Capítulo 7

1.1K 150 5
                                    

Por fin doy con la oficina del coronel. Me acerco a la que parece ser su secretaria... Es linda.. sólo que no se arregla.

—Buenos días, linda... ¿Está el coronel? Necesito hablar con él u otra persona que este a cargo.

—Ahora está ocupado...

—Umm, ¿demora?

Antes de que diga algo más la puerta de la oficina se abre saliendo Rachel con el coronel enojado detrás de ella.

Levantó una ceja mirando a Rachel.

—Sam... Que haces aquí...—nervisa pregunta Rachel.

—El ministro me envió a hablar con él coronel de las ronda, el horario del trabajo y eso....

Sonrió con burla viendo lo agitada que está.

.........

Christopher Morgan

La condenada sonríe con insinuación imaginándose que estábamos haciendo.

—Yo sólo vine a dejar unos documentos— Rachel estaba nerviosa.

—Tranquila, Rachel... No te pedí explicaciones...

Su maldita sonrisa daba a entender que sabía más de lo que dejaba ver.

Rachel se acerca y le da un beso en la mejilla y se va rápidamente, Sam la siguiente con la mirada y sonriendo con burla.

Me mira sonriendo con falsa inocencia.

—Entonces... Me dará mi horario y esas cosas, coronel...

La agarró del brazo metiéndola en la oficina.

Me mira con confusión.

—Puedo caminar sola, sabe.

—Toma... —le doy el contrato que firmo junto a los papeles que necesita—Ahora eres doctora de la FEMF, el contrato que firmaste era de dos años sin poder tener cambio a otra central fuera de Londres.

Me mira incrédula.

—Era de un año y eso no me dijeron.

—Deberias leer las cosas que firmas para la próxima.

Me mira enojada antes de querer irse. La agarró del brazo nuevamente.

—Ahora eres parte de la FEMF... Tiene que hacer los saludos

—Permiso para retirarme coronel.

—No, asi no es.

—Permiso para retirarme, mi coronel.

—Concedido, doc

Se va hechando humos...

..............

La veo salir para irse a su casa...

—¿Por que tan sola, Sam?

—No se cansa... Vaya a molestar a Rachel, tengo cosas que hacer, un hijo que entender.

—Si, ¿te llevo?, no vas a encontrar taxi a esta hora.

—No gracias.

—Vamos, no es como si te fuera a secuestrar.

—Podria creer cualquier cosa.

—Sam, ya podemos.… Mi coronel — Ese Stefano otra vez.— ya podemos irnos Sam.

Lo miro con odio... Por eso no quiero ir conmigo.

—Ella va a ir conmigo... Me lo acaba de decir.

—Yo no... —la agarró de la cintura poniéndola nerviosa.

—Claro que lo dijiste... Lo siento Stefano... Ya nos vamos.

Sam se soltó mirándome mal cuando el limosnero se fue.

—¡Que le pasa!

—A mi nada... En cambio tu pareces muy histérica...

El teléfono le suena, con lo que parece un mensaje... Se frustra al leer el mensaje.

—Sabe, por su culpa voy tarde...

—Yo te ofrecí llevarte..

—Bien... Sólo porque mi hijo me necesita.

Romper cadenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora