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-¿Jungkook?

El menor bajó la mirada apenas su nombre fue pronunciado por el mayor, demasiado avergonzado de estar allí a esas horas de la noche.

-Hola, Taehyung.

-¿Qué haces aquí a esta hora? ¿Estás bien?- la preocupación fue evidente en su voz, pues Jungkook no llevaba puesto el uniforme de trabajo como para decir que estaba en la calle a esa hora por esa razón-. Ven, pasa.

Sin embargo, Jungkook negó.

-Necesito que vayamos a un lugar.

-¿Qué?

-Vístete, te diré cuando estemos en el auto.

El mayor no entendía lo que estaba pasando, más no pidió explicaciones y simplemente fue hasta su habitación para colocarse unos pantalones y un suéter. Agarró las llaves de su casa y las del auto, cerrando la puerta con seguro cuando estuvo listo.

Jungkook lo siguió hasta el estacionamiento en silencio, subiéndose en el lado del copiloto y esperando a que Taehyung encendiera el auto y saliera.

-¿Me dirás a dónde vamos?- Taehyung preguntó mirando de reojo, empezando a conducir por la carretera solitaria.

-Vamos a Seattle.

Taehyung casi se ahoga con su propia saliva.

-¿Perdona?

-Hay un espectáculo de fuegos artificiales y nunca he visto unos en persona.

-Seattle queda a una hora, Jungkook ¿estás seguro de que quieres ir ya?

-La carretera está despejada y el show es dentro de una hora. Creo que estaremos bien.

Taehyung chasqueó la lengua. Por dios, ¿qué estaba haciendo? Ni siquiera puso resistencia cuando Jungkook le dijo que irían en su coche, tampoco cuestionó y mucho menos lo haría ahora que estaban de camino a Seattle.

Resignandose, bajó un poco las ventanas para que la brisa fría y espesa entrara, y encendió la radio, dejando la música a poco volumen. "Last Night I Dream That Somebody Loved Me" de The Smiths empezó a reproducirse, y Jungkook no pudo evitar cantar en voz baja mientras sus dedos repiqueteaban contra la ventana.

Taehyung lo miró de reojo varias veces, tratando de convencerse de que aquello era real, y que su alarma no sonaría despertandolo de un sueño.

Maldición; quería hablar, quería preguntarle qué había pasado con él en esos dos días en los que estuvo ausente, pero las palabras no salían y el nudo en su garganta le dificultaba respirar. Además, Jungkook al parecer lucia mucho más cómodo cuando una conversación no se estaba llevando a cabo, por eso también decidió guardar silencio.

-Lamento haber desaparecido de repente.

La voz del menor lo tomó por sorpresa.

-Está bien.

-No lo está porque sé que te preocupaste. Soy consciente de que no está bien lo que hice- dijo en voz baja. Miró a Taehyung por unos segundos antes de hablar nuevamente-. Estuve pensando en lo que sucedió.

-Lo supuse, por eso quise darte tu espacio- mentira, nunca lo supuso y realmente se estaba esforzando para no verse consternado.

-Es un poco confuso, pero creo que lo tengo más claro ahora.

Taehyung enarcó una ceja, apretando el volando con sus manos inconscientemente.

-¿Y me dirás lo que piensas?

-No.

Cuarenta y cinco minutos después, el profesor Kim supo que Jungkook tenía razón con respecto a la carretera, pues llegaron mucho más rápido de lo normal. Jungkook le indicó por donde debía ir mientras veía su celular, el camino siendo directo hacia una montaña donde se podía ver todo Seattle. Por supuesto, no eran los únicos allí, habían alrededor de cinco autos que al parecer esperaban lo mismo. Algunos eran pareja, otros un grupo de amigos y otros tantos que tal vez estaban en la misma situación que ellos dos.

LA TUMBA DE LAS LUCIÉRNAGAS | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora