Sólo el tiempo lo dirá

Capítulo 15 : Tienes un secreto, ¿puedes guardarlo?

Edward no sabe lo que acaba de ver.

En un momento estaba a segundos de ser empujado al mar para ahogarse y su novio probablemente estaba a punto de ser asesinado poco después de él y, de repente, oye un fuerte rugido y gritos. Lo detienen a toda prisa justo a tiempo de ver a un lobo increíblemente grande atacar el pecho de uno de los hombres que los habían atacado.

El primer instinto de Edward fue alejarse lo más lejos y rápido posible cuando lo vio, pero ese pensamiento fue rápidamente interrumpido por uno mucho más importante.

'¿Dónde está Jacob?'

Los ojos de Edward buscaron rápidamente a su compañero, sin preocuparse por los gritos de dolor de los hombres que acababan de intentar matarlos a ambos. Su corazón se llenó de nuevo de miedo cuando no vio a Jacob por ningún lado. Sabía con certeza que Jacob nunca lo dejaría a merced de esos hombres o de un lobo, así que su mente llegó a la única conclusión a la que podía llegar: que Jacob había sido herido por esos hombres o por el lobo que los atacaba en ese momento.

Edward volvió a fijar su atención en él cuando vio que le arrancaba la pierna a uno de los marineros. Edward dejó de pensar en Jacob a regañadientes y miró la cuerda que le ataba las manos y los pies, intentando pensar en cómo librarse de ellos. Tenía que escapar rápido antes de que el lobo lo notara. No podía buscar a Jacob si se lo comían.

Edward vio que el lobo había acorralado a todos los hombres y sintió que su propia ansiedad aumentaba al saber que él sería el siguiente cuando el lobo terminara. En el proceso de tratar de sentarse, accidentalmente golpeó algo detrás de él haciendo un pequeño sonido metálico. El lobo inmediatamente se volvió hacia él porque soltó un gruñido horrible y le mostró sus dientes manchados de sangre. Edward sintió que su corazón se saltaba un latido y no de la manera agradable. Pensó brevemente por un segundo que iba a tener un ataque al corazón. Pero tan rápido como el lobo se había girado hacia él, se volvió hacia los hombres y les gruñó.

Y entonces sucedió algo que Edward nunca podría olvidar del resto de su vida. El lobo se agachó un poco y dejó escapar un último y profundo rugido antes de comenzar a encogerse y a que su pelo se retrajera. Su cuerpo se movió, se rompió y se reformó. El proceso fue lento y parecía doloroso. El sonido de los huesos moviéndose se podía escuchar incluso desde lo lejos que estaba Edward.

Pero nada de eso fue lo que atrajo su atención. Lo que sí lo hizo fue en quién exactamente se estaba convirtiendo el lobo. Edward sabría quién era sin importar cuán lejos o desde qué ángulo los estuviera mirando. El lobo se había convertido en Jacob.

Su Jacob

De alguna manera, la información no fue difícil de aceptar. Cuando superó su miedo inicial y su incredulidad, sintió que todo lo que lo había confundido sobre Jacob finalmente tenía sentido. Desde el primer día que se conocieron, Edward siempre supo que había algo realmente diferente en Jacob. Con cada cosa nueva que presentaba, ese pensamiento se fortalecía y se volvía cada vez más difícil de ignorar o justificar.

En el momento en que vio al lobo convertirse en Jacob, sintió alivio y claridad junto con todas sus otras emociones. Finalmente tenía una explicación para todo. Era como tener una picazón en la espalda que nunca se podía alcanzar y que finalmente se aliviaba.

Pero ahora que Edward lo sabía, se dio cuenta de que en realidad nunca había deseado saberlo. La ignorancia era verdaderamente una bendición.

“¡Si  vuelvo  a ver a alguno de ustedes, los comeré  vivos a todos  !”

La voz de Jacob lo sacó de sus pensamientos. Su rostro se contrajo de disgusto al registrar las palabras de Jacob.

En realidad no se los comería, ¿verdad? Por supuesto que no lo haría, él sabía que Jacob nunca haría algo así. Sin embargo… estaba claro que en realidad no conocía a Jacob en absoluto.