Sombras en la ventilación ─ Cap. 8

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               ─ 𝘕𝘢𝘳𝘳𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘰𝘮𝘯𝘪𝘴𝘤𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦 ─

Thomas se sumía en sus pensamientos, inmerso en un mar de confusión

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Thomas se sumía en sus pensamientos, inmerso en un mar de confusión. Cada pregunta que surgía en su mente parecía más complicada que la anterior, y las respuestas se escapaban como el agua entre sus dedos. Pero, de todos los pensamientos que lo acosaban, uno en particular persistía: 𝗲𝗹 𝗯𝗲𝘀𝗼 𝗰𝗼𝗻 𝗠𝗲𝗶. ¿Por qué lo había soñado? Trató de recordar el momento, pero fue inútil. Suspiró profundamente, agotado tanto física como mentalmente. Estaba a punto de cerrar los ojos cuando una voz lo sacó de su trance.

─ "Thomas... ¿estás ahí?" ─susurró una voz apenas audible, que parecía provenir de la ventilación.

Thomas frunció el ceño, buscando con la mirada el origen del sonido. Al identificar la fuente, su sorpresa fue evidente.

─ "¿Aris?" ─preguntó Thomas, aún más confundido por la inesperada aparición del chico.

─ "Sígueme" ─respondió Aris, el joven de cabello castaño, antes de desaparecer entre las sombras del conducto de ventilación

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─ "Sígueme" ─respondió Aris, el joven de cabello castaño, antes de desaparecer entre las sombras del conducto de ventilación.

Sin darle tiempo a formular una respuesta, Aris ya había desaparecido. Sin muchas opciones y lleno de curiosidad, Thomas se introdujo en el conducto. El estrecho espacio y la oscuridad opresiva solo aumentaban su ansiedad, pero continuó avanzando hasta que llegaron a una rejilla que daba una vista perfecta de una misteriosa puerta.

─ "Mira" ─susurró Aris mientras señalaba hacia abajo.

Dos doctores, o al menos personas con batas blancas, estaban abriendo la puerta. Junto a ellos, un cuerpo cubierto con una sábana azul reposaba en una camilla, inmóvil.

─ "¿Qué están haciendo?" ─preguntó Thomas, un tanto perturbado, mirando de reojo a Aris.

─ "Vienen cada noche con uno nuevo." ─La voz de Aris sonaba fría, distante, casi como si hubiese aceptado algo que no quería aceptar.

Thomas se quedó en silencio por unos instantes, el corazón latiendo con fuerza. Finalmente, se atrevió a preguntar:

─ "¿Qué hacen con ellos? ¿Lo sabes?" ─

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