Sólo el tiempo lo dirá

Capítulo 23 : Diciembre de 1916 Parte 1

“Sinceramente, ¿cómo pudimos dejar que esto llegara a este punto?”

Elizabeth murmuró entre dientes mientras cortaba el pelo de Edward. El señor Masen esperaba a un lado en una de las sillas de la cocina leyendo el periódico mientras esperaba su turno. La cocina era el único lugar donde Elizabeth podía cortarles el pelo, ya que, aparte del baño, que era demasiado pequeño, no había alfombra.

Jacob estaba en la parte principal de la cocina preparando la cena mientras ella lo hacía. Para que Elizabeth no tuviera que preocuparse por eso y no tuviera que apresurarse mientras cortaba. Su mente obsesiva y perfeccionista la hacía tardar mucho más de lo que tardaría un barbero normal. Sabiendo cuánto tiempo podía tardar su esposa, el Sr. Masen siempre llegaba temprano a casa esos días y era un buen momento para que la familia simplemente hablara, se pusiera al día y socializara todos juntos mientras ella trabajaba. Por eso nunca contrataban a nadie para que les cortara y peinara el cabello. Disfrutaban de estos pequeños momentos. Más aún ahora que Jacob estaba aquí para cocinar mientras todos hablaban. Significaba que podían ir directamente a cenar una vez que terminaban. Elizabeth también apreció la ayuda con las tareas domésticas, ya que cocinar y luego limpiar el piso de la cocina habría sido mucho para hacer sola.

—Ya sabes, Jacob, si quieres, también puedo hacerte un buen corte —dijo Elizabeth en tono juguetón, mientras le cortaba con firmeza más pelo a Edward. Ya sabía la respuesta por la forma en que vio a Jacob cuidar meticulosamente su cabello durante su estancia allí. Jacob lo miró con enojo y se lo echó por encima de los hombros, recordando a Elizabeth a veces.

—Ni en un millón de años —dijo con un tono tan serio, casi insultado, que hizo reír a todos.

“Un nuevo look podría ser bueno para Navidad”, dijo en tono conversacional mientras seguía cortando.

—Bueno, entonces lo trenzaré o lo pondré en un lugar en lugar de dejarlo suelto como siempre, pero no se encogerá —respondió mientras revisaba el asado que tenía en el horno y las ollas en la estufa.

Elizabeth pareció pensar en ello y tratar de imaginarlo. Sus labios se curvaron hacia un lado con interés. Ella piensa que Jacob se vería bastante bien así. Incluso podría atraer la atención de alguna jovencita. Algo que Elizabeth alentaría enormemente. Ella sabe que Jacob tiene la intención de regresar a casa después de que termine su estadía con ellos, cuando sea que eso suceda, pero después de lo que su esposo le había contado sobre la conversación que tuvo con Jacob el último Halloween, como ella y su esposo no se ocultan nada, no pudo evitar esperar que Jacob se quedara de todos modos. Sabe que es una posibilidad remota ya que el niño es muy responsable y tiene un gran respeto por los deberes de la vida, pero si algo podría ser más fuerte que eso es el amor. Y Elizabeth piensa que con un hombre tan bueno como Jacob, se merece eso y ser feliz en su vida. Aunque... Elizabeth siempre ha sido un poco rebelde y tendía a burlarse de las tradiciones con las que no estaba de acuerdo y valora seguir el corazón de uno.

“Deberías considerar ponerlo para la fiesta de Nochebuena mañana”, dijo.

Este año, en realidad, no organizaron su propia fiesta de Navidad. Verás, en la alta sociedad, no solo se puede ser anfitrión, sino que también era importante asistir a eventos. Por eso, a lo largo de los años, solían alternar las festividades en las que organizaban y las fiestas en las que salían. El año pasado organizaron su propia fiesta de Nochebuena, así que esta vez fue mejor ir a una.

Tenían planes de ir a la fiesta de Navidad de los Akerman este año. Habían recibido la invitación poco después de pasar Halloween con ellos, lo cual era bastante raro, ya que la gente enviaba invitaciones con meses, a veces incluso con más de un año de anticipación, para que pudieran asistir. Los Akerman pudieron enviar su invitación tarde, dada su estrecha relación con la familia Masen, su invitación tuvo prioridad sobre las demás.