Rosa y Mariposa

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Como una rosa naciste; todos te adoraban. Tus pétalos, suaves y delicados. Tu tallo, peligroso como un puñal por tus afiladas espinas. Tus hojas, coloridas y suaves, que se mueven con la suave brisa de los vientos del Este.

No dejabas que nadie se acercara a ti, sin importar cuáles eran sus intenciones. Decías que era por precaución, pero yo, yo sabía que tu vanidad y ego te hacían alejarlos.

Echaste a un jardinero dispuesto a ayudarte a crecer para que fueras un majestuoso rosal. Echaste a una niña fascinada por tu belleza, que solo quería admirarte más de cerca. A todos los despediste.

Tantos buenos corazones rotos por tu vanidad; tu ego te encerró en ti misma. Te amabas, pero no permitías que nadie te amara.

Aquella hermosa pero cruel mariposa llegó para quedarse, sin importar si querías o no. No podías hacer nada, porque solo eras una flor, una débil y delicada flor que no tenía a nadie, porque a nadie le importabas.

Tus espinas no servían contra la vil mariposa, quien, con gran orgullo y maldad, comenzó a drenar tu vida y belleza, tu felicidad y delicadeza. Pero no podías hacer nada; solo eras una flor. Nadie podía hacer nada; nadie quería hacer nada. Los echaste a todos; no queda nadie, nadie que ayude, solo queda aceptar tu destino.

La mariposa se fue, feliz, regordeta y satisfecha, mientras tú, llena de vida y belleza en tiempos pasados, ahora estás marchita, rota; no queda nada de ti. Tu ego destrozado, tu orgullo esfumado; no quedaba nada. Estabas vacía...

Quizás siempre fue así; quizás siempre estuviste vacía en tu interior. Pero... ¿ahora qué? ¿Qué pasa con lo poco que eres ahora? ¿Valió la pena alejar a tantos buenos corazones? ¿Eres feliz? ¿Quien te va a ayudar? Nadie te va a cuidar, no ahora, porque ahora todos saben cómo eres en realidad. Estás marchita, tu verdadero ser salió a la luz.

Cuentos y Poemas Para Antes de DormirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora