En medio del caos⅓

† Epílogo †

Repasando mi plan en mi mente me dispongo a caminar.
Estoy seguida por Kamillo, Joseph, Juan y Williams.

Se supone que vamos a montarle una trampa a Marcus para fugarnos con Joseph, aunque no se cómo vaya a salir eso.

Se supone que mientras negocio a Joseph, este le dará un golpe en alguna zona débil y Juan con Williams nos van a respaldar mientras que nosotros nos alejamos de allí hasta el claro.

En el claro nos debemos encontrar con hana, la hija de Kamillo.

Ella nos llevará a la furgoneta que nos transportará a New York.

Aún me siento rara por la idea de irme pero todo sea por una buena causa.

-Aqui está, como lo prometí — digo entregando a Joseph.

-Gracias — murmura el mientras abraza a Joseph de la manera más hipócrita.

Joseph aprovecha y le da un rodillarzo en la entre pierna y un golpe en el pecho. Cuando Marcus lo suelta Juan y Williams los sujetan disimulando querer ayudar.

Aprovechamos la oportunidad y salimos corriendo.
Cómo alma que se lleva el diablo.

Noto que Joseph corre con dolor.
Así que pasó mi brazo por su espalda y hago que se apoye de mi mientras corremos.
El al principio parece incómodo pero luego deja de darle importancia.

Y que bueno ya que ahorita no me siento capaz de darle explicaciones o razones.
Ya que nisiquiera yo las tengo.

Al llegar al claro no vemos a hana.
Y me empiezo a preocupar y a evaluar la situación.

¿Y si fue una trampa?

-¡¿Hana?! — la llamo, pero no hay respuesta.

-¡Hana! — la llama Joseph pero sucede igual — maldición, no puedo verla, mi visión está nublada.

-¿No sé supone que los vampiros tienen visión nocturna?

-Si pero llevo tiempo sin alimentarme — dice el y le agradezco que no me lo haya reprochado diciendo "ustedes no me alimentaron".

-Vale, pues aliméntate.

-¿Qué?

-Necesitamos ver a hana, no hay tiempo. Aliméntate de mi.

-Pero no me podré controlar... — dice el aunque más para el que para mí.

-Solo aliméntate vampiro testarudo.

El esboza una sonrisa y me jala de la cintura hasta apegarme a el.

Lame mi cuello para después clavar sus colmillos.
Cruel, se aprovecha del momento para ponerme nerviosa.

Suspiro ante el dolor aunque este a poco se va y le da paso a un extraño placer.

Pero ahora no estamos para eso.

El dolor se centra en las pulsadas que siento y el leve mareo.

Luego de unos segundos el termina y lame la herida para curarla y no dejar rastros de sangre.
Si cree que no me di cuenta que me inyectó ponzoña está muy equivocado.

El mira a cada rincón oscuro y luego vuelve a llamar.

-¡¿Hana?! — pregunta mirando a todos lados.

Luego gira hacia en sus pasos y me toma la mano para luego correr.

-La escuché, dijo que está por aquí.

Corro a su lado con los sentidos a flor de piel, puesto a que sentía que no estábamos del todo al salvo.

Al llegar a el final del bosque salimos a una carretera donde efectivamente, allí hay una furgoneta.

Sonrío al verla.

Es una furgoneta negra, sin matrícula y eso me hace pensar en muchas cosas.

Me subo a la furgoneta con Joseph y saco mi AWM.
Una arma que me dió Matías.

Lo voy a hechar de menos, al igual que a Phelan.

Suspiro y me dispongo a estar atenta al bosque.
No puedo bajar la guardia sabiendo que Marcus puede venir en camino.

Escuchó pisadas a lo lejos y me pongo alerta.
Al ver una figura robusta espero unos minutos para confirmar que es Marcus y poder disparar.

Pero para mí suerte es Kamillo.

El se sube a la furgoneta al igual que Hana y arranca.

Yo guardo mi arma abajo de mi asiento y me dejó caer hacia atrás.

-¿Están bien? — pregunta Kamillo mirándonos desde el retrovisor.

-Si, llegamos a salvo — le respondo — ¿Y usted?

-Bien. Juan se llevó la peor parte pero confío en que estará bien.

Juan.
Mi pobre amigo Juan.
Espero y no le haya pasado nada grave.

Finalmente estaré tranquila. Bueno más o menos ya que tranquilidad es una palabra que desconozco.
Se que en mi nueva vida en New York me espera muchas cosas nuevas.
Y al lado de Joseph me espera muchos desafíos.

Y estoy segura que el primer desafío será perdonarlo.

Pienso en las palabras de Thomas Seijaku.
"Calma en medio del caos"

Claro, podrá ser calma, pero eso no significa que el caos aún esté presente.

Y mientras esté al lado de Joseph se que me espera muchas aventuras por delante.

Pero me siento feliz de que al menos.
Haiga podido salir
De en medio del caos.

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