la batalla de dos de temer
La noche caía sobre el antiguo templo en ruinas, y las sombras danzaban con la luz de la luna que se filtraba a través de las grietas en el techo. Sukuna, con sus cuatro brazos cruzados y una mirada de pura determinación, estaba en el centro del escenario, esperando a su adversario. De repente, la atmósfera se cargó de una energía oscura cuando Muzan Kibutsuji apareció, su figura elegantemente aterradora contrastando con el caos que dejaba a su paso.
Sukuna: "Muzan Kibutsuji, ¿no tienes nada mejor que hacer que venir a buscar pelea?"
Muzan: "Solo estoy aquí para mostrarte por qué no deberías haberme desafiado. Vamos a ver qué tan fuerte eres en realidad."
Sin previo aviso, Muzan se lanzó hacia Sukuna con una velocidad vertiginosa, sus movimientos eran un borrón negro en la oscuridad. Sukuna reaccionó con una agilidad sorprendente, esquivando el primer ataque y contraatacando con un corte afilado de su técnica maldita.
El ataque de Sukuna cortó el aire con una precisión letal, pero Muzan se desintegró en un humo negro y reapareció a unos metros de distancia, riendo con frialdad.
Muzan: "¿Eso es todo? Mi regeneración puede manejar mucho más que eso."
Sukuna frunció el ceño y concentró su energía maldita en una esfera flotante de devastadora intensidad. Lanzó la esfera con una explosión de energía, envolviendo el área en una brillante luz. Muzan, con su agilidad sobrenatural, esquivó el ataque, pero no sin recibir una herida en el hombro, lo que hizo que su expresión se endureciera.
Muzan: "Impresionante. Pero lo que no sabes es que puedo adaptar mi fuerza."
Muzan comenzó a manipular su sangre, creando una horda de demonios menores que se lanzaron contra Sukuna. Sin inmutarse, Sukuna se movió con rapidez, cortando y desintegrando a los demonios con movimientos gráciles. Con cada demonio destruido, su expresión se volvía más feroz y enfadada.
Sukuna: "¿Esa es tu estrategia? ¿Usar carne de cañón para distraerme?"
El verdadero Muzan apareció detrás de Sukuna con una rapidez casi imperceptible. Intentó atacar con sus garras afiladas, pero Sukuna se dio la vuelta a tiempo para bloquear el ataque con sus técnicas malditas. La batalla continuó con una serie de ataques y defensas, el templo retumbaba con la colisión de sus poderes.
Finalmente, Sukuna logró una abertura al ver a Muzan un poco fatigado por sus intentos de controlar a los demonios. Con una rápida secuencia de movimientos, Sukuna canalizó una técnica de gran alcance, una ola de energía maldita que atravesó la oscuridad y golpeó directamente a Muzan.
Muzan intentó regenerarse una vez más, pero esta vez la técnica de Sukuna fue demasiado poderosa. La energía maldita destrozó la estructura de su cuerpo y lo desintegró, dejándolo en un estado de debilitamiento extremo.
Sukuna: "Parece que tus trucos no fueron suficientes esta vez."
Muzan, con su forma apenas visible en el suelo, miró a Sukuna con una mezcla de sorpresa y odio. Sus ojos reflejaban una determinación inquebrantable a pesar de su estado debilitado.
Muzan: "Este no es el final... Te lo prometo."
Sukuna observó la figura derrotada de Muzan con un leve toque de desdén. La batalla había terminado con una victoria para Sukuna, pero la amenaza de Muzan aún parecía latente en el aire.
Sukuna: "Si sobrevives, será solo para buscar otra pelea. Pero hoy, esta victoria es mía."
Sukuna se volvió y comenzó a caminar hacia la salida del templo, dejando a Muzan en el polvo de la derrota, mientras la luna llena iluminaba la escena final de su épico duelo.