frente a Sunghoon, suplicando su ayuda.
Sunghoon puso los ojos en blanco y se dio media vuelta, decidido a seguir su camino. Pero fue imposible ignorar al grupo de personas que los rodearon con palos e incluso espadas en mano. Sunghoon se llevó una mano a la sien, presionándola con los dedos en un intento de calmar la rabia acumulada por encontrarse, una vez más, en un problema que no era suyo cuando todo lo que quería era ir a recuperar su hogar.
—¡Agarren a ambos y golpéenlos! —ordenó uno de los hombres, levantando un palo.
Sunghoon apretó los puños, dirigiendo una mirada rápida al chico que seguía arrodillado, con una expresión de perro lastimado y un miedo que probablemente Sunghoon jamás olvidaría. Esquivó un golpe que iba directo a su rostro y, con rapidez y habilidad, comenzó a repartir puñetazos a los atacantes. En cuestión de segundos, todos yacían en el suelo, y Sunghoon se limpiaba la sangre de sus manos con un pañuelo.
—¡Dios, eres un dios en persona, amigo! ¡Gracias por ayudarme! —exclamó el chico, abrazándolo con fuerza.
Sunghoon tuvo que resistir el impulso de matarlo allí mismo, pero al final dejó que lo abrazara mientras repetía incesantemente su agradecimiento por salvarle de una paliza que probablemente lo hubiera dejado al borde de la muerte. Sunghoon soltó un suspiro, empujándolo para que se apartara, y continuó su camino, centrado en su misión de ir a ajustar cuentas con el rey que lo había echado de su hogar.
—¡Espera! Soy Shim Jaeyoon, pero dime Jake... ¿Cuál es tu nombre? —preguntó el chico, intentando mantener la conversación.
—Park Sunghoon. Tengo que irme, y solo me estorbas —respondió, seco.
—¡Espera, déjame ir contigo! —insistió Jake, poniéndose nuevamente en su camino con esa expresión de cachorro asustado.
Sunghoon soltó un gruñido de frustración y esquivó al chico, retomando su marcha hacia el castillo. Estaba cabreado, y aquel idiota de Jake no hacía más que aumentar sus ganas de acabar con cualquiera que se interpusiera en su camino. Las quejas de Jake continuaron mientras Sunghoon caminaba a paso rápido.
—Llévame contigo, por favor. Tengo miedo de caminar solo y que otra vez intenten robarme o matarme sin razón, como hace unos momentos —rogó Jake, agarrando el brazo de Sunghoon.
—No. Solo me estorbarás, y ya no me jodas más —respondió Sunghoon, tratando de ignorar la insistencia del chico.
—Oh, vamos. Sé que te gustará tenerme a tu lado, por favor, Hoonie —insistió Jake con un tono más amistoso.
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Princess or....... prince? ♛ Sunsun
FanfictionDos mundos tan opuestos como el fuego y el hielo, el bosque y el palacio, estaban a punto de converger. Sunghoon, el salvaje de la naturaleza, y Sunoo, el invisible en la realeza, se encontrarían en un punto donde sus destinos se entrelazarían. Los...