____ se encontraba en su habitación, sentado en el borde de la cama, con el teléfono en la mano. Una sensación de ansiedad lo invadía. Había pasado una semana desde que había estado en contacto con Izuku. Desde que la fiebre lo había dejado en cama, había evitado cualquier interacción. A pesar de ello, los mensajes de Izuku seguían llegando sin descanso, cada uno más urgente que el anterior.
"¿Por qué no contestas, ____? ¿Estás bien?"
"Por favor, respóndeme."
"Voy a ir a verte. No puedo estar tranquilo si no sé que estás bien."
Leyó uno tras otro, sintiendo una presión creciente en su pecho. No sabía cómo interpretar esa insistencia. ¿Era preocupación genuina? ¿O había algo más detrás? El aire en su habitación se sentía denso y cargado. Incluso con las ventanas abiertas, parecía que no podía respirar con normalidad.
Durante los últimos días, había tenido la extraña sensación de estar siendo observado. La noche anterior, justo antes de cerrar las cortinas, creyó ver algo moverse en el techo del edificio de enfrente, pero cuando miró más de cerca, no había nada. La sensación persistente de ser vigilado estaba comenzando a desgastarlo mentalmente.
Decidió ignorar el teléfono y trató de concentrarse en otras cosas. Se dirigió al escritorio donde había dejado su tarea a medio hacer. "Tengo que ponerme al día", pensó, buscando distraerse. Mientras trataba de enfocarse, no podía evitar que su mente regresara a Izuku y su comportamiento cada vez más extraño.
Al rato, decidió que necesitaba aire fresco. Tomó su abrigo y salió al pequeño patio trasero de su casa. Allí, el viento frío lo golpeó, dándole un poco de alivio a su mente saturada. Sus pensamientos seguían agitados, pero al menos el cambio de ambiente ayudaba un poco.
Mientras caminaba por el patio, notó algo en el suelo cerca de la puerta: un pequeño dispositivo. Se agachó y lo recogió. Era un micrófono diminuto. ____ se quedó helado. Su corazón empezó a latir con fuerza mientras lo giraba en sus manos, examinándolo con detenimiento. "¿Qué es esto?", murmuró, sintiendo cómo la adrenalina corría por su cuerpo.
El temor comenzó a convertirse en paranoia. Miró alrededor del patio, buscando cualquier otro signo de vigilancia, pero no encontró nada. "¿Es esto una broma? ¿O algo más serio?" Su mente corría con preguntas y ninguna respuesta. Intentó recordar si había alguien que pudiera querer espiarlo, pero no se le ocurría nadie. Solo le vino a la mente una persona: Izuku.
"No puede ser... él no haría algo así." Pero cuanto más pensaba en los mensajes insistentes de Izuku y en sus visitas inesperadas, más plausible parecía la idea. "Tal vez estoy exagerando", trató de convencerse, pero la idea ya estaba plantada en su mente.
Decidió entrar nuevamente a la casa y cerrar las cortinas de todas las ventanas. La idea de que alguien pudiera estar observándolo le helaba la sangre. No podía soportar la sensación de vulnerabilidad que eso le provocaba.
Más tarde, intentó calmarse preparando una taza de té. Sentado en la cocina, observó el teléfono que había dejado sobre la mesa. Una parte de él quería llamar a Izuku y confrontarlo, pero otra parte tenía miedo de la verdad que podría descubrir. Además, ¿qué pasaría si estaba equivocado? ¿Y si era solo su mente jugando con él debido a la fiebre y el estrés?
Los días pasaron y la sensación no desaparecía. No quería ser paranoico, pero cada vez que salía de casa sentía que alguien lo seguía. Miraba hacia atrás, pero nunca veía nada. Finalmente, decidió hablar con uno de sus amigos más cercanos, Takashi, con quien tenía la confianza suficiente para compartir sus preocupaciones.
"¿Te sientes observado? Eso es raro... ¿Alguien te ha seguido o algo así?", preguntó Takashi, mirando a ____ con preocupación.
"No lo sé. Solo siento que hay algo raro. Encontré un micrófono cerca de mi puerta el otro día, y desde entonces no puedo dejar de pensar que alguien me está vigilando."
Takashi frunció el ceño. "Eso suena serio. ¿Has pensado en hablar con la policía?"
"No... no quiero hacer un escándalo si resulta ser solo una coincidencia. Además, no estoy seguro de a quién involucraría todo esto."
El silencio se instaló entre ambos, hasta que Takashi comentó: "Bueno, si necesitas quedarte en mi casa un par de días, no dudes en decírmelo. No podemos dejar que te sientas así, ____."
____ asintió, agradecido. A medida que se alejaba de la reunión con Takashi, sentía una ligera calma en su interior, pero también una creciente determinación. Necesitaba saber la verdad, costara lo que costara.
Decidió que lo mejor era volver a casa y hacer una búsqueda minuciosa de cualquier otro dispositivo. Mientras revisaba su habitación, sus pensamientos volvieron a Izuku. "¿Hasta dónde llegarías por mí?", pensó, sintiendo una mezcla de miedo y confusión. Había visto cómo los ojos de Izuku brillaban con intensidad cuando hablaban, pero últimamente había algo más detrás de esa mirada, algo que no podía identificar.
Y mientras buscaba, una parte de él sabía que quizás ya tenía la respuesta.
