"Lo que fue de ellas".

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Han pasado muchos años desde que Maya me echó de su vida.

Durante mucho tiempo, me comuniqué con Luna y Olivia para saber de ella, aunque ellas nunca me dijeron dónde estaba.

Me limité a saber que estaba bien, que estaba sanando. Hasta que un día, me enteré de que Maya se había ido finalmente del país para seguir un tratamiento.

Cuando me enteré de que se había ido, supe que tenía que seguir con mi vida. Así que lo hice.

Estudié una buena carrera, mi vida amorosa fue un éxito, tuve una relación de casi tres años con un hombre. No me atrevía a tener una relación con una mujer después de Maya.

Hoy, a mis 27 años, trabajo y tengo una vida plena, pero me hace falta alguien. Me hace falta ella.

Maya sacó un libro, su propia biografía. Es una conocida psicóloga y escritora. Vive en Miami, así que toda posibilidad de volverla a ver es mínima.

A veces mientras leo su libro, siento una mezcla de emociones. Me doy cuenta de que aún tengo sentimientos por ella, a pesar de todo el tiempo que ha pasado. Me pregunto qué habría pasado si las cosas hubieran sido diferentes entre nosotras.

Mientras caminaba por el centro de la ciudad, perdida en mis pensamientos, escuché una voz familiar.

¡Jamie!

Me di la vuelta y vi a Luna sonriendo frente a mí. No la había visto en años.

¡Luna! ¡Cuánto tiempo!-le dije, abrazándola.

¡Lo sé! ¡Mucho tiempo!-respondió, devolviéndome el abrazo.

Nos fuimos a una cafetería cercana y empezamos a hablar.

Me contó sobre su vida, sus logros y sus sueños.

Yo le conté sobre mi vida, mi carrera y mis planes.

Pero había algo que quería preguntarle, algo que me había estado rondando en la cabeza desde que supe que Maya había publicado su libro.

Luna, ¿cómo está Maya?-le pregunté finalmente.

Luna sonrió y me dijo que Maya estaba bien, trabajando en Miami, escribiendo canciones y esperando para empezar con su nuevo libro. Me dijo que estaba rehabilitada, que ya caminaba normal y que su brazo había recuperado la fuerza y coordinación como antes. Y añadió que seguía soltera.

Me alegré de saber que Maya estaba bien. Era todo lo que necesitaba saber.

Después de un rato más de charla, Luna se despidió y se fue.

Nuestro encuentro había sido casual, pero me había dado la oportunidad de saber sobre la persona que aún ocupaba un lugar especial en mi corazón.

...

Han pasado muchos años desde que me fui de Chile. Después del accidente, me di cuenta de que sería una carga para Jamie, así que decidí dejarlo fuera de mi vida. Fue un día doloroso, pero pensé que era lo mejor.

Me quedé unos meses en la ciudad y luego me fui a otra para rehabilitarme.

Aunque quería que Luna y Olivia también se alejaran de mí, ellas se negaron y me ayudaron hasta que me fui de la ciudad.

Pasé tres largos años de rehabilitación hasta que logré volver a caminar. Mi mano aún no había recuperado del todo, lo que me frustraba.

En uno de mis ataques de ira, decidí empezar a escribir mi autobiografía.

Al principio, fue lento; tenía que acostumbrarme a escribir de nuevo.

Dos años más tarde, decidí irme del país.

"El Largo Camino Hacía La Felicidad".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora