THE STORY OF US (YOUNG MIKO)

013.

RINA
|VOLEY|

Estábamos en la playa con Vicky y Josh, la arena tibia acariciaba mis pies mientras las olas llegaban en suaves murmullos. El sol comenzaba a teñir el cielo de tonos naranjas y rosados, creando el escenario perfecto para relajarse, pero claro, con Josh eso nunca duraba.

—¡Wey, te juro que ni en tus mejores sueños agarras esa bola!—dijo Josh, burlándose de la última vez que jugamos voley y yo fallé.

—¡Ay, sí! Como si tú fueras el mismísimo Messi del voley—respondí con sarcasmo—. Si ni siquiera sabías cómo agarrar la pelota.

Vicky, que estaba sentada a mi lado en la arena, se rió mientras se ajustaba su sombrero. —Acho, ustedes siempre peleando. ¿No pueden pasar ni cinco minutos sin echarse una puñita?

—No es mi culpa que este tenga memoria selectiva y solo recuerde mis fallas—repliqué.

Josh, con su acento mexicano y una sonrisa burlona, añadió: —Es que tus errores son inolvidables, morra.

Estaba a punto de responderle cuando vi a un grupo de chicas jugando voley cerca de la orilla. El sonido de sus risas y los gritos de ánimo me llamaron la atención.

—Ey, ¿qué tal si vamos a jugar con ellas?—le dije a Vicky, señalando hacia el grupo—. Tengo ganas de demostrarle a Josh quién es la verdadera campeona aquí.

—Nah, yo paso—dijo Josh, levantando las manos en señal de rendición—. No quiero humillarte otra vez, morra.

—Sí, claro, excusas—le respondí, rodando los ojos. Luego me giré hacia Vicky—. ¿Vienes?

Ella negó con la cabeza, sonriendo—. Na', yo me quedo viendo, pero no creas que eres tan mala como Josh dice. Cuando éramos chamaquitas, a los 15, tú jugabas voley bastante bien, ¿te acuerdas?

Me puse el short con calma, pero no pude evitar notar cómo Victoria seguía cada uno de mis movimientos. Su mirada tenía esa mezcla de picardía y admiración que siempre lograba hacerme sonrojar, aunque no se lo iba a admitir jamás.

—¿Qué es? ¿Te gusta lo que ves o qué?—le solté, arqueando una ceja con una sonrisa burlona.

Victoria se recostó un poco hacia atrás, observándome con una media sonrisa—. Sabes que sí, pero no te emociones mucho, ¿ok? Ve a jugar, pero te estoy chequeando, baby.

Rodé los ojos, divertida, y me dirigí hacia las chicas. Mientras caminaba, sentía el calor de su mirada en mi espalda, como si me estuviera vigilando con una mezcla de orgullo y diversión. Al llegar, las chicas me dieron una pequeña bienvenida, y rápidamente me integré al grupo.

—Oye, espero que estés lista para sudar, porque aquí somos bien intensas—dijo una de ellas, bromeando mientras me lanzaba la pelota con un pase perfecto.

—¡Mejor sáquenla, porque no puede jugar!—escuché a Josh decir, mientras la platinada le daba un pequeño golpe en el brazo, haciéndolo reír.

—Josh, ¿por qué no te metes al agua y nos dejas jugar tranquilas?—respondí con una sonrisa burlona, disfrutando del pequeño caos que siempre traía Josh.

Josh resopló, pero se dirigió al agua, dejándonos en paz.

Tomé la pelota con firmeza y me preparé para el primer saque. Me lancé con determinación y, con un movimiento preciso, la pelota voló por el aire, pasando justo por encima de la red y cayendo en el campo de juego del equipo contrario. Las chicas vitorearon mientras me movía con confianza, posicionándome para el siguiente desafío.

Me deslicé por el campo con agilidad, anticipando cada pase y respondiendo con jugadas certeras. Cada vez que la pelota se dirigía hacia mí, la devolvía con la misma precisión que la primera vez, haciendo que mis compañeras se sintieran seguras y motivadas.