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Bella

—No vas a morir— Gruño— De eso me encargo yo. Habíamos caído sobre el brillante y reluciente  césped. Mi visión comenzó a fallar, mi corazón bombeada con rapidez por el hecho de haber corrido, y podía sentir la sangre escapar  por mis brazos— No te dejaré morir— Susurro furioso, sacándose su camisa , la rasgo , y uso la tela para enredarla sobre mis antebrazos y hacer un fuerte nudo.

—Tu no decides quien vive o quien muere— Me burle en su cara, al verlo tan desesperado y lleno de preocupación. Quien lo diría, el gran Alec Westerman al final si tenía emociones.

—Cállate— Ladró, cargándome, aprovechando la cercanía, lo tome del cuello y apreté  con la poca fuerza que me quedaba.

—Voy a morir y no podrás hacer nada— Murmure con satisfacción — Literalmente me estoy desangrando. Soy como una bolsa llena de agua pinchada , cada segundo que paso aquí , me resta segundos para poder salvarme— Corrió conmigo en brazos, como si eso le fuera ayudar— Me estoy muriendo, y no puedes hacer nada— Me reí, simplemente por que me dio gracia ver su estúpida cara llena de pánico. Su juegue favorito estaba roto y él era el culpable.
Y, ¿Quién es Alec? Podrá tener el poder que tiene, la influencia, el dinero, podrá inmovilizar  al país más importante del mundo y aún así no podrá salvarme. Porque es un simple humano, no es un Dios, ciertamente no una deidad que si te pones de rodillas te escuchara y cumplirá  tu plegaria. No lo es, solo es un hombre malvado, un estúpido hombre que el día de mañana podría morir de una manera tan fácil que te cagarias de la risa, porque vamos, impone, es fuerte y te genera miedo, la clase de miedo que te hace bajar la mirada al suelo y ser un simple gusano que puede pisar si pasas por su camino. Pero, solo es un humano.

—La camioneta esta encendida, lo estamos esperando para llevarla al hospital.

—¿Estas imbécil? No llegara viva al hospital si hacemos eso — Alec corría, podría sentir el golpeteo de su corazón en mi mejilla  y su respiración agitada— La llevaremos a la “ala del este” hay equipo necesario…— Deje de escuchar…

Bella—La calmada y baja voz de Cameron me susurro al oído, tan suave que me erizo la piel de emoción— ¿Por qué lloras? ¿Quién te lastimo?— Sus preguntas seguían siendo bajas, calmadas, como si ya conocieran la respuestas.

—Dalton, se fue— solloce— Me dejó. Él, él amaba a otra mujer— Beso mi frente, beso mis mejillas, lo cual dejo estática. No era propio de él hacer eso. Las muestras de cariño no formaban parte de su personalidad.

—Ssshh— Lo mire, siempre estuve fascinada con él. Cameron Black tenía un atractivo oscuro, la clase de chico que mirarías con un título pegado en la frente diciendo “ problemas” . En ese entonces éramos jóvenes, lo suficiente  para que los adultos nos llamaran tontos— No te merece—Se acercó a mi, lo suficiente para que nuestra respiración la sintiéramos el uno al otro, mire sus labios, el miró mis ojos. Él  sabía lo que provocaba en una mujer. El deseo, la lujuria, incluso el amor—No llores por nadie, más que por mí —Susurro, y fue un hechizo que salió de su boca, conjurando—Solo llora por mi.

Desperté

Desperté, ¿por qué mierda desperté? Abrí los jodidos ojos, aún respiraba , seguía respirando. ¿Por qué seguía respirando? El estúpido sonido de una máquina me deja en claro que mi corazón aun latía, latía, “bom, bom, bom” , latía.  Veía esas líneas de la máquina subir y bajar , subir, bajar, aún ritmo normal y fluido.

—N-no— Seguía viva, respiraba—¡No!— El pánico me sofoco. ¿N-no fue suficiente?... ¡No fue suficiente!

—Colócale un sedante— Una nueva voz me trajo de vuelta, un hombre con bata blanca ordeno a una mujer con uniforme de enfermera— Muévete— Me moví queriendo salir de este sitio. El cansancio ponto llegó, el sedante ingreso a mi sistema con rapidez a través de la intravenosa.

Cameron +18 ~Multiverso~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora