Autora pov:
Yuki se estaba preparando, tenía las maletas listas y ya estaba arreglado, solo faltaba el maquillaje.
-Mira aquí por favor- su primo le giró la cara y frunció el ceño en concentración mientras daba pinceladas y aplicaba productos en su cara.
-¿Por qué tantas cosas?- Yuki suspiró, se había dejado hacer nada más porque era necesario para el plan.
-La golpiza debe verse como tal, además de que se supone que es reciente- volvió a girarle la cara -La sangre seca es esencial para esto-
-Te creeré nada más porque tú si sabes de esto, se lo habría pedido a Seiko pero esa perra no me habla- se dejó seguir maquillando.
Unos minutos más y su primo le tendió un espejo.
-Dime que te parece- guardó todo lo usado en la bolsa de maquillaje.
-Está increíble- y era verdad, el trabajo logrado era excepcional, hasta parecía que de verdad le habían golpeado hasta el cansancio; herida abierta en la ceja y debajo del ojo, moretones por toda la cara, pómulo y labio abiertos e hinchados, la nariz parecía rota, sangre seca corría de todas partes.
El disfraz estaba logrado, solo debía cojear y lanzar quejidos de dolor de vez en cuando para dar un buen acto. Sus maletas contaban con algunos micrófonos, para poder grabar todo lo que se dijera, cualquier plan que tuvieran esas idiotas, su chaqueta tendría una cámara oculta que guardaría de forma instantánea todo lo que captara.
-Mejor que vuelvas con algo decente hijo- su padre lo despidió con un abrazo -La familia cuenta contigo, el futuro de todos depende de ti-
-Lo sé papá- agarró las maletas y miró al resto de la familia -No voy a decepcionar más a nadie-
Sacó las cosas al patio de la casa, la familia oculta detrás de las cortinas; había revelado el plan que tenía Suzuka para su traslado y, a pesar de que habían sugerido seguir al auto a una distancia "normal", decidió actuar solo, no quería revelar la traición aún. Suzuka le había abierto los brazos otra vez sin sospechar nada, se notaba que lo quería muchísimo y eso a veces le sentaba mal.
Espero unos cuantos minutos, no tenía idea de como lo recogerían, en los perímetros del patio no se veía nada ni a nadie que pudiera revelar como traslado.
Un auto negro avanzó despacio por la calzada, la música sonaba algo fuerte, se detuvo frente a la entrada trasera y un tipo con pinta de rockero se bajó.
-¿Eres Yuki?- se bajó los lentes negros que llevaba y le tendió la mano.
-Si, soy yo- sonrió levemente, fingiendo un gesto de dolor y lo saludó.
-Si que estás hecho mierda muchacho- negó y lo miró de arriba abajo -¿Te dieron duro?-
-Sin parar- asintió y se agarró las costillas -¿Podemos movernos? Me duelen al estar tanto tiempo parado-
-Deja yo llevo esto- el hombre agarró las maletas y empezaron a caminar juntos al auto -La música está fuerte para que no puedan escucharnos- señaló la casa con la cabeza.
Yuki asintió mientras caminaba despacio y cojeaba más de la cuenta, actuar como herido le salía muy bien, daba gracias a las clases de actuación. Subieron al auto, el tipo apagó la música y empezó a conducir, la noche estaba en su máximo esplendor, algunas estrellas brillaban en el firmamento y la luna parecía saludar con una sonrisa amistosa.
-Te vendrá bien dormir muchacho, el viaje será largo- el hombre lo miró por el retrovisor -Le hará bien a tu cuerpo herido descansar-
-Estoy bien, el asiento es cómodo para mi espalda- el chico suspiró y se acomodó mejor, la verdad los asientos eran muy cómodos.
ESTÁS LEYENDO
Feromonas y Heroína (TEMPORADA DOS)
Teen FictionCinco años de paz terminarán cuando el resto de la familia Nakamoto decide poner fin a la felicidad cosechada empezando por atentar contra todo lo que construyeron, lo más amado de sus vidas. ¿Serán fuertes para enfrentarse a ellos o será ganadora l...