Destiny

El suave murmullo de las faldas al rozar el suelo de mármol resonaba por los vastos pasillos del castillo Min. Yoongi, una joven de cabellos oscuros y porte delicado, caminaba con una gracia aprendida a lo largo de los años. 

La visita del conde park la tenia bastante nerviosa y ansiosa, las ganas de poder cruzar aunque sea unas cuantas palabras causaban esas emociones en ella. Queria mostrarle las cosas nuevas que habia aprendido, como el libro de astrología de la biblioteca de su enorme hogar.

Cada vez se acercaba su boda con el conde Park Jimin, sentía como una daga fría en su corazón. La gran duquesa Min había sido clara: esta unión era esencial para asegurar el poder y prestigio de ambas familias.

A pesar de las miradas frías de Jimin, Yoongi se aferraba a la esperanza de que, con el tiempo, él la amaría. Pero cada día era más evidente: su prometido la veía como un medio para un fin, una herramienta para elevar su rango. El título de gran duque Park brillaba sobre él, pero su corazón permanecía sellado, lejos de los sentimientos que Yoongi soñaba despertar en él.

Yoongi quieta en aquella puerta de roble, se quedo recordando como es que sus padres sellaron su destino de esa manera, pero todo habia cambiado al ver a jimin en aquel comedor...sus ojos habían sido cautivadores, casi hipnóticos. No era de hablar mucho, pero el aura que lo rodeaba transmitía poder y misterio, una combinación que encendía la imaginación de Yoongi. Desde ese día, ella se aferró a la idea de que podía despertar algo más profundo en él, algo más que esa frialdad que ahora, a cada visita, parecía congelarla más.

-Mi lady, el conde Park ha llegado y la espera en el salon principal- aviso una de las doncellas personales de yoongi, la nombrada aun desconcertada asintio y arreglo su hermoso vestido de seda fina. 

-gracias Hanna- yoongi solto un suspiro profundo y solo camino a la sala principal, tenia un presentimiento de que seria totalmente diferente a las demas visitas.

Una vez entro diviso la enorme figura postrada en el ventanal de la sala, mirando hacia los jardines. Su postura era recta, impecable, pero la distancia entre ellos parecía infinita.

-jimin...-con cautela yoongi se acerco a jimin quien dirigio su mirada a ella y tomo su mano para besarla- He estado leyendo sobre las estrellas y pensé que podriamos...salir a la terraza para hablar de ellas o solo ir a la biblioteca. 

sus ojitos de borrego reflejaban demasiado amor.

con una expresión sombría jimin decidió hablar- yoongi no tengo ningun interes en las estrellas, la boda es en pocos dias, hay asuntos mas importantes que esas distracciones infantiles.

El rechazo en sus palabras golpeó a Yoongi como un cubetazo de agua helada. Apretó los puños sobre su regazo, intentando contener la creciente marea de decepción que la invadía. Una vez más, Jimin demostraba que la veía como una simple obligación, una pieza en el tablero de poder que los rodeaba.

—Entiendo... —susurró Yoongi, bajando la mirada.

Un silencio pesado se hizo entre ellos, insoportable. estaba apunto de retirarse cuando jimin volvio a retomar la pesada conversacion. 

-Yoongi entiende que solo lo hago por mi familia, no espero que lo hagas ahora pero entenderas con el tiempo.

Débilmente la jovencita asintio, siempre eran las mismas palabras vacias desde que dio inicio su compromiso. Pero en el fondo, una pequeña voz se preguntaba si todo eso era verdad, si realmente no había esperanza para el amor.

Mientras Jimin salía de la habitación, Yoongi permaneció en su lugar, mirando por la ventana. Afuera, las estrellas comenzaban a brillar en el cielo, indiferentes al drama que se desarrollaba bajo ellas.