Los días siguientes se llenaron de una creciente sensación de paranoia para ____. Cada rincón de su hogar le parecía una posible trampa, y la constante sensación de ser observado no hacía más que intensificar su angustia. A pesar de revisar meticulosamente su casa en busca de dispositivos extraños, no encontró nada adicional. Pero esa inquietante sensación persistía.
La notificación de su teléfono volvió a vibrar, y una oleada de mensajes de Izuku llenó su bandeja de entrada. "____, por favor respóndeme." "¿Dónde estás? Estoy preocupado." "Necesito verte. No puedo soportar no saber de ti."
Cada mensaje parecía presionarlo más, una sensación cada vez más opresiva. La línea entre la preocupación genuina y la obsesión se hacía más difusa. Decidido a enfrentarse a la situación, ____ decidió confrontar a Izuku directamente.
Esa tarde, mientras se dirigía de regreso a casa desde el centro de la ciudad, se detuvo en medio de la calle. Su mirada se dirigió al horizonte, buscando la causa de su creciente paranoia. Era un día gris y lluvioso, un mal presagio para el encuentro que estaba por venir. Cuando llegó a casa, esperó con ansiedad hasta que el reloj marcó las siete. Izuku llegaría pronto.
La puerta sonó con un timbre enérgico. ____ abrió, encontrando a Izuku con una sonrisa ansiosa. Aunque su rostro estaba iluminado por la alegría, algo en sus ojos parecía inquietante.
—____, me alegra verte —dijo Izuku, su voz rebosante de preocupación.
—Gracias por venir, Izuku. Necesito hablar contigo —dijo ____ mientras lo invitaba a pasar.
Izuku entró, su mirada fija en ____ mientras este cerraba la puerta. Los dos se dirigieron a la sala de estar, donde ____ tomó una respiración profunda antes de hablar.
—He estado sintiendo que alguien me está observando. Encontré esto cerca de mi casa. —Sacó el pequeño micrófono que había encontrado y se lo mostró a Izuku.
Izuku examinó el dispositivo con calma. La sonrisa en su rostro no se desvaneció, pero sus ojos revelaron un destello de inquietud.
—Eso es… realmente extraño. —Izuku asintió lentamente—. ¿Estás seguro de que te están espiando?
—Eso parece —respondió ____—. No sé si tú estás involucrado, pero tu comportamiento últimamente ha sido… inquietante.
Izuku levantó una ceja, su sonrisa cambiando a una expresión más seria.
—¿Inquietante? —preguntó, su voz en un tono bajo y calculador—. Yo solo quiero ayudarte, ____.
El silencio que siguió fue denso. Izuku caminó hacia ____ con una calma inquietante, sus ojos llenos de una intensidad calculadora.
—____, ¿alguna vez has pensado que quizás estás exagerando? —dijo, su voz suave pero persuasiva—. Quizás te estás haciendo daño a ti mismo con estas paranoias.
____ sintió un escalofrío recorrer su espalda. La forma en que Izuku hablaba tenía un matiz manipulador. Trató de mantenerse firme, pero las palabras de Izuku parecían tener un peso inexplicable.
—No estoy exagerando, Izuku. He sentido que alguien me sigue y que está… vigilándome —dijo ____ con voz temblorosa.
Izuku dio un paso más cerca, su sonrisa regresando de manera lenta y calculada.
—Quizás solo estás cansado. Has estado bajo mucho estrés últimamente —dijo—. Tal vez necesitas descansar un poco. No todo es tan malo como parece.
____ trató de mantener la calma, pero la influencia de Izuku era palpable. Las palabras de Izuku comenzaron a afectar su estado mental, y una parte de él comenzó a dudar de sus propias percepciones.
—Pero ¿qué pasa si hay una verdad en todo esto? —dijo ____—. ¿Cómo puedo estar seguro?
Izuku se inclinó un poco hacia adelante, su mirada fija en ____ con una intensidad que era difícil de ignorar.
—____, confía en mí. Estoy aquí para ti. Mi única preocupación es tu bienestar —dijo, su voz llenándose de una sincera dulzura—. No tienes que hacer esto solo. A veces, nuestra mente puede ser nuestro peor enemigo.
____ sintió una mezcla de confusión y alivio. La forma en que Izuku le hablaba, con una mezcla de preocupación y calidez, era difícil de resistir. Comenzó a cuestionar si sus temores eran infundados.
—Gracias, Izuku. Aprecio tu apoyo —dijo ____ lentamente, sintiéndose abrumado por las emociones contradictorias.
Izuku sonrió, pero su expresión era ahora más fría, casi triunfante. Había logrado manipular a ____ para que comenzara a dudar de sí mismo y de sus percepciones. El control que estaba ejerciendo sobre ____ estaba tomando forma, y aunque era sutil, era evidente.
—Siempre estaré aquí para ti, ____ —dijo Izuku, su voz ahora llena de una amenaza sutil—. Nunca olvides eso.
____ asintió, su mente aún luchando por procesar todo lo que había pasado. Mientras Izuku se despedía y salía de la casa, ____ se quedó solo en la sala, sintiendo un torbellino de confusión y angustia. La manipulación de Izuku había dejado una marca profunda, y ____ estaba comenzando a darse cuenta de que sus temores podían ser más reales de lo que había imaginado.
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Tinte Verde Corazón Oscuro (Izuku Yandere X Malereader)
FanfictionLee la historia nomas