Volviendo a ti.

Capítulo 11.

Estar a cargo de una niña tranquila era sencillo, eso sí, le gustaba hablar mucho, además de que era observadora y muy perspicaz. Después de la reunión y haberla encontrado dormida, solicité información sobre escuelas a Jazmín, así como también que me consiga al mejor pediatra de la ciudad. Tenía que ayudarla con su problema de habla y de paso valorarla generalmente. Una vez que obtuve la información que solicité, y se despertase Sasha decidí tomarme el día libre, o lo que restaba del día. La niña se subió a mi auto, en la parte de atrás, y se puso el cinturón de seguridad luego de indicarle como debía hacerlo, era muy inteligente. Puse música a bajo volumen. No toleraba las personas que iban en sus autos gritando las letras de las canciones y con el sonido al máximo. Conduje hasta la clínica donde trabaja la pediatra que me había dicho Jazmín. Estando ahí Sasha se preocupó.

-¿Halas que me pongan inyecciones? -miré sus ojitos y pude notar el nacimiento de lágrimas en ellos. Me asusté e inmediatamente la tomé en mis brazos desde el piso.

-No, no, no llores, no estamos aquí por eso -traté de calmarla -Pero si te revisará una doctora y nos dirás si estás bien de salud, además podrá ayudarte con tu problema al hablar -mencioné la última parte en un tono suave, para que no se sintiera juzgada por mi o que me estaba burlando.

-¿Plometes que no me pondan inyecciones? -realizó la pregunta mientras alzaba su manita hacia mi cara con el meñique levantado. Sonreí suavemente e hice mi promesa entrelazando nuestros meñiques, la pequeña se acercó y dió un besito a nuestra unión. Suspiré encantada, caminé con Sasha en mis brazos mientras pensaba en que yo, Lauren Jauregui, con la cantidad dinero y empresas que manejaba, acababa de hacer una promesa de pinky promise, giré los ojos internamente. Llegamos al consultorio de la Dra. Keana Maire, toqué suavemente la puerta e ingresé cuando escuché su voz permitiéndome pasar.

-Buenas tardes -hablé con Sasha aún en mis brazos, la senté en una sillita y yo me me senté en la silla de al lado, ambas quedamos frente a la atractiva doctora.

-¿Lauren, verdad? -preguntó mirando la pantalla de su computador. Cuando me miró, asentí a su pregunta y continuó. -Bien, ¿A quien tenemos aquí? -se dirigió a Sasha usando un tono de voz cargado de amabilidad y ternura. Sasha le sonrió inmensamente y me sentí celosa. La pequeña le respondió con su nombre y la doctora la halagó por tener un nombre tan lindo.

-Me lo puso mi mamá -dijo demostrando orgullo.

-Por supuesto que sí -afirmó ella y ofreciéndome una sonrisa amable. -Bueno mamá Lauren, ¿Cuál es el motivo de la consulta? -ella preguntó y yo casi me ahogo con mi propia saliva, aclaré mi garganta y negué.

-Yo no soy su mamá... -dejé la frase en el aire y me sentí una traicionera cobarde inmediatamente. Sasha ignoró mi mirada cuando intenté observarla.

-Lo siento, el parecido es innegable, pero bien ¿Eres una especie de tía, entonces? -Giré mis ojos con molestia, ni siquiera había atendido a Sasha y ya me quería ir.

-Soy amiga de la mamá, está fuera de la ciudad y por eso la he traído yo. -hablé de mala gana. Ella solo asintió y se dispuso a atender a Sasha. La sentó en la camilla mientras la revisaba, le hizo hablar y mover la lengua, supongo para evaluar el motivo de su dificultad al hablar, también pesó y midió su estatura.

-Bueno, para empezar y viendo el motivo de la consulta están aquí porque, esta pequeña princesa -miró y le sonrió a Sasha, la cual estaba encantada y yo no podía estar más celosa y ni siquiera entendía el motivo. -tiene dificultad al hablar, al momento de la pronunciación del fonema "r", hasta cierta edad por medio de terapia y ejercicios hubiéramos podido manejar la situación -mientras hablaba me miraba y al mismo tiempo tecleaba en su computador, me parecía una absoluta falta de respeto -Pero ahora, debe ser tratado por medio de cirugía, es un procedimiento rápido, sin mucho riesgo -habló rápidamente cuando vio mi cara de preocupación.