Todos los días el señor demonio escapa de su matrimonio [𝓑𝓛]

✧C23 - ¿Hua Che no es bueno? ¿O Lin Yan no es lindo?✧

Desde entonces, el Palacio Lingxiao, que originalmente estaba desierto, se fue animando poco a poco. Uno tras otro, empezaron a llegar al Valle Lingxiao gatos y perros(personas) que a nadie le importaban.

La gente acudía con oro, plata y joyas para pedir ayuda, llorando y pidiendo en la puerta. Buscaban exorcismos, bendiciones, amuletos para la paz e incluso talismanes para ascender y obtener riquezas.

Zhuang Xiao Er y Zhuang Xiao San estaban exhaustos de recibir a tantos invitados todos los días.

Hasta principios del segundo año, un visitante inesperado llegó al Palacio Lingxiao.

Una gran caravana se extendía desde el pie de la montaña hasta la cima, de una majestuosidad impresionante. Incluso la Reina Madre del Oeste se quedaría atónita si la viera.

Mei Cailian estaba acostumbrada a ser educada antes de ser contundente. Después de entrar, charló sobre temas irrelevantes, como la larga relación entre las dos sectas, la buena salud del maestro Zhuang y otros temas similares.

Zhuang Tian, ​​que lo seguía de cerca, no pudo evitar reírse. El Palacio Lingxiao y Yuntian Shuijing nunca habían tenido ninguna interacción, e incluso si se encontraran afuera, no se reconocerían. ¿Qué sentido tenía fingir ser cercanos?

—Por capricho, mi hijo decidió unirse al Palacio Lingxiao. La ceremonia puede ser un poco simple, por lo que traje especialmente cien carros y espero que el Maestro Zhuang los acepte. —Mei Cailian sonrió con gracia, cada gesto mostraba su elegancia.

Zhuang Tian dijo seriamente: —Señora Mei, puede hablar con franqueza si tiene algo que decir.

—En ese caso, seré sincera. —Mei Cailian ya estaba harta de fingir ser amigable y ya estaba aburrida. Como fénix orgullosa, no intentaría apoderarse del Palacio Lingxiao sin luchar.

—En cuanto a los carros, Maestro Zhuang, por favor acéptelos. Y luego, deje que mi hijo regrese a casa.

—¿Tu hijo?, —se rió Zhuang Tian—. Tu hijo puede simplemente regresar y volver a casa. ¿Qué tiene que ver con el Palacio Lingxiao?

Mei Cailian reprimió su ira. —Maestro Zhuang, ¿está fingiendo ser ignorante?

Zhuang Tian sonrió y agitó su abanico. —Si la señora se refiere a Chu Binghuan, entonces es extraño. Él es mi discípulo. He recibido sus tres reverencias y nueve kowtows(un tipo de reverencia), e incluso bebí su té cuando se inclinó ante mí. Ha estado viviendo aquí cómodamente y su cultivo ha mejorado bastante. ¿Qué quieres decir con enviarlo a casa? Hay reglas en la secta. No puedes salir a tu antojo, incluso si es el hijo de Yuntian Shuijing. De lo contrario, ¿no perdería yo, como líder, mi autoridad?

Mei Cailian estaba furiosa. —¡Se unió al Palacio Lingxiao por culpa de alguien más! Si no fuera por Hua Qingkong, ese mocoso... ja, él es un orgulloso hijo del cielo. Si quería ser discípulo, ¡debería haber sido discípulo de Lu Mingfeng de la Secta inmortal Shang Qing! Maestro Zhuang, ¿tiene algún logro digno de mención? ¡Debería tener algo de autoconciencia!

Zhuang Tian ignoró la segunda mitad de sus palabras. No sabía nada sobre el compromiso entre Hua Che y Chu Binghuan. Solo sabía que los dos vinieron a aprender juntos y que su relación era excepcional. Además, incluso un tonto podría ver el vínculo extraordinario entre los dos discípulos. Chu Binghuan, que tenía una personalidad fría y distante, trataba a Hua Che de manera diferente. Debe haber algún secreto entre ellos.

Zhuang Tian dijo generosamente: —Ya no son niños. Tienen que asumir las consecuencias de sus decisiones. Señora, no se preocupe demasiado.

—En cuanto al futuro de Tianyu, como madre, ¿cómo puedo quedarme de brazos cruzados? —Mei Cailian lo miró con frialdad y dijo—: Tengo dos propósitos para venir aquí hoy. Primero, llevar a Tianyu a casa; segundo, hablar con Hua Qingkong.

—Está recluido y no tiene tiempo.

—Está bien, entonces por favor transmite mi mensaje —insistió Mei Cailian—, pensé que te rendirías fácilmente, ¡pero no esperaba que fueras tan intrigante, que te retiraras abiertamente pero avanzaras en secreto, usando esos medios para aferrarte a Tianyu! ¡Qué clase de maestro eres se refleja en tu discípulo! Si no fuera por sus intrigas, ¿por qué Tianyu abandonaría Shang Qing y elegiría a Lingxiao? ¿Por qué ignoraría su futuro y seguiría a Hua Qingkong?

—¡Cuidado con lo que dices! Te respeto como dama, pero no discutiré contigo. —Zhuang Tian también se estaba poniendo ansioso—. ¡Ahora desprecias a Qingkong, pero es posible que no puedas alcanzarlo en el futuro! Además, si Tianyu se convierte en un don nadie bajo mi dirección, ¡cambiaré mi apellido por el tuyo!

—¡Ridículo! Terminemos con esto aquí hoy y veremos cómo van las cosas en el futuro.
Zhuang Tian: —¡Acompaña a la invitada a salir!

Mei Cailian se fue con un movimiento de su manga y regresó con las manos vacías y llena de ira. Su pecho se agitaba violentamente y le picaba el odio.

Los tiempos habían cambiado. Ese anciano Zhuang Tian se atrevía ahora a hablar con tanta autoridad.

El asunto del Valle Mingyue se había difundido ampliamente en el mundo de la cultivación. Todos decían que el Palacio Lingxiao iba a ascender, que sus discípulos eran prometedores y que había un discípulo llamado Hua con un talento excepcional y un coraje invencible, que incluso obtuvo una espada valiosa.

Mei Cailian tenía un terrible dolor de cabeza. Yuntian Shuijing había estado entre las tres principales sectas inmortales durante miles de años. ¿Cuándo se convertirían finalmente en la secta número uno en el Dao Inmortal?

Zhuang Tian también estaba furioso. Habían pasado más de cien años desde la última vez que se puso tan furioso.

Era aceptable criticarlo, pero ¿cómo se atrevía esa mujer a faltarle el respeto a su aprendiz?

¿Fue porque Hua Che no era lo suficientemente fuerte? ¿O porque Lin Yan no era lo suficientemente lindo?

¡Maldita sea!

¿Por qué es tan bueno mi discípulo?

Si no se lo dejo saber a todas las Nueve Provincias, ¿dónde está la justicia?

—Xiao Er, vigila la casa con tu hermano mayor marcial.

Zhuang Xiao Er: —Maestro, ¿a dónde vas?

—A la Secta inmortal Shang Qing.

—¿Qué?

Zhuang Tian se puso un abrigo y salió corriendo por la puerta. —¡Me inscribiré en la competencia de Artes Marciales de las Diez Mil Sectas dentro de dos meses!