Mi rosa de espinas

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A veces me doy cuenta de que mi mayor error no fue dejarte ir,
sino haberte permitido entrar en lo más profundo de mi corazón.
Como a una rosa, no te quitaron bien las espinas, y en lugar de clavarlas en mis manos, las clavaste profundamente en mi corazón.

Cada invierno que pasa, siento que esas espinas nunca se irán, porque una parte de mi ingenuo corazón sigue siendo sensible,
esperando, con una mezcla de dolor y desesperanza, que tus espinas vuelvan a clavarse en él.

Es irónico cómo el amor puede ser tan dulce y tan cruel, cómo una rosa puede ser tan hermosa y tan peligrosa.
Y aquí estoy, con las cicatrices de tu amor,
recordando cada momento, cada herida,
y aún así, una parte de mí anhela tu regreso, anhela sentir tus espinas una vez más.

Recuerdo los días en que tu presencia iluminaba mi vida, cuando cada sonrisa tuya era un rayo de sol en mi oscuridad.
Pero también recuerdo el dolor,
las noches en vela, las lágrimas derramadas, y las promesas rotas que dejaste atrás.

A pesar de todo, mi corazón sigue siendo un tonto, esperando que algún día vuelvas,
que tus espinas se transformen en caricias,
y que el amor que una vez compartimos
renazca de las cenizas de nuestro pasado.

Porque aunque las espinas duelan,
prefiero sentir ese dolor a no sentir nada en absoluto. Prefiero recordar el amor que tuvimos, aunque me haya dejado cicatrices, porque esas cicatrices son prueba de que una vez amé con todo mi ser.

Y ahora, en la soledad de mis noches,
me pregunto si alguna vez pensaste en el daño que causaste, si alguna vez sentiste el peso de tus acciones.

Porque mientras yo sigo aquí,
con el corazón roto y las esperanzas desvanecidas, tú sigues siendo la espina más profunda, la herida que nunca sanará.


*N/A*

Este poema lo escribí mientras leía el final de mi obra favorita, lo que parecía ser un romance normal termino siendo la historia de desamor más trágica qué he leído... Supongo que así se debió haber sentido la protagonista al darse cuenta que se enamoró de la persona equivocada y que aún después de todo, todavía anhelaba a su rosa de espinas

Ecos de mí CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora