prologue.

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En defensa de Gavi, a la persona no pareció importarle demasiado el beso.

Tardó un momento en adaptarse, algo del todo comprensible dado lo repentino de las circunstancias. Fue un minuto raro, incómodo y algo doloroso en el que Gavi se sorprendió aplastando los labios contra los de ella. El beso debió de parecer un cabezazo torpe, así que se puso nervioso pensando que no iba a ser capaz de salir airoso de la situación.

Luego aquel instante agonizantemente lento pasó y el beso se volvió... distinto. La persona inhaló con fuerza, bajó un poco la cabeza, cosa que hizo que Gavi se sintiera menos parecido a un mono trepando, y le agarró las caderas que transmitían una calidez agradable en contraste con el aire acondicionado de la discoteca. Después las deslizó unos centímetros hacia arriba para rodear la caja torácica de Gavi y atraerla hacia sí. Raro.

Fue un pico prolongado, más que otra cosa, pero resultó bastante agradable y, durante un lapso de unos pocos segundos, Gavi se olvido de un gran número de cosas, incluido el hecho de que estaba apretado contra un tipo desconocido y aleatorio. De que apenas había tenido tiempo de susurrar «¿Puedo besarte, por favor?» antes de posar los labios sobre los suyos. De que lo que en un principio lo había llevado a montar todo aquel espectáculo era la esperanza de que su ex-novia dejará de estar detrás de él por todo el lugar.

Se oyó suspirar, como si ya se hubiera quedado sin aliento, y fue en ese momento cuando cayó en la cuenta — y fue como si le dieran con un ladrillo en la cabeza — de que no tendría que estar disfrutando de la situación.

Del tipo desconocido y todo el rollo, claro.

Las desconocidas manos en sus caderas no fueron del todo para profundizar el beso, como pensaba, sino más para empujarlo. Y así fue, con una delicadeza sorprendente, la persona delante suyo lo empujó.

Gavi se apartó mientras buscaba a Ana frenéticamente con la mirada. En el resplandor azulado de las once de la noche de una discoteca cualquiera, no se veía a ninguna parecida a ella por ninguna parte. Qué raro. Estaba seguro de haberla visto unos segundos antes.

La persona del beso, por otro lado, seguía de pie justo delante de él, con los labios separados y la confusión en su rostro, entonces fue cuando Gavi se percató de la enormidad de lo que acababa de hacer. De a quién acababa de...

Cuando sus ojos se encontraron con los suyos, solo pudo murmurar una cosa.

«Me cago en mi puta madre.»

── ¿Me acabas de besar? ── preguntó, algo perplejo y con el ceño ligeramente fruncido.

Era imposible que Gavi negara lo que acababa de hacer.

── No.

Aún asi, valia la pena intentarlo.

bad idea ━━ a gadri (gavi & pedri) storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora