Segundo año, amigo

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Luego de aquel incidente en el coliseo no había ocurrido nada más para milagro de todos, otro año había pasado y el pequeño Milo ya tenía sus dos años, había aprendido a caminar bastante rápido, de igual forma había aprendido a ya decir algunas palabras aparte de balbucear, todo gracias a su papá Kardia.

En estos momentos era el Acuario quien estaba vistiendo a Milo, el niño lo miraba con curiosidad mientras abotonaba su pijama de manzanas.

-Muy bien, Milo no te metas en problemas y se obediente.

-Di papá.- Respondió feliz el niño con una sonrisa.

Los métodos de Kardia en hacer que sus hijos hablarán y aprendieran a caminar eran raros pero de una u otra forma daban resultados, hablando de su esposo...

-¡ECARLATE DE ESCORPIO QUEDATE QUIETO UN MALITO SEGUNDO!

El mayor logro agarrar a su hijo de el cuello de la camisa de entrenamiento, prácticamente llevándolo a rastras donde estaban él y Milo. El pelirrojo se quejaba eh intentaba zafarse de el agarre de su progenitor, sin tener ningún éxito obviamente.

-¿Ya está todo listo?- pregunto el francés, alzando al niño en sus brazos, el cuál tomo un mechon de cabello de su padre comenzando a jugar con el.

-Si, dejas a Milo en recinto de el Patriarca, llevo a Ecarlate con Odysseus y nos vamos a la misión.

El pequeño Milo escuchaba la plática entre sus padres sin entender nada de lo que decían, "recinto", "Misión"... No entendía esas palabras, miro a su hermano mayor, quien estaba cruzado de brazos mirando a sus padres con el ceño fruncido, había escuchado a su papá Kardia con el señor Defteros decir que su hermano estaba a nada de "la pubertad", quería saber que significaba esa palabra pero suponía que era algo de gente grande que seguro le aburriría.

-Camuuuuuddd- Jalo un poco el cabello de Degel inflando sus mejillas, pues ese niño que solía hacer cosas aburridas lo había proclamado su amigo al ayudarlo cuando estaba haciendo un castillo con bloques.

-Milo no me jales el cabello...

-Camuuuuudd...

-Llevalo a con el cubo pequeño, te espero en Rodorio.

Con esto dicho Kardia cargo a él pelirrojo como un costal de papas, mientras salía de el templo, las quejas de el niño no se hicieron esperar. Degel suspiro saliendo de el templo pero subiendo los escalones, cruzó Sagitario sin problema alguno, al igual que Capricornio agradecido de que Phantasos no estuviera ahí esta vez.

"-Phantasos es una loca obsesiva"

Así le describía El Cid, cruzó su propio templo para finalmente cruzar Piscis, sintiendo el cosmos de Albafica en su jardín.

Milo miraba los enormes templos con curiosidad y algo miedo, la oscuridad de aquellas enormes casas le daba escalofríos, entraron a una sala mucho más grande y a largos pasillos, vio a unas mujeres que iban de un lado a otro, hasta que una de ellas lo tomo en brazos.

-No se preocupe Santo de Acuario, nosotros nos encargaremos de su hijo hasta que regrese de su misión.

-Muchas gracias.

Degel le dio un beso en la frente a Milo y comenzó a alejarse, el niño vio a su padre irse, alzó las manos comenzando a sollozar al ver a su padre irse.

-Calma pequeño escorpión... El pequeño Camus está con nosotras.

Milo al escuchar el nombre de su amigo se calmo, volteo a ver a la doncella, está comenzó a caminar hacia una gran puerta de madera, abriéndola dejando ver a otros pequeños jugar, dormir o simplemente siendo eso... Niños.
La doncella dejo a Milo en el suelo alfombrado, caminando hacia una estantería de libros para acomodarlos, el pequeño escorpión miro a todos lados hasta que encontró a quien buscaba sentado en una mesita, no sabía si estaba dibujando o viendo algunos de esos libros. Se apoyo en una silla, estando de pie corrió hacia Camus, dándole una abrazo soltando unas risitas.

-Camud- Pronunció el nombre con felicidad, sentándose a su lado sin soltar su abrazo.

-Jola Milo- Le respondió el de cabello aqua, dándole unas palmaditas a su pequeño amigo sin despegar la vista de su libro.

-¿Gugamos o vamos con Aioa?- Pregunto mientras apuntaba a el cofre donde se encontraban los juguetes, a los lados se encontraban el pequeño Aioria, Mü y Aldebaran jugar con un barco y unos hombrecillos de tela.

Camino podía negarse a jugar con su amigo, primeramente era porque si no le hacía caso se pondría a llorar, solo asintió mientras iba con el niño a el cofre y jugaba junto a los otros tres, a veces le gustaría que su amigo fuera más tranquilo pero que podía hacer él para cambiarlo... Le gustaba que Milo tuviera mucha energía.
























Continuará...

Nota: Querida gente, últimamente a mi mente se me a venido la idea de hacer un libro pero sobre mis OC's, no solo a los creados de Saint Seiya, sino a todos en general. Me gustaría saber su opinión de si hacerlo o no, ¿Qué me dicen? 🤔

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⏰ Última actualización: Sep 11 ⏰

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