⎯⎯⎯ 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟎𝟔

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Tres días habían pasado, tres días donde no salió de sus aposentos ni para comer. Varias veces durante el día tocaban la puerta, esperando sacar una respuesta de Helaena, un suspiro, al menos, algo que les indicara que seguía viva, pero no había nada. Cada día se sentía peor y se acercaba el torneo en su honor, el que su padre tanto se esforzó en preparar, al cual todos los nobles hacían un esfuerzo de viajar por días o meses para asistir, para celebrarla a ella.

Helaena solo permitía que Dyana la visitara, pero no hacía mucho, solo le llevaba la comida dentro y la ayudaba en sus duchas, solo eso, la princesa Targaryen no salía de su camisón a menos de que realmente deba. Era de noche y ambas jóvenes estaban en la cama de la Targaryen, la princesa sentada sobre la cama, mientras que Dyana estaba sentada a sus pies mientras leía un libro sobre la antigua Valyria.

La princesa ya se sentía de mejor humor, estando segura de que un último día de descanso le permitiría ganar la fuerza para volver a salir. Helaena estaba en su propio mundo cuando escuchó un golpe en la pared, Dyana se asustó y estaba confundida cuando la princesa la despidió por la noche, Helaena levantándose de la cama mientras Dyana caminaba hacia la puerta.

Estando completamente sola, Helaena tuvo que mover un par de cajones para poder descubrir la entrada a uno de los pasadizos secretos, la Targaryen pensó que se trataba de alguno de sus hermanos, pero le sorprendió no encontrarse con ninguno de ellos. Jacaerys estaba parado ahí con una capa en mano, una sonrisa creciendo en su rostro al ver que no fue ignorado, ya después tendría tiempo para preguntarse cómo fue más fácil hacer eso que llamar a la puerta.

Helaena abrió la boca para decir algo, pero de inmediato se arrepintió, así que se hizo a un lado, dejando al Strong pasar mientras ella buscaba con rapidez ropa más apropiada. Jacaerys al darse cuenta de que la princesa se iba a cambiar, se aseguró de darle la espalda en todo momento, él era un caballero y no podía ver de esa manera a una dama, incluso si se trataba de su prometida.

¿A dónde planea llevarme el príncipe? ¿A las calles de seda? — Cuestionó la Targaryen, actuando como si todo estuviera normal, como si jamás hubiera estado tan triste que se rehusó a salir hasta ahora. — Lamento decir que ya conozco por allá, habrías olvidado el tipo de hermano que tengo si piensas que no.

Claro que no, solo un tonto pensaría que Aegon no tendría el atrevimiento de llevar a su hermana menor a esos lugares — Respondió el castaño, soltando una risa en el proceso. — Esa no era mi intención para nada, sería indecoroso de mi parte llevar a mi prometida a un lugar tan vulgar.

Así que has visitado la calle de seda, me sorprende, todo hablan sobre lo caballeroso que eres con las damas — La sorpresa no fue pasada desapercibida por el Strong, pero no pudo responder. Helaena pensando unos segundos antes de continuar. — Bueno, supongo que a las mujeres que trabajan en esos lugares no se les puede referir como damas.

Helaena se acercó a Jacaerys, tomando la capa que aún tenía en manos para ponérsela. Toco el hombro del príncipe cuando termino de arreglar su ropa, esté volteando a verla con una expresión alegre, la princesa apagó todas las velas de la habitación para hacer la alusión de que se fue a dormir antes de irse por el pasadizo secreto, estando obligada a acomodar todo como anteriormente estaba solo por si acaso.

Jacaerys iba al frente, llevando una vela para iluminar el camino de infinitas escaleras, tomando de la mano a Helaena. La Targaryen en momentos volteaba a ver detrás, sintiendo como si alguien los estuviera viendo, sintiendo pánico de ser vista saliendo a escondidas con su prometido y que usen eso para arruinar su honor, cualquier cosa podía ser usada en su contra y no podía evitar sentir que ella misma se las estaba dando a la corte en bandeja de oro, haciéndoles tan fácil el trabajo.

𝓓𝐑𝐀𝐆𝐎𝐍𝐒 𝓤𝐍𝐈𝐓𝐄𝐃 𝓑𝐘 𝓕𝐀𝐓𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora