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El día que nació Haerin, el universo entero pareció celebrar su llegada: las estrellas entonaron un canto armonioso, la luna besó al sol, y los cometas danzaron lentamente al ritmo del hermoso canto estelar. Este fenómeno cósmico no sólo marcó el comienzo de su vida, sino que también dictaminó su destino como portadora de poderes psíquicos incomparables.

Nació un quince de mayo alrededor de las cuatro de la mañana, en un hospital de Dongjak-gu, Seúl, Corea del Sur. Lamentablemente, su madre falleció en el parto. Su padre, abrumado por la tristeza y el dolor por la pérdida de su esposa, no encontró consuelo en el nacimiento de su hija. Completamente despreciandola desde su primer respiro. 

Al subirse a su camioneta, el padre miró con desprecio al bebé, sosteniendo el timón con fuerza y apretando los dientes. 

En un momento cargado de tristeza y resentimiento, condujo hasta la casa de sus suegros. Al llegar, tocó el timbre y dejó a la recién nacida en la entrada, en la fría noche. Coloco una carta a lado del cuerpo y luego, sin mirar atrás, se perdió en la niebla que envolvía la madrugada, abandonando a su hija a un destino incierto mientras se disolvía en la oscuridad de su propio dolor.

Los llantos del bebé despertaron a los dos viejos, quienes rápidamente bajaron las escaleras al escuchar el sonido de una pequeña joven voz en plena noche. Al abrir la puerta, quedaron boquiabiertos al encontrar a la recién nacida en la fría entrada. La anciana, con manos temblorosas, tomó a la bebé en brazos, envolviéndola en un abrigo de consuelo mientras intentaba calmarla.

Mientras tanto, el anciano se agachó para recoger la pequeña carta que yacía en el suelo. Al leerla, su rostro se transformó en una mezcla de enojo, tristeza y decepción. La carta revelaba la dolorosa verdad: su hija había fallecido, y su yerno había abandonado a su nieta en una fría y cruel despedida. La carga de la pérdida y el abandono se hacía aún más pesada al saber que debían asumir la responsabilidad de una vida recién comenzada.

Los primeros años de crianza se sentían como un sueño, su pequeña chica contaba con una gran inteligencia para su corta edad y, para sorpresa de la pareja, un poder cósmico.

Poderes psíquicos.

En el día de su segundo cumpleaños, Haerin, que había recibido su nombre en honor a su tatarabuela, aplaudía alegremente mientras observaba cómo encendían una vela en su pastel. Su risa infantil llenaba el aire de una felicidad pura e inocente, haciendo a los ancianos sonreir.

Al momento en el que su abuelo ayudó a cortar el pastel, está frunció el ceño, cerrando sus pequeños ojitos, pareciendo que intentaba concentrarse en algo más que no fuera su celebración. La pareja se vio mutuamente preguntándose qué haría Kang. El pedazo de pastel cortado voló por los aires, y de un momento para otro el cuchillo que antes se encontraba en la mano del anciano ahora comenzaba a moverse por sí mismo, cortando el pastel, cada pedazo volando por la sala, como si  fuera propia de una película de fantasía, estos realizaban una coreografía perfectamente sincronizada con una música inexistente, que solo Kang podia escuchar.

Los ancianos observaban atónitos, dirigiendo su mirada a la comida flotante y luego hacia Haerin, quien reía infantilmente, aplaudiendo.

Los años pasaron rápidamente, como un río que fluye sin detenerse, arrastrando consigo las hojas del pasado. A medida que el tiempo avanzaba, los poderes de Haerin se volvían cada vez más imponentes, y su habilidad para controlarlos se perfeccionaba. Ya no se limitaba a mover simples pedazos de pastel; su influencia se extendía a fenómenos mucho más complejos, como poder controlar la disposición de las estrellas o crear un eclipse solar solamente con un movimiento de mano impulsado por el sentimiento de un aburrimiento extremo.

Aunque, para sus abuelos ella era una en un billón, en la escuela era otra entre billones. Mientras ella brillaba por si singularidad en su hogar, en la escuela, se mezclaba entre la multitud, siendo solamente una estudiante ordinaria.

Pero la necesidad de esconderse se acabaría al conocer a Danielle.

Cósmico 🍙 daerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora