2 - Imperdonable.

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Max trazaba pequeños círculos distraídamente sobre el pecho de Checo, ambos recostados en la cama de su habitación de hotel

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Max trazaba pequeños círculos distraídamente sobre el pecho de Checo, ambos recostados en la cama de su habitación de hotel. La calma que compartían antes del próximo gran premio era perfecta, casi mágica. Esa noche, todos los pilotos habían Organizado una cena, un evento social que Max había evitado deliberadamente. Checo había inventado una excusa sencilla, diciendo que no se sentía bien, pero la verdad era que preferían pasar la noche juntos, lejos de la atención de los demás.

El silencio, cómodo y casi reconfortante, fue interrumpido por el timbre del celular de Checo. El Alfa, sin perder la conexión entre ellos, estiró la mano para alcanzar el teléfono en la mesita de noche, mientras su otra mano seguía firmemente enroscada en la cintura de Max. El mexicani frunció el ceño ligeramente al ver el nombre en la pantalla, per una suave sonrisa apareció en su rostro al contestar la llamada.

— Lance, hola - saludó, con una calidez que a Max le molestaba profundamente.

El humor de Max cambió al instante. Con una mezcla de irritación y celos, se levantó de la cama, dejando a Checo hablando solo. Max no podía soportar a Lance Stroll. El Omega siempre parecía estar demasiado cerca de su Alfa, demasiado coqueto, demasiado... disponible.

Mientras Checo continuaba su conversación, Max empezó a caminar por la habitación, desnudo, sin ocultar su disgusto. Checo, por su parte, seguía hablando, su sonrisa todavía presente, especialmente al observar cómo Max se movía por la habitación con una mezcla de desprecio y provocación.

— ¿En serio? -dijo Checo, mostrando un renovad Interés en la conversación. Aquellas palabras llamaron la atención de Max, que se giró para observarlo con desconfianza. Checo, consciente de la mirada de Max, le lanzó una sonrisa burlona, una que solo alimentó la Irritación del Omega. Max rodó los jos, dándose por vencido, y se dirigió hacia el baño. Sin embargo, antes de que pudiera llegar, las siguientes palabras de Checo lo dejaron congelado en su lugar.

— Claro, dame 20 minutos -Checo se levantó de la cama con una rapidez Inesperada, buscando sus pantalones. Aún con el teléfono pegado al oído, se movía con urgencia. — Sí, te veo en el lobby - Concluyó antes de colgar la llamada.

— ¿A dónde vas...? -Max intentó preguntar, su tono mezclando sorpresa y enfado. Pero ni siquiera pud terminar la frase. Chec ya se estaba poniendo la camiseta y los tenis, su mirada apurada. Antes de que Max pudiera reaccionar, Checo se acercó y le plantó un beso profundo, uno que casi hizo a Max tambalearse por la Intensidad.

— Regreso en un rato - dijo Checo con una sonrisa, como si nada hubiera pasado. Sin darle tiempo a Max para replicar, salió rápidamente de la habitación, dejando a Max solo, con la cabeza llena de preguntas y el corazón acelerado.

Max se quedó ahí, aún aturdido por el beso, pero la molestia no tardó en regresar con fuerza. Sentía cómo la rabia y los celos se acumulaban en su pecho. ¿Stroll quería entrar en el juego? Max se prometió que ya vería cómo le Iría. Si Lance pensaba que podía quitarle a su Alfa, estaba muy equivocado. Mientras tanto, el neerlandés decidió que no se quedaría de brazos cruzados. Ya se le ocurriría algo para devolverle el golpe a Checo, algo que le recordara a quién pertenecía realmente.

Dulce AmbrosiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora