—Lewis, ¿En cuanto tiempo más o menos estará listo ese brazalete?
Preguntó Erick preocupado, Eli seguía inestable mientras ella los seguía, cada segundo era importante, ya que ellos no sabían si de pronto Eli volvía a descontrolarse. Era la primera vez para todos en donde pudieron presenciar gran parte de su poder, la capital del imperio de Britania era muy grande, incluso podría tomar horas en carruaje para recién salir de la capital, pero Eli de un solo ataque había acabado con la cuarta parte de ese país.
—Todavía me falta, esta vez lo haré de una forma en que pueda retener mejor el poder de Eli. Mi teoría es que la pulsera perdió parte de su efecto cuando peleó con Elliot la primera vez.
Respondió Lewis mientras tenía sus palmas juntas, aún en creación del brazalete.
—Lo siento por eso, si esa vez les hubiera creído, esto no habría pasado.
Mencionó Elliot con pesar, mientras iba caminando al lado de Eli, debía estar atento para retener cualquier anomalía. Aún así, escuchar que fue su culpa que Eli se haya sentido mal desde que le conoció, le carcomía.
—No fue tu culpa Elliot, solo estabas cumpliendo con tu deber, nosotros tampoco teníamos pruebas.
Contestó Erick mientras estaba a la par de Lewis, Elliot ya había sanado su cuerpo después del golpe que le dio Lewis.
—Eso es verdad, dime, ¿Qué persona normal confiaría en alguien con maná demoniaco? No que quiera ofender a Eli, pero es de sentido común desconfiar de extraños y aún peor, cuando quieren arrebatarte algo tan valioso.
Mencionó Daniel tratando de hacer que el ambiente no estuviera tan tenso. Tampoco le gustaba la idea que Elliot se sintiera culpable por algo que estaba fuera de su alcance.
Los grilletes que Eli poseía, con el símbolo de autosellado, parpadeaban de vez en cuando. Lo que preocupaba al grupo mientras se iban alejando lentamente del lugar, Lewis no podía transportarlos por estar ocupado haciendo el nuevo brazalete.
Elliot se abstuvo de usar el hielo, ya que la inestabilidad en el maná de Eli con su poder divino, podrían causar un quiebre. Ni tampoco nadie más podía cargarla, ya que el maná a su alrededor estaba en un estado corrosivo, incluso quedaban rastros de corrosión en la tierra mientras caminaba.
—Por cierto, Lewis, tengo una pregunta, ¿Sabes cuantos fragmentos te faltan para reunirlos todos?
Preguntó Jess volteando hacia atrás.
—Solo me faltan cuatro.
"Eso es bastante poco, si seguimos recolectando los que faltan, dentro de poco Lewis desaparecerá por completo".
Mientras caminaban, Lewis alzó la vista preocupado hacia el cielo.
—¿Sucede algo?
Preguntó Jess.
—Se abrirá más de una grieta por aquí, la inestabilidad en el maná de Eli está interfiriendo.
Luego que acabara la advertencia, dos grietas se abrieron muy cerca de ellos.
—¡Sepárense de Eli y Lewis, voy a protegerlos!
Mandó Elliot, enseguida le hicieron caso y Elliot levantó una barrera de hielo alrededor de Eli y Lewis, quedando encerrados dentro, antes que el hielo se cerrara por completo, Elliot le gritó a Lewis.
—¡No dejes que toque el hielo!
Lewis asintió y el hielo se cerró por completo, entonces fue cuando los demonios comenzaron a surgir de las grietas, las cuales eran más grandes de lo normal.
ESTÁS LEYENDO
El camino de un héroe
FantasyEn el vasto continente del norte, el Reino de Reveire se alza como un bastión de justicia y prosperidad. Sin embargo, una anomalía mágica desencadena la aparición de grietas infernales, liberando hordas de demonios que sumergen al reino en un caos i...