El café Familia había cerrado sus puertas para el día, y Hayato Kasukabe se encontraba en su casa, preparándose para una noche de descanso. La casa, una construcción de estilo tradicional con un toque moderno, se había convertido en el hogar de su pequeño equipo de camareras. Tal como en el anime original, las chicas vivían bajo el mismo techo que él, una disposición que, aunque inusual, había sido una solución práctica dado el tamaño de su hogar y las circunstancias.
Akane, Ami, Shiragiku, Oka, y Riho compartían el espacio con Hayato, cada una ocupando una habitación propia, pero todas conectadas por un pasillo común. La convivencia, aunque a veces desafiante, había traído consigo una serie de dinámicas y situaciones que Hayato estaba aprendiendo a manejar.
La noche comenzó con Ami corriendo por el pasillo, con una caja de dulces en la mano. "¡Chicos, he encontrado estos en una tienda cercana! Vamos a hacer una pequeña fiesta para celebrar el nuevo menú."
"¡Eso suena genial, Ami!" respondió Riho desde la cocina, donde estaba preparando algo de comida ligera para la cena. "¿Necesitas ayuda con algo?"
Ami asintió con entusiasmo. "¡Sí, por favor! La caja es demasiado grande para manejarla sola."
En la sala de estar, Oka y Shiragiku estaban en el sofá, mirando un programa de televisión que Oka había elegido. Aunque Oka estaba normalmente centrada en el trabajo, en esos momentos relajados se mostraba más abierta y amena. Shiragiku, por su parte, prefería la tranquilidad, y aunque no era muy expresiva, disfrutaba de la compañía.
Hayato, mientras tanto, estaba en su estudio, revisando algunos documentos y haciendo los preparativos para el día siguiente en el café. La tranquila noche en casa era un contraste agradable con el bullicio del café, pero él sabía que el trabajo nunca terminaba.
De repente, un ruido en el pasillo lo sacó de su concentración. Akane estaba regresando de una de sus salidas diarias, cargando unas bolsas de compras. "He traído algunos suministros adicionales para el café. No sabía si los necesitaríamos, así que pensé en adelantarlos."
Hayato se levantó para ayudarla a llevar las bolsas a la cocina. "Gracias, Akane. Siempre puedo contar contigo para mantener todo en orden."
"Es mi trabajo", respondió Akane con una sonrisa leve. Aunque su actitud a veces podía parecer fría, su dedicación al café y a la casa era evidente.
Mientras tanto, la animada conversación de las chicas en la sala se convirtió en un animado intercambio de historias y risas. Ami estaba contando anécdotas sobre sus experiencias en el café, mientras que Riho se unía ocasionalmente con comentarios tímidos pero sinceros. Oka y Shiragiku se reían y participaban en la conversación, creando una atmósfera cálida y amigable.
"¡Chicos, venid aquí! Ya casi está lista la comida", llamó Riho, mientras sacaba una bandeja de bocadillos de la cocina. "Y no olviden probar los dulces de Ami."
Las chicas se reunieron en la mesa de comedor, y Hayato se unió a ellas. Aunque las situaciones cotidianas a veces podían ser un poco caóticas, había una sensación de camaradería y pertenencia que hacía que cada noche fuera especial. A pesar de las diferencias entre ellas, se habían convertido en una especie de familia, cada una con sus propias particularidades pero con un respeto mutuo que se había formado con el tiempo.
Después de la cena, todos se dirigieron a la sala para continuar con la celebración. Las risas y la conversación fluían libremente mientras compartían historias y disfrutaban de la compañía. Akane, aunque generalmente reservada, se unió a la conversación con comentarios ocasionales, mientras que Shiragiku, al igual que siempre, prefería escuchar y observar.
Oka se levantó y comenzó a preparar té para todos. "¿Alguien quiere té antes de que terminemos la noche?"
"Sí, por favor", dijo Ami, "y si puedes, agrégale un poco de leche. La última vez quedó perfecto."
"Claro", respondió Oka, preparándolo con precisión.
Mientras el grupo disfrutaba de su tiempo juntos, Hayato observó la dinámica del grupo. Era evidente que, aunque había desafíos y momentos de tensión, todos habían encontrado una manera de convivir en armonía. La presencia constante de sus empleadas en su vida cotidiana había traído consigo una mezcla de responsabilidad y diversión, algo que Hayato había aprendido a apreciar.
En medio de la conversación y la risa, Shiragiku de repente se volvió hacia Hayato, con una expresión pensativa. "Jefe, ¿alguna vez has pensado en hacer algo más con el café? No me malinterpretes, me encanta cómo está ahora, pero a veces pienso que podríamos hacer algo más."
Hayato se inclinó hacia adelante, interesado. "¿A qué te refieres?"
"Bueno, como eventos temáticos, noches especiales, o algo que atraiga a diferentes tipos de clientes", explicó Shiragiku, con un brillo de entusiasmo en sus ojos. "Podría ser una manera de traer más variedad y emoción."
Ami intervino rápidamente, emocionada. "¡Eso suena genial! Podemos organizar noches de trivia, presentaciones en vivo, o incluso talleres de cocina."
"Me gusta la idea", dijo Hayato, asintiendo. "Lo consideraré. Gracias por las sugerencias."
Mientras el grupo continuaba discutiendo ideas y planeando futuras actividades, Hayato sintió una oleada de gratitud. A pesar de la adaptación a su nueva vida y las inesperadas responsabilidades, había encontrado una forma de disfrutar y valorar su presente.
Con el paso de las horas, las chicas comenzaron a retirarse a sus habitaciones, y Hayato se quedó solo en la sala, reflexionando sobre el día. La convivencia había traído consigo desafíos y situaciones inesperadas, pero también había creado un sentido de comunidad y pertenencia que no había experimentado en mucho tiempo.
Finalmente, se levantó, apagó las luces y se dirigió a su habitación. Mientras se preparaba para dormir, su mente volvió a esos ecos de su vida pasada que a veces lo inquietaban. Aunque había decidido concentrarse en el presente, no podía evitar preguntarse si algún día los Espíritus que había conocido regresarían a su vida, y cómo reaccionaría cuando eso sucediera.
El café Familia había comenzado a ser un refugio reconfortante y un lugar donde había encontrado un nuevo propósito. Sin embargo, el pasado nunca estaba demasiado lejos, y mientras Hayato se acomodaba en la cama, sabía que su vida estaba a punto de experimentar cambios que no podía predecir. Por ahora, se aferraría a la normalidad que había encontrado, apreciando cada momento de paz y camaradería con sus compañeras.
El futuro seguía siendo incierto, pero mientras tanto, Hayato se preparaba para enfrentarlo con la determinación y la esperanza de que, sin importar los desafíos que vinieran, había encontrado un nuevo lugar al que llamar hogar.
YOU ARE READING
Renacimiento de un Héroe: Entre Espíritus y Café
FanficDespués de una intensa y decisiva batalla contra el Espíritu más poderoso jamás conocido, Shido Itsuka, el héroe que salvó innumerables vidas, cae en combate. Su sacrificio fue necesario para sellar el poder de los Espíritus y proteger la humanidad...