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Cuando suena nuestra canción yo te digo

que me gustas mucho con bastante

como mango y limón saborearte

solo a ti yo quiero acostumbrarme

pa' toda la vida tenerte y amarte.

—Loco, Beéle.

Miércoles 09 de febrero de 2022 - Medellín, Colombia

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Miércoles 09 de febrero de 2022 - Medellín, Colombia

Estaba guardando mis cosas luego de almorzar, Ana estaba conmigo terminando la sopa que había llevado, Richard me había mandado un mensaje antes de irse a entrenar, me había enviado un vídeo suyo en un partido con los mismos miembros de su equipo, todavía no podía participar en los partidos porque seguía recuperándose, pero viendo lo bien que estaba evolucionando, en muy poco tiempo le darían la aprobación para volver a jugar. 

Teníamos que irnos a la clínica para las prácticas, a las 2:00pm en punto teníamos que estar ya listas para comenzar.

—Voy al baño, ya vengo —me levanté de mi silla bajo la atenta mirada de Ana, que seguía con la sopa, estaba ya encartada.

—¿Me compra un jugo?

—Hágale, de mora, ¿Cierto?

—Si porfa.

Tomé mi cosmetiquera y me fui al baño, cuando llegué estaba solo, puse la cosmetiquera sobre el lavamanos y retoqué mi labial, había elegido un tono claro para ese día. Alguien entró al baño, miré a través del espejo, una cabellera oscura con mechones azules se asomó. Reconocí a Juliana, seguí mirándome en el espejo ignorando su presencia.

—Hola —saludó ella.

—Quiubo —respondí con un tono frío.

—¿Cómo vas?

—Bien.

—Me imagino que ya vas más de la mitad de la carrera.

Recogí mi cabello en una coleta ignorando su intento de conversación.

—Isabella, yo sé que usted quedó ofendida por lo que pasó con mi hermano, pero antes de eso nos llevábamos bien.

Oiga pero esta gente era bien insoportable, cómo si se pusieran de acuerdo para venir y estarle jodiendo la vida a uno.

—Juliana, no tengo el más mínimo interés en sostener absolutamente nada con ninguno de ustedes, ya se lo dije a su hermano y ahora se lo digo a usted.

—Su problema fue con mi hermano. Como mujeres no deberíamos permitir que este tipo de cosas nos dividan.

—Mire Juliana, no sé en su casa como las enseñaron, pero a pesar de lo que hizo su hermano mi problema tanto con usted como con Valerie es que ambas sabían y aún así ninguna dijo, ninguna hizo nada, las dos sabían lo que él estaba haciendo y a pesar de eso tenían el descaro de venir y hablarme como si nada, y vos Juliana tuviste tu buena participación en eso. Así que no sea payasa y no venga con eso de que "no podemos dejar que estas cosas nos dividan", no hable de unidad entre mujeres cuando vos misma sos incapaz de sentir sororidad hacia las demás —ella me miraba estupefacta. Últimamente se me estaba presentando la oportunidad de decirle cosas a la gente a la que en el pasado no pude enfrentar, y no la iba a desaprovechar.

APRENDER A QUERERTE - Richard RiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora