Profe Ich liebe dich

¡ADIÓS VACACIONES!

El día prometía ser perfecto, me levanté a las 7:00 AM, tenía una lista de cosas que hacer en las vacaciones, sin embargo lo único que había podido hacer era dormir hasta tarde e ir a un concierto de mi banda favorita, de todas las cosas que quería hacer aún tenia tiempo de hacer la que mas quería y que había guardado para el final, ir al mar, mi lugar favorito en todo el mundo, pero que no era nada facil llegar ya que estaba a unas 2 horas y mis padres siempre estaban ocupados, mi mejor amiga se había mudado del país para estudiar en Londres, así que tenía que esperar que mis padres me pudieran llevar y efectivamente ese dia era hoy! Más feliz no puedo estar.

Todo  estaba listo, mis padres habían subido todo al auto, solo esperaban por mi que aún seguia buscando el bikini perfecto, como ya el tiempo estaba sobre nosotros tomé uno de mi color favorito, rosado, y bajé las escaleras lo mas rápido posible.

Conducimos dos horas que fueron eternas. El día estaba radiante, hacía un tiempo perfecto para estar en el mar, ya podía oler la sal y sentir el viento en mi piel, nada podía igualarse al magnífico mar azul, desde niña siempre fue mi lugar favorito y creo que siempre lo será...

Al llegar mi padre ubicó un buen lugar, nos instalamos y mi madre automáticamente se fue a las profundidades de una siesta, mi padre sin embargo encontró un amigo de la infancia e instalaron su conversación, yo sin embargo veía de lejos lo que sería mi destino por las próximas 6 o 7 horas, la mágica playa, llena de caracoles y pequeños pecesitos, me aproximé con toda la rapidez que pude y me sumergí en tan deseadas aguas, por fin sentía en mi piel cada gota de agua concentrada en pequeñas olas que azotaban la orilla, nada se compara con la paz que me da el mar y el olor de su perfume...

Estaba disfrutando tranquilamente del agua cuando de repente se me comenzó a acalambrar la pierna y con ello a hundirme en el agua, estaba a una distancia considerable de mis padres, podía subir de vez en cuando pero el miedo me invadió tanto que no me salia la voz, acaso moriría en el único lugar que me podía sentir viva? A lo lejos podía ver cómo mi padre seguía en su conversación y mi madre continuaba en las profundidades de su siesta, a pesar de todo sentía una especie de paz, no me quejo y si me tocaba morir ahí sería un honor...

De pronto me hundí por última vez y solo pude observar como todo se iba poniendo oscuro al rededor, perdiendo la conciencia poco a poco...

De pronto desperté! Abrí los ojos y justo frente a mi cara estaba el, tocando mis labios y sujetando mis manos que chocaban con la arena,
-¿Qué está pasando? Pensé, me estaba dando respiración boca a boca

Al parecer este hombre me salvó de lo que en aquel momento creí inevitable, su rostro era tan inexplicable y su expresión reflejaba una gran preocupación sin embargo primera vez que lo veía, había salvado mi vida y no se porqué en ese momento solo pensaba en qué fue una suerte casi ahogarme así poder encontrarme con él.

Mis padres ni siquiera se habían dado cuenta, ambos seguían en su mundo, cuando por fin lo notaron ya estaba frente a ellos con una toalla envuelta y agarrada de la mano de quien fue mi salvador, ellos se sorprendieron y gritaron:

-¿Qué te sucedió estás bien?,Mi madre se paró inmediatamente abrazándome.

-Afortunadamente estoy bien, ese joven me había salvado, así que no tienen porqué preocuparse. Les dije.

El se despidió cortesmente y me dijo en tono dulce y calmado: -Me alegra que estés bien.

Se dió la vuelta y se fue lentamente, Pero no pude evitar correr detrás de el, -Podría darme su número, para agradecerle más formalmente?, le dije.

El me contestó que no era necesario pero yo insistí, realmente no fue el hecho de que me había salvado de ahogarme lo que me arrastró hacia el, más bien el despertar y verlo frente a frente provocó emociones que no podía explicar, y realmente no estaba dispuesta a dejarlo ir.