12. New Person, Same Old Mistakes

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New Person, Same Old Mistakes; Tame Impala.
(ESTA ES LA MALDITA CANCIÓN DE BORUTO EN ESTA HISTORIA‼️)

Boruto no podía deshacerse de ese tipo, incluso cuando Sarada había cedido y prometido a no volver a hablarle, él había ido a la mañana siguiente para hacer de guía turístico y enseñarles los cerros y la reserva natural que había en este.

Ella solo había levantado una mano para saludarlo, se había mantenido al margen y simplemente permaneció junto a Chouchou, hablando de coordinar sus horarios para seguir viéndose durante sus clases.

Kagura le hacía ojitos, la buscaba, intentaba conversar con Sarada.

Sentía que su pecho arder en ácidos celos, a sus puños tensarse y querer el normal dolor de lanzar puñetazos. Su migraña había vuelto y le atacaba las sienes.

"Debes tomar tu medicamento,
incluso aunque no esté ahí para decírtelo."

Sabía que debía hacerle caso a su mamá, pero le seguía respondiendo sus mensajes con mentiras. Himawari seguía pidiéndole fotografías de todo a Kawaki y a él, y su padre no le había hablado.

Pero sabía que a Kawaki sí.

Estar enfermo de celos era un sentimiento cotidiano en él desde que era un niño.

Pero esto, esto, era un tipo de tortura nueva. Porque Kagura había tenido la oportunidad de besarla antes de él, incluso el imbécil de Kawaki. Lo consideraba injusto, estaba seguro que nadie podría sentir lo que él sentía por ella. Él debió ser el primero.

—¿Boruto? —dejó de apretar la mandíbula y volteó hacia el lado, a Shikadai—. Hermano ¿qué te pasa? —lo miró preocupado—. Sigues con esa cara de perros.

—El hijo de puta de Kagura sigue rondando a Sarada. —escupió. Enseguida el Nara tomó su brazo y los alejó del resto, temiendo que cualquiera de sus amigos pudiera escuchar lo que Boruto no tenía ganas de ocultar.

—¿Tienes algo que contar? —preguntó en un susurro.

—Dormí con Sarada —soltó de pronto, ganándose un asentimiento lento—. Lo sabías.

—Claro... el primer día que llegamos, el agarrón de tetas que le hiciste a Sarada en la disco no fue disimulado. —Negó con la cabeza, escondiendo su entretención.

—Lo viste. —sonrió sin ganas.

—Iba a pasar en algún momento de este viaje, lo tenía contemplado —se encogió de hombros, pateando una piedra del camino de tierra que no dejaban de subir—. Te dije que lo ibas a lograr. —le sonrió.

—Lo hiciste. —correspondió el gesto.

—¿Así que van a comenzar a salir? —su sonrisa flaqueó.

—Dame una semana, la convenceré. —murmuró.

—¿Convencer?

—No sabe lo que quiere. Pero no importa, sé coger, hacerla reír y ser su contención. Seremos novios. —no quiso sonar tan brusco para ganarse una mirada cabrona del Nara.

—Suenas como un hijo de puta.

—Seh. —chasqueó la lengua y vió el paisaje verde de lo alrededores, el sendero estaba rodeado de grandes árboles y pequeños arbustos, convirtiendo el ambiente en húmedo.

—¿Qué tiene Kagura? A Sarada no le gusta.

—Se besaron —le recordó—. Fue su primer amor de verano o una mierda por el estilo.

ULTRAVIOLENCE (borusara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora