Capitulo 22

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La luz del amanecer entraba débilmente por la ventana de la sala de estar, bañando la habitación con un tono dorado suave. Los amigos de ___ aún dormían plácidamente, pero él no había pegado ojo en toda la noche. A su lado, Hana también estaba despierta. Después de lo que pasó la noche anterior, habían estado conversando en susurros, intentando darle sentido a lo que había sucedido. Aunque ambos intentaban mantener la calma, la realidad de que Izuku estaba dispuesto a seguir a ___ hasta allí no les dejaba tranquilidad.

Hana se había mantenido a su lado, con la mirada fija en la puerta como si pudiera ver a través de ella. "¿Estás seguro de que no quieres hablar con alguien más sobre esto?" le preguntó finalmente, con la voz cargada de preocupación.

"¿Y decirles qué?" replicó ___. "Que mi amigo... o lo que sea que Izuku sea para mí ahora, apareció en la puerta como si estuviera desesperado por verme, en medio de la noche. ¿Y qué más? Nadie entendería. Tal vez ni yo lo entiendo."

Hana asintió lentamente, pero sus ojos no perdían esa chispa de determinación. "Pero yo te creo, ___. Y eso debería ser suficiente. Sé que esto es mucho para procesar, pero tienes que admitir que su comportamiento no es normal. Si lo de anoche no te hizo verlo, no sé qué lo hará."

___ sabía que Hana tenía razón, pero admitirlo en voz alta hacía que todo fuera más real. Una cosa era saber que algo estaba mal, y otra muy distinta era aceptar que alguien en quien había confiado tanto se había vuelto tan... incontrolable.

La mañana avanzaba lentamente, y cuando finalmente los demás se despertaron, la pijamada continuó con un aire extraño. Hana y ___ intentaron actuar con normalidad, pero sus sonrisas eran forzadas y sus palabras, medidas. En el fondo, ambos estaban esperando que Izuku pudiera aparecer de nuevo en cualquier momento.

Cuando la pijamada llegó a su fin, Hana acompañó a ___ hasta la puerta. "Escucha, si necesitas un lugar donde quedarte o si algo vuelve a pasar, me llamas de inmediato, ¿vale?" dijo, colocando una mano firme en su hombro.

"Lo haré, Hana. Gracias... por todo," respondió ___ con un suspiro. Su mente seguía dando vueltas, pero sentía un pequeño alivio al saber que al menos no estaba solo.

De camino a casa, la paranoia comenzó a asentarse de nuevo. Cada sombra que veía o cada persona que pasaba cerca de él lo hacía saltar. Su intuición le decía que Izuku podría estar en cualquier parte, observándolo, esperándolo. Llegó a casa con el corazón acelerado, esperando encontrar algo fuera de lugar, alguna señal de que Izuku había estado allí. Pero todo estaba en orden... o al menos, así lo parecía.

“¿Estoy volviéndome loco?”, pensó, pasando una mano por su cabello desordenado. Decidió no darle vueltas al asunto y se fue directo a su habitación, cerrando la puerta tras de sí.

Mientras tanto, en su propio apartamento, Izuku estaba sentado frente a la computadora, mirando las grabaciones de su amado ___. Podía ver cada uno de sus movimientos a través de las cámaras que había instalado en los alrededores de su casa. Podía sentir cómo crecía en él una sensación de calma al saber que podía ver a ___ siempre que quisiera, y, a la vez, una rabia interior por la distancia que Hana había puesto entre ellos.

Ese maldito amigo...” Izuku frunció el ceño, su mente maquinando. “¿Qué se cree? ¿Alejar a mi amado de mí? No lo permitiré.” Su voz sonaba más baja y peligrosa de lo habitual, como si cada palabra fuera un susurro lleno de veneno.

Pero Izuku sabía que simplemente confrontar a Hana no sería suficiente. Necesitaba dar un giro a la situación, poner las cartas a su favor. Entonces, se le ocurrió una idea. Se levantó de la silla y empezó a escribir en su computadora, redactando un mensaje cuidadosamente calculado.

Un par de horas más tarde, ___ estaba sentado en su habitación cuando su teléfono vibró con un mensaje de Izuku. Dudó por un momento, pero finalmente lo abrió:

"Hola, ___. Lamento si anoche te asusté. No quería que las cosas se sintieran así. Sé que necesito ser mejor y darte más espacio. Si estás dispuesto, me gustaría verte y hablar de esto en persona. Solo tú y yo, como antes. Prometo que esta vez será diferente."

___ leyó el mensaje varias veces. Las palabras de Izuku parecían sinceras, llenas de arrepentimiento. Parte de él quería creer que su amigo estaba tratando de mejorar, de volver a ser como era antes. Pero otra parte de él, la que había estado luchando con la realidad de lo que había visto y sentido, le decía que esto era solo otro truco.

Hana, por otro lado, no estaba convencida cuando ___ le envió una captura del mensaje. "Es una trampa le advirtió. "Izuku sabe que estás dudando y está usando eso en su favor. Quiere manipularte emocionalmente."

Pero ___, aun con la advertencia de Hana, decidió que tenía que enfrentar esto. "No puedo vivir con el miedo de lo que pueda hacer, Hana," le explicó. "Necesito saber si realmente hay algo de la persona que una vez conocí en él."

Esa tarde, ___ caminó hasta un pequeño parque donde había quedado de encontrarse con Izuku. Sentía su corazón latiendo en su pecho mientras se acercaba al punto de encuentro. A lo lejos, vio a Izuku esperándolo, su rostro mostraba una mezcla de alivio y nerviosismo.

Cuando Izuku lo vio acercarse, sus ojos brillaron con una intensidad casi febril. "Gracias por venir, ___," dijo suavemente. "Sabía que aún me creías."

___ lo observó con cuidado. "No es que te crea, Izuku. Es que quiero entender por qué haces lo que haces."

Izuku dio un paso hacia él, pero mantuvo las manos en alto, como en un gesto de rendición. "Lo hago porque te amo, ___," declaró con voz firme. "Y haría cualquier cosa por mantenerte a salvo, incluso si eso significa que tienes que odiarme."

___ se estremeció. Había algo en la forma en que lo decía que le hizo darse cuenta de lo profundo que era el problema. No era amor; era obsesión. Y sabía que estaba caminando en una cuerda floja. "Izuku, esto no es amor," replicó con un tono más firme de lo que esperaba. "No puedes controlar cada aspecto de mi vida."

Izuku sonrió, pero sus ojos se oscurecieron. "Podemos discutir eso todo lo que quieras," susurró, "pero no te dejaré ir."

Mientras las sombras del atardecer se alargaban, ___ se dio cuenta de que había subestimado la profundidad de la obsesión de Izuku. Estaba atrapado, y necesitaba una salida.

Tinte Verde Corazón Oscuro (Izuku Yandere X Malereader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora